Desafíos y esfuerzos globales para combatir la deforestación: el camino hacia la sostenibilidad

Felipe Salgado
Director de descarbonización de KPMG Brasil.
La UE anunció una nueva regulación prohibitiva, buscando restringir la importación de productos asociados a la deforestación
01.10.2024 | Opinion

Acabar con la deforestación es uno de los grandes desafíos ambientales enfrentados por diversos países alrededor del mundo, y la magnitud de este desafío se ejemplifica claramente por la situación en Brasil. En 39 años, de 1985 a 2023, Brasil perdió 110 millones de hectáreas de vegetación nativa debido a incendios, una área correspondiente al territorio de Colombia. Este dramático descenso no solo contribuye significativamente a la crisis climática global, a través de la liberación de carbono almacenado en los árboles, sino que también resulta en la pérdida de biodiversidad y en la desestabilización de comunidades locales que dependen de los bosques para su
sustento.

Países con grandes bosques, como Indonesia y Congo, enfrentan desafíos similares, impulsados por las presiones económicas para la conversión de tierras en agricultura y ganadería, extracción de madera y minería. Juntos, estos factores complican los esfuerzos globales para proteger áreas críticas, exacerbados aún por la corrupción y la falta de implementación efectiva de leyes ambientales.

En respuesta a estos desafíos globales, la Unión Europea (UE) ha tomado medidas significativas para mitigar su papel en la deforestación mundial. La UE anunció una nueva regulación prohibitiva, buscando restringir la importación de productos asociados a la deforestación. Esta legislación pionera abarca una amplia gama de productos básicos, incluyendo soja, carne bovina, aceite de palma, madera, cacao y café, exigiendo que las empresas aseguren que sus productos no contribuyan a la pérdida de bosques desde una fecha de referencia de 2020. Esta iniciativa reconoce la gran responsabilidad de los consumidores y mercados internacionales en promover cadenas de suministro sostenibles y en demandar prácticas de producción que respeten el medio ambiente.

El sector empresarial, en respuesta a las nuevas regulaciones de la UE, enfrenta el desafío de reestructurar sus cadenas de suministro hasta fin de año. Esto significa la implementación de sistemas robustos de rastreabilidad y verificación para asegurar el cumplimiento. La adecuación requiere una inversión considerable en tecnología, en la capacidad de monitoreo y auditoría, y en desarrollar nuevas relaciones con proveedores. Las empresas globales también deben navegar por las diferencias en los marcos legales y en las capacidades de implementación entre los países de origen, adaptando sus operaciones no solo para cumplir con la ley, sino también para
satisfacer las expectativas de un consumidor cada vez más consciente de la sostenibilidad.

Finalmente, la movilización del sector empresarial, alineada con esfuerzos colectivos y coordinados entre gobiernos, empresas, la sociedad civil y comunidades locales, es fundamental para inducir cambios significativos y duraderos en la lucha contra la deforestación. Aunque la regulación de la UE es un paso significativo, la eficacia de esta medida depende de su implementación y del compromiso de todos los actores involucrados. La colaboración internacional, el compartir mejores prácticas y el liderar con el ejemplo en prácticas sostenibles contribuyen activamente a una economía global más responsable y verde. Además, es esencial fortalecer las políticas y mecanismos de fiscalización en países productores, asegurando que las iniciativas de protección de los bosques sean justas y beneficien a todas las partes, especialmente a las comunidades locales e indígenas, los verdaderos guardianes de los bosques.

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