La crisis climática ya es el principal riesgo global
El Informe de Riesgos Globales 2020 dado a conocer en el Foro de Davos señala que “las graves amenazas a nuestro clima representan los riesgos principales a largo plazo”. Mientras que la “polarización política interna” aparece entre los riesgos más importantes a corto. Por primera vez los cinco principales riesgos globales son todos ambientales.
“La agitación geopolítica y el retroceso del multilateralismo amenazan la capacidad de todos para hacer frente a los riesgos globales compartidos y fundamentales. Si no se atiende con carácter urgente a la resolución de las divisiones sociales y a la promoción de un crecimiento económico sostenible, los líderes no pueden abordar sistemáticamente amenazas como las crisis climáticas o de la biodiversidad”, advierte el informe.
De acuerdo a los 750 expertos y lideres mundiales consultados, la polarización económica y política aumentará este año, ya que la colaboración entre los líderes mundiales, las empresas y los responsables de formular políticas es más necesaria que nunca para detener las graves amenazas a nuestro clima, medio ambiente, sanidad pública y sistemas tecnológicos. Esto demuestra la clara necesidad de adoptar un enfoque de múltiples partes interesadas para mitigar el riesgo en un momento en que el mundo no puede esperar a que la confusión del desorden geopolítico termine.
El informe prevé un año en el que se incrementarán las divisiones nacionales e internacionales y de desaceleración económica. La turbulencia geopolítica nos está impulsando hacia un mundo unilateral “inestable” de rivalidades entre grandes potencias en un momento en que los líderes empresariales y gubernamentales deben centrarse urgentemente en trabajar juntos para hacer frente a los riesgos compartidos.
Este es un escenario muy poco promisorio para abordar los desafíos urgentes como la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la disminución récord de las especies. El informe, elaborado en colaboración con Marsh & McLennan y Zurich Insurance Group, destaca la necesidad de que los responsables de formular políticas establezcan objetivos de protección de la Tierra y de impulso de las economías, y de que las empresas eviten los riesgos de pérdidas futuras potencialmente desastrosas, ajustándose a objetivos con fundamento científico.
Por primera vez en diez años de la encuesta, los cinco principales riesgos globales en términos de probabilidad son todos ambientales. El informe da la voz de alarma sobre:
1- Fenómenos meteorológicos extremos con grandes daños a la propiedad, la infraestructura y la pérdida de vidas humanas.
2- Fracaso de los gobiernos y las empresas en la mitigación y adaptación al cambio climático.
3- Daños y catástrofes ambientales provocados por el ser humano, incluidos los delitos ambientales, como los derrames de petróleo y la contaminación radiactiva.
4- Pérdida de biodiversidad grave y colapso de los ecosistemas (terrestres o marinos) con consecuencias irreversibles para el medio ambiente, lo que resulta en un grave agotamiento de los recursos tanto para la humanidad como para las industrias.
5- Catástrofes naturales graves como terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas y tormentas geomagnéticas.
John Drzik, Presidente de Marsh & McLennan Insights, afirmó: “los inversores, organismos reguladores, clientes y empleados ejercen una presión cada vez mayor sobre las empresas para que demuestren su capacidad de recuperación ante la creciente volatilidad del clima. Los avances científicos implican que los riesgos climáticos pueden ahora modelarse con mayor precisión e incorporarse a la gestión de riesgos y a los planes de negocio. Fenómenos de alto perfil, como los incendios forestales recientes en Australia y California, están aumentando la presión sobre las empresas para que tomen medidas sobre el riesgo climático en un momento en que también se enfrentan a desafíos geopolíticos y de riesgo cibernético cada vez mayores”.
“Los ecosistemas biológicamente diversos capturan cantidades enormes de carbono y proporcionan beneficios económicos masivos que se estiman en 33 billones de dólares al año, el equivalente al PIB de los EE.UU. y China juntos. Es fundamental que las empresas y los responsables de formular políticas se apresuren a hacer la transición a una economía con bajas emisiones de carbono y a modelos de negocio más sostenibles. Ya estamos viendo empresas destruidas por no haber ajustado sus estrategias a los cambios en las políticas y las preferencias de los clientes. Los riesgos de la transición son reales y todos deben desempeñar su función para mitigarlos. No es solo un imperativo económico, es simplemente lo correcto”, agregó.
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