Se filtró el informe del IPCC sobre uso de la tierra y revela contradicciones entre alimentación y bioenergía

06.08.2019 | Cambio Climático

El Informe especial del IPCC sobre “Cambio Climático, Desertificación, Degradación de la tierra, Gestión sostenible de la tierra, seguridad alimentaria, y flujos de gases de efecto invernadero en la tierra” fue filtrado por el periódico TheGuardian a días de ser publicado oficialmente. El informe revela que hay un choque entre la producción de alimentos y la bioenergía. Además, insta a actuar contra el desperdicio de alimentos y el cambio de dietas carnívoras.


Los modelos sugieren que se necesitan grandes extensiones de tierra para que los bosques y los cultivos de biocombustibles detengan el cambio climático, pero esto corre el riesgo de empeorar el hambre, según el borrador filtrado.

“Cubrir el mundo con monocultivos de bosques y cultivos bioenergéticos no es una solución soñada para la crisis climática”, advierte el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).

Los modelos sugieren que se necesitan grandes áreas de tierra para extraer dióxido de carbono del aire para limitar el calentamiento global a 1.5C, el objetivo más ambicioso en el Acuerdo de París. Esto corre el riesgo de empeorar el hambre al competir con la producción de alimentos por la competencia por el espacio.

"El uso generalizado a escala mundial de varios millones de km2" de cultivos de plantación de árboles y bioenergía podría tener "consecuencias potencialmente irreversibles para la seguridad alimentaria y la degradación de la tierra", según el informe.

La intensificación de la producción de cultivos bioenergéticos mediante el uso de fertilizantes, riego y monocultivos también podría erosionar el suelo y su capacidad de absorber carbono a largo plazo.

Hay una creciente demanda de combustibles derivados de plantas como fuente de energía renovable. Sin embargo, convertir la tierra en producción de bioenergía podría privar a los países de un valioso suelo agrícola y desplazar los cultivos y el ganado a regiones menos productivas. Las poblaciones con mayor riesgo de inseguridad alimentaria eran África subsahariana y Asia meridional, según el borrador del IPCC.

Para minimizar el conflicto, los científicos aconsejaron a los gobiernos que limiten la escala de bioenergía. Dependiendo de la forma en que se desarrollaron los países, los efectos negativos de los cultivos de biocombustibles podrían comenzar a partir de entre 2 y 6 millones de km2 a nivel mundial.

Una forma más segura de reducir las emisiones a la tierra es proteger y restaurar los ecosistemas conocidos por su capacidad de absorber carbono, incluidos los pastizales, las turberas y los humedales costeros, que afectan áreas más pequeñas.

Por el lado de la producción de alimentos, las medidas para reducir el desperdicio y un cambio para reducir las dietas de carne también pueden ayudar a aliviar la presión sobre la tierra.

Un cambio hacia dietas vegetarianas y veganas es una oportunidad para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, señala el informe.

De acuerdo con el medio británico, el informe hace énfasis en que la tierra deberá ser manejada de manera más sostenible para que libere menos carbono que en la actualidad. Señala que la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra producen casi una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que los humanos explotan el 72 por ciento de la superficie libre de hielo del planeta para alimentar, vestir y apoyar a la creciente población de la Tierra.

La agricultura emplea un tercio de todas las tierras de la superficie y tres cuartos del agua dulce del planeta. Con una población que debería rozar los 10.000 millones de individuos para mediados de siglo, frente a los 2.600 millones de 1950, el temor a llegar al límite del sistema es cada vez más acuciante. La carne y el desperdicio alimentario constituyen dos puntos negros. Alrededor del 30 % de la comida producida termina en la basura.

Las recomendaciones con tono de alerta del IPCC apuntan a que el consumo de carne deberá reducirse para reducir la producción de metano y a que las tierras de turba deberán ser restauradas deteniendo los esquemas de drenaje. También, el desperdicio de alimentos tendrá que ser reducido.

El informe especial dedicado al "cambio climático, la desertización, la degradación de los suelos, la gestión sostenible de las tierras, la seguridad alimentaria y los flujos de gases con efecto invernadero en los ecosistemas terrestres" se publicará el 7 de agosto y constituirá el análisis científico más completo sobre este tema realizado hasta la fecha. 

Acceder al informe aquí.

María Julia Arana

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