“Nuestra aspiración en París: Fijar el camino hacia un crecimiento económico limpio”

Jim Yong Kim
Presidente del Grupo Banco Mundial
“Mientras más esperemos para iniciar la transición hacia un crecimiento limpio mayor será el costo”
04.12.2015 | Opinion

Jim Yong Kim, Presidente del Grupo Banco Mundial, destaca las aspiraciones del Banco ante el nuevo acuerdo climático que se alcance en París. Destaca que mientras más esperemos para iniciar la transición hacia un crecimiento limpio y con bajas emisiones de carbono, mayor será el costo. Insta a eliminar los subsidios a los combustibles fósiles y poner precio a las emisiones de carbono.

Las conversaciones sobre cambio climático de París constituyen una oportunidad única para dar una señal clara: podemos generar prosperidad y respaldar el crecimiento económico sin contaminar el planeta con carbono, y debemos actuar con urgencia debido al calentamiento y la volatilidad climática que se observan a nivel mundial.

Creo que los líderes políticos de todo el mundo estarán a la altura de este desafío cuando se reúnan en París. El Grupo Banco Mundial ayudará a sus países y empresas clientes a realizar la transición hacia el desarrollo económico resiliente y con bajas emisiones de carbono.

Esta transición requerirá la movilización de billones de dólares para inversiones en sistemas de energía limpia, soluciones de transporte urbano, restauración de paisajes y agricultura inteligente con respecto al clima, lo cual se describe en los planes de los países, las contribuciones previstas determinadas a nivel nacional. Más de 170 países han enviado sus planes a las Naciones Unidas.

Nosotros, junto con muchos otros, hemos aportado la prueba económica que demuestra que mientras más esperemos para iniciar la transición hacia un crecimiento limpio y con bajas emisiones de carbono, mayor será el costo. Los países corren el riesgo de quedarse con alternativas energéticas, sistemas de transporte y un crecimiento urbano desordenado con elevadas emisiones de carbono que solo complicarán el futuro.

Ahora, los países deben enviar a todos los actores económicos el mensaje claro y contundente de que respaldan tecnologías, procesos y servicios menos contaminantes.

Esto significa eliminar los subsidios a los combustibles fósiles, que son costosos y perjudiciales. También significa establecer precios adecuados dando un paso necesario: el de poner precio a la contaminación ocasionada por la emisión de carbono. Muchos países y más de 1000 empresas de todo el mundo respaldan la fijación del precio del carbono (i).

El primer día de las conversaciones sobre cambio climático, me presentaré con un grupo de líderes mundiales para pedir que más países y empresas pongan precio al carbono. Algunos de ellos son miembros del Panel de Fijación del Precio del Carbono (i), un grupo de jefes de Estado y líderes de Gobiernos que han solicitado a sus pares que adopten esta medida de liderazgo tan necesaria.

El panel, creado por el Banco y el Fondo Monetario Internacional, está compuesto por Angela Merkel, canciller alemana; Michelle Bachelet, presidenta de Chile; François Hollande, presidente de Francia; Hailemariam Desalegn, primer ministro de Etiopía; Benigno Aquino III, presidente de Filipinas; Enrique Peña Nieto, presidente de México; Jerry Brown, gobernador de California (Estados Unidos) y Eduardo Paes, alcalde de Río de Janeiro (Brasil).

Los Gobiernos también deben utilizar las políticas públicas para garantizar que las empresas y los inversionistas privados aporten fondos para soluciones de desarrollo no contaminantes. Se necesitan, de manera sistemática, normas de eficiencia energética para equipos, edificios, automóviles y camiones, así como códigos tributarios que penalicen la contaminación y los desechos relacionados con el carbono, y fomenten la eficiencia y la innovación en materia de recursos.

Para muchos países, esto significará acceso a financiamiento en condiciones concesionarias para eliminar el riesgo de las inversiones en nuevos modelos comerciales o grandes proyectos que podrían incluir nuevas tecnologías, para activar la adopción de modelos y tecnologías comerciales y, básicamente, para invertir en resiliencia.

Buena parte del cumplimiento de los planes nacionales sobre cambio climático depende del respaldo financiero. Nos hemos comprometido a aumentar el financiamiento para cuestiones climáticas a una cifra que podría llegar a los USD 29 000 millones anuales para 2020; esto es casi un tercio de los USD 100 000 millones prometidos por los países desarrollados en las últimas conversaciones sobre cambio climático de esta magnitud.

Los planes nacionales sobre cambio climático presentan billones de dólares en oportunidades; es aquí donde necesitamos el liderazgo político para aplicar el sentido común y políticas coherentes que impulsen el desarrollo con resiliencia y un crecimiento limpio.

Las conversaciones de París deben reflejar la urgencia de esta tarea. La misión del Grupo Banco Mundial es poner fin a la pobreza extrema para 2030 e impulsar la prosperidad compartida del 40 % más pobre de la población. Somos la primera generación de la historia humana que tiene la oportunidad de terminar con la pobreza, pero los impactos del cambio climático podrían hacer esto imposible. En las reuniones de París debemos ser ambiciosos porque nuestro futuro y el futuro de nuestros hijos y nietos dependen de ello.

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