La moda deja la sostenibilidad en segundo plano para 2025
La sostenibilidad ha dejado de ser una de las principales preocupaciones para las marcas de moda, ya que los directivos están más preocupados por las bajas ventas, según el informe State of Fashion for 2025 de McKinsey & Co.
Solo el 18 %de los líderes empresariales de la moda mencionan la sostenibilidad como uno de los principales riesgos para el crecimiento el próximo año, una caída del 29 % para 2024, según el informe. Algunos incluso están abandonando por completo sus objetivos de cero emisiones netas y dos tercios de las marcas están por debajo de sus objetivos de cero emisiones netas para 2030.
Mientras tanto, se proyecta que el consumo de ropa aumentará un 63 % para 2030, lo que impulsará la participación de la ropa en las emisiones globales de carbono a más del 25 % para 2050.
Aunque “el colectivo de la sostenibilidad” ocupa el puesto número 10 entre las prioridades que los ejecutivos gestionarán en 2025, la “urgencia climática” fue la preocupación número 2 en el informe “State of Fashion” del año pasado.
“Los imperativos, incluida la rentabilidad y el crecimiento, eclipsan las aspiraciones discrecionales”, expresó Ken Pucker, exdirector de operaciones de Timberland que enseña negocios en la Universidad de Tufts y la Universidad de Dartmouth. “Esto cambia cuando la sostenibilidad ya no es algo personalizado y opcional”.
En contraposición, las industrias líderes pueden mitigar los riesgos colaborando en todas las cadenas de valor, empoderando a los proveedores para que descarbonicen y adoptando el cumplimiento normativo como una ventaja estratégica, concluyó el informe.
La sostenibilidad no es algo completamente pasado de moda, según el socio principal de McKinsey, Karl-Hendrik Magnus. En Europa y California, por ejemplo, se están aplicando normativas complejas y muchas empresas ya están empezando a reestructurar sus cadenas de valor.
Las operaciones upstream comprenden el 70 % de la huella de emisiones de la industria. En este sentido, para logar un avance, las empresas textiles deberían establecer tres grandes prioridades en materia de sostenibilidad, según McKinsey:
- Trabajar juntas. Las marcas deberían unirse en una “misión dual” para buscar ganancias y la acción colectiva.
- Ayudar a los proveedores a reducir sus emisiones. Elaborar estrategias y trabajar con ellos en incentivos y planes para descarbonizar.
- Trabajar en equipo con organizaciones que rastrean el progreso y miden los impactos.
Asimismo, hay diferentes iniciativas como la de Proveedores del Futuro sin fines de lucro, donde H&M Group y Bestseller se asociaron en un proyecto eólico marino para ayudar a suministrar el 40 % de la energía de Bangladesh para 2041. Sin embargo, pocas marcas tienen los recursos para ayudar a los proveedores a dejar de lado la energía a carbón.
FUENTE: McKinsey
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