En la Argentina se desperdician anualmente 16 millones de toneladas de comida, de acuerdo con una estimación realizada en 2015 por la Secretaría de Agricultura de la Nación. Por otro lado, cerca de 5 millones de personas que no tienen asegurado un plato de comida diario.

Para responder a estas brechas, en 2004 se aprobó la “Ley Donal” que regula la donación de alimentos entre instituciones, empresas e individuos. En aquel momento, la presidencia argentina vetó el artículo 9 de esta ley que liberaba de responsabilidad legal a los donantes por los daños que los productos pudieran producir.
A partir de la reforma aprobada este mes de octubre, se vuelve a incorporar como válido el artículo 9 y los donantes quedan liberados por los daños y perjuicios que pudieran producirse, siempre y cuando la donación se efectúe de buena fe y de acuerdo a la normativa y a los controles exigidos por el Código Alimentario Argentino.

La reinstauración de este artículo es el principal eje de la reforma, dado que quienes la impulsan alegan que la situación actual limita la cantidad de productos donados.

“Estimamos que con esta reforma serán muchas más las empresas que se sumen como donantes al trabajo que venimos haciendo todos los Bancos de Alimentos de nuestro país. A partir de ahora, y con la reforma, confiamos que habrá un resguardo más para las empresas que ya venían donando, para que se sientan más seguras, y para muchas otras que quizás no se animaban por miedo a demandas posteriores.”, indica a ComunicaRSE, Marisa Giráldez, Directora general del Banco de Alimentos.

Los Bancos de Alimentos trabajan desde hace más de 17 años en la Argentina para evitar el desperdicio de alimentos y avanzar en la lucha contra el hambre. Según datos ofrecidos por su directora, esta red de bancos vienen trabajando con cerca de 150 empresas donantes de alimentos y productos y han logrado más de 4.600.000 kilos donados a los 15 bancos en funcionamiento en Argentina.

Giráldez destacó que "más allá de la modificación de la Ley, que viene siendo tratada desde hace bastante tiempo, y cuya sanción tuvo diferentes etapas y revisiones en ambas cámaras, se puede decir que en nuestro país hay un gran compromiso por parte de las organizaciones y las empresas vinculado a la problemática del hambre y del desperdicio. Independientemente de la reforma de la ley, los Bancos de Alimentos venimos trabajando desde hace mucho tiempo con el apoyo de las empresas que donan aquellos alimentos que no van a comercializar y que están en perfecto estado.  Esto es reflejo del compromiso y de la solidaridad que existe tanto en el ámbito empresarial como en el sector social". 

Una de estas empresas donantes es Molinos que viene trabajando desde hace más de 10 años con la red de Bancos de Alimentos y ha logrado donar 900 toneladas de alimentos. En conversación con ComunicaRSE, Inés Kracht, Jefa de asuntos públicos y sustentabilidad de Molinos, celebró las modificaciones a la ley e indicó que se encuentra “esperando que entusiasme a más compañías a donar aquellos productos no comercializables aptos para ser consumidos, y así poder sumar aliados que nos permitan llegar al hambre”.

“Desde Molinos entendemos a la sustentabilidad como el hacer las cosas bien y cada vez mejor, y para lograr este objetivo trabajamos estableciendo alianzas estratégicas de largo plazo como la que mantenemos con el Banco de Alimentos desde hace más de 10 años”, agregó.

Por su parte, Unilever, el segundo mayor donante del Banco de Alimentos, tiene una trayectoria de 14 años consecutivos con un impacto de más de 6.500 toneladas entregadas al Banco de Alimentos de Buenos Aires. Mariana Reñé, Gerente de Sustentabilidad de Unilever Cono Sur, indicó a ComunicaRSE que celebra la sanción del Congreso ya que gracias a ésta “se multiplicará la cantidad de donaciones y reducirá el desperdicio de alimentos, generando un impacto positivo en las comunidades".

 “En Unilever siempre apoyamos el deslinde de responsabilidades porque resulta fundamental para que otros puedan sumarse. Este nuevo marco legal hará posible la alimentación de miles de niños y adultos que se hallan en situación de riesgo alimentario. Hace 14 años que en Unilever tenemos una política de donaciones. En el caso de la Red de Bancos de Alimentos, desde 2010 a 2017, donamos más de 7.400 toneladas, siendo en 2017 la empresa que más alimentos y productos de cuidado personal donó, ayudando a que más de 300.000 personas puedan acceder a un plato de comida y productos de aseo”.

Asimismo, otra de las empresas con mayor trayectoria en donación de alimentos es Arcor que ha subido la vara expandiendo su programa de donación a los bancos de alimentos de Chile, Brasil y México. 
Mónica Camisasso, Gerente de Relaciones con la Comunidad de Grupo Arcor, indicó a ComunicaRSE que la empresa recibe con muchas expectativas la reforma y que espera que “contribuya de manera directa con el objetivo de incentivar la donación de alimentos que permita llegar a más personas en situación de pobreza de nuestro país, y a la vez contribuir con la disminución del desperdicio de alimentos”.

“Con este nuevo contexto legislativo es nuestro deseo que nuevas empresas se sumen y se multipliquen las donaciones de alimentos bajo las condiciones definidas por la Ley y con la confianza que a través de organizaciones como los Bancos de Alimentos se garantice la trazabilidad y el consumo adecuado de los productos”, agrega.

Camisasso destacó “la confianza, la transparencia, la trazabilidad y la eficiencia del trabajo de los Bancos de Alimentos, posibilitando llegar a más de 3.000 organizaciones comunitarias que facilitan el acceso a la alimentación en contextos de pobreza”. 

Finalmente, desde Pepsico se mostraron también entusiasmados con la noticia aunque destacaron que en la práctica esta ley no cambia lo que se venía haciendo. “Creo que lo que sí permite es empoderar a quienes encontraban limitaciones legales para la donaciones. Esperamos que muchas otras compañías puedan sumarse para seguir dándole volumen al invalorable trabajo que los bancos de alimentos realizan en el país”.