Las investigaciones muestran que BP, Chevron, ExxonMobil, Shell y Total, las cinco compañías de petróleo y gas más grandes del mundo que cotizan en bolsa, y sus asociaciones de lobby, actualmente emplean a 200 cabilderos en Bruselas. Asimismo, han celebrado 327 reuniones de alto nivel con altos funcionarios de la Comisión Europea desde que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, asumió el cargo en 2014. Eso es el equivalente a más de una reunión por semana para influir en la toma de decisiones sobre el clima y la energía de la UE.

La investigación fue encargada por Corporate Europe Observatory, Food & Water Europe, Friends of the Earth Europe y Greenpeace EU, como parte de una campaña que llama a una "política libre de fósiles", apoyada por organizaciones en Bruselas, Europa y en todo el mundo. Los datos se obtuvieron de las propias declaraciones de las empresas en el registro de transparencia de lobby de la UE y los calendarios de reuniones publicados por los Comisionados Europeos.

A medida que las compañías de combustibles fósiles se enfrentan a un escrutinio creciente,  los grupos piden al nuevo Presidente y Comisionados, eurodiputados y gobiernos de la Comisión Europea que eliminen los intereses de los combustibles fósiles de la política, con restricciones similares a las de los cabilderos de la industria del tabaco.

Los grupos de presión de la industria de los combustibles fósiles en Bruselas y las capitales nacionales han logrado, según el estudio, retrasar, debilitar y sabotear la acción de la UE sobre la emergencia climática, al haber diluido los objetivos de energía renovable, eficiencia energética y gases de efecto invernadero, al tiempo que han asegurado lucrativos subsidios a los combustibles fósiles. Este esfuerzo de cabildeo ha ayudado a contribuir a las cinco principales compañías de petróleo y gas con ganancias de US $ 82 mil millones el año pasado. Esas mismas compañías fueron responsables del 7,4% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero entre 1988 y 2015.

Pascoe Sabido, investigador y activista del Corporate Europe Observatory dijo: “Grandes contaminadores como Shell, BP y sus grupos de presión han retrasado, debilitado y saboteado la acción de la UE sobre la emergencia climática gracias a su considerable gasto en presión. Un cuarto de mil millones en la última década compra mucho acceso e influencia en Bruselas”.

Frida Kieninger, oficial de campaña de Food & Water Europe dijo: “Tener cabilderos del tabaco que negocien nuestras leyes de salud pública es impensable hoy en día, y así es como debemos tratar a los cabilderos de los combustibles fósiles. Poner fin a reuniones privadas, eventos acogedores y puertas giratorias puede cerrar los intereses de los combustibles fósiles de la formulación de políticas sobre la crisis climática".

Myriam Douo, activista de captura corporativa para Amigos de la Tierra Europa dijo: “Las compañías de gas, petróleo y carbón están gastando millones para mantener su dominio sobre nuestra política y nuestra energía. Pero el clima ya no puede permitirse sus tácticas de demora. Debemos escuchar a los millones de jóvenes manifestantes climáticos en nuestras calles y eliminar los combustibles fósiles de nuestra política ahora”.

Sebastian Mang, asesor de política climática de Greenpeace EU dijo: “El gran petróleo y el gran gas están causando la muerte y la destrucción a cambio de beneficios que te harán llorar. Pero millones de personas los están llamando, ya que se enfrentan a juicio por su papel en alimentar la emergencia climática y pisotear los derechos humanos. Es hora de que nuestros gobiernos los hagan rendir cuentas".

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