“Algunas de las compañías más influyentes del mundo están en el sector de bienes de capital. Estas son las empresas que fabrican las máquinas, piezas y equipos en los que confían muchas industrias de alta emisión. Por lo tanto, es alentador que los fabricantes de bienes de capital estén empezando a aceptar el desafío de limitar el calentamiento global a menos de dos grados, como se establece en el Acuerdo de París”, indica Carole Ferguson en una entrevista con Ethical Corporation.

CDP, organización ambiental de investigación sin fines de lucro traccionado por inversores, recientemente publicó una investigación que demuestra que compañías como Mitsubishi Electric, Schneider Electric y Siemens están aprovechando las tendencias bajas en carbono e invirtiendo en tecnologías que tienen el potencial de transformar las grandes industrias.

El camino hacia una economía baja en carbono requerirá que los conglomerados industriales hagan algunos cambios significativos, indica Ferguson y destaca que las empresas de productos eléctricos en particular están en una posición privilegiada para impulsar la revolución industrial con bajas emisiones de carbono. “Tienen los modelos comerciales más resistentes de las compañías analizadas, combinando altos márgenes, productos de ciclo corto y exposición a mercados de alto crecimiento, todo lo cual los protege de la disrupción del mercado”, agrega.

Para CDP, Schneider Electric ha establecido el estándar de oro cuando se trata de capitalizar las cambiantes demandas del mercado. De hecho, Schneider está bien posicionado para impulsar cambios sistémicos en los sistemas de energía a través de su conjunto innovador de productos que incluyen microrredes y soluciones de almacenamiento de energía. La empresa también ha logrado integrar el cambio climático en su estrategia empresarial con una buena experiencia en clima a nivel de junta y es una de las pocas empresas analizadas que se han comprometido con la iniciativa de objetivos basados ​​en la ciencia.

Uno de los mayores desafíos para este grupo industrial es que continúan teniendo una alta exposición a los combustibles fósiles, con aproximadamente un tercio de los ingresos derivados aún de la energía de combustibles fósiles, petróleo y gas. A pesar de esto, los conglomerados industriales están comenzando a acelerar el ritmo en otros frentes y están produciendo tecnologías que podrían impulsar la descarbonización económica (Vestas, Siemens y Honeywell tienen el rango más alto aquí).

Vestas, de Dinamarca, ha elevado el listón con la gobernanza climática, con la mejor experiencia en juntas directivas relacionadas con el clima y la gestión de riesgos, la mejor participación de proveedores y el segundo mejor objetivo de reducción de CO2. El fabricante de sistemas eólicos también está bien posicionado para capitalizar los mercados en crecimiento con el 100% del negocio en energías renovables.

La suite de productos de Siemens es la más transformadora de las empresas de conglomerados industriales, con plataformas de internet de las cosas, electromovilidad y almacenamiento de energía en su repertorio. Siemens también está muy expuesta a los mercados en crecimiento, con más de la mitad de sus ingresos provenientes de energías renovables, tecnologías de construcción, transmisión y distribución de energía, así como automatización y digitalización industrial.

“El camino hacia la descarbonización podría ser un viaje más accidentado para el subsector de la maquinaria pesada. Esto se debe principalmente a que los mercados finales que suministran -como la agricultura y la minería- tienden a ser más tradicionales, y los vehículos pesados ​​siguen dependiendo en gran medida del diésel. Dicho esto, las tecnologías transformadoras en forma de electrificación, hibridación y autonomía están en el horizonte y podrían ganar impulso en los próximos años”, indica Ferguson.

Los fabricantes de bienes de capital deben mejorar sus juegos para divulgar las emisiones de Alcance 3

Si bien los fabricantes de bienes de capital están intensificando su innovación y sus soluciones bajas en carbono, no están yendo lo suficientemente lejos a la hora de medir y gestionar su impacto ambiental total. El sector no tiene altas emisiones del Alcance 1 (producido directamente) o del Alcance 2 (indirectas del uso de energía), pero más del 90% son del Alcance 3 (que ocurren más adelante en la cadena de valor) y la gobernanza de estas emisiones está rezagada, indica el estudio de CDP.

De hecho, para un sector tan alineado con los ingresos bajos en carbono, la divulgación corporativa y la gestión de las emisiones de Alcance 3 es pobre, y menos de un tercio de las empresas analizadas tienen reportes de emisiones de alcance 3 y objetivos de reducción.

"La nueva regulación debería impulsar una mejor divulgación. La regulación tendrá un papel clave para impulsar el cambio aquí, y esperamos ver más a través de los mercados finales en los próximos años. La nueva regulación debería impulsar una mejor divulgación y fomentar mejoras en la eficiencia y la reducción de emisiones, como sucedió cuando los fabricantes de automóviles comenzaron a regular las emisiones de la flota. Las empresas de bienes de capital deberían superar estos desafíos ahora, evitar los riesgos a través de la cadena de valor. Ojalá que aprovechen las importantes oportunidades que tienen para apoyar a la gran industria en la descarbonización”, finaliza diciendo Carole Ferguson.