Iberia opera sus primeros vuelos de largo alcance con biocombustible generado a partir de residuos
La alianza entre Repsol e Iberia para reducir las emisiones en el sector aeronáutico ha posibilitado la operación de los primeros vuelos de largo radio con biocombustible producido en España a partir de residuos de la industria agroalimentaria no aptos para el consumo humano.
El primer vuelo que ha incorporado el biocombustible ha inaugurado la ruta Madrid-Washington con un avión Airbus A330-200, bimotor, con capacidad para 288 pasajeros y actualmente uno de los aviones más eficiente de la aerolínea. Esta versión A330-200 MTOW 242 TN tiene una capacidad máxima de despegue de 242 toneladas, y consumen un 15% menos de combustible que la flota a la que sustituyen y son, por tanto, más respetuosos con el medio ambiente.
El segundo será el vuelo IB6193 de Madrid a San Francisco, una ruta que Iberia recupera hoy después de la pandemia, y el tercero será el inaugural de Iberia desde Madrid a Dallas que despegará a las 15:55 hora de Madrid, ambos operados también con la flota Airbus A330-200.
Con estos tres vuelos Iberia y Repsol han reducido 125 toneladas las emisiones de CO2 a la atmósfera, gracias a la mejora de la eficiencia en el consumo de la flota empleada, junto con el uso del biocombustible sostenible.
Para Josu Jon Imaz, Consejero Delegado de Repsol, “un sector como el aeronáutico necesita de soluciones como los biocombustibles para un proceso de descarbonización como el que nos encontramos. El compromiso de Repsol e Iberia nos sitúan a la vanguardia en este aspecto. Además, consolida nuestra posición como empresa multienergética con el objetivo de lograr cero emisiones netas en el año 2050, siendo la primera empresa del sector en adoptar esta ambiciosa meta”.
Por su parte, el Presidente de Iberia, Javier Sánchez-Prieto, comentaba que “la aviación tiene ante sí un reto muy desafiante que solo puede alcanzarse dando pasos como el de hoy, que promuevan la producción de los combustibles de origen sostenible en cantidad suficiente y con precios competitivos, para que eso nos permita avanzar en la transición ecológica del sector aéreo”.
Esta iniciativa forma parte del convenio de colaboración hacia una movilidad más sostenible firmado por Repsol e Iberia el pasado mes de julio y está en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que promueve Naciones Unidas a través de la Agenda 2030.
Durante este tiempo, ambas compañías han colaborado en el proyecto AVIATOR, para analizar el impacto de las emisiones de aviación en la calidad del aire de los aeropuertos. Por otro lado, en el mes de noviembre operaron el primer vuelo Madrid - Bilbao con combustible sostenible a partir de residuos, y en enero de este año Iberia se integró en el consorcio SHYNE (Spanish Hydrogen Network), liderado por Repsol para acelerar el desarrollo del hidrógeno verde en España.
Además, el acuerdo estratégico entre Repsol e Iberia contempla para los próximos años una hoja de ruta para la promoción de los combustibles sostenibles de aviación (SAF). En los vuelos operados hoy, Iberia y Repsol se adelantan a las medidas que la Unión Europea, a través del paquete Fit For 55, fijará para 2025 la obligación de un 2% de combustible de aviación sostenible. Los vuelos a Washington, Dallas y San Francisco ya incorporan un 2% de SAF.
En el futuro, Iberia y Repsol operarán nuevos vuelos con un porcentaje creciente de mezcla de biocombustibles que puede llegar hasta el 50%. Este producto se elaborará en la primera planta de biocombustibles avanzados de España, que está previsto que entre en funcionamiento en 2023 en Cartagena. También en 2024, Repsol e Iberia han previsto operar con SAF sintético (e-fuel) producido en la planta de Petronor, Bilbao. Además, ambas compañías trabajan en un proyecto para el uso de HVO (aceite vegetal hidrotratado) en los vehículos para servicios aeroportuarios.
El lote de biocombustible para aviones utilizado ha sido el tercero fabricado por Repsol y el primero del mercado español producido a partir de residuos como materia prima. La compañía multienergética integra así herramientas de economía circular en el proceso, transformando los residuos en productos de alto valor añadido como son los combustibles de baja huella de carbono. Este lote se suma a otros dos anteriores producidos a partir de biomasa en las refinerías de Repsol en Puertollano y Tarragona.
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