La madurez y ser madre cuentan a la baja en Zara. Varias dependientas y cajeras que trabajaban en la empresa cabecera del imperio Inditex –70.000 trabajadores repartidos en todo el mundo, 82 por ciento de mujeres, con una media de 26 años– han sido despedidas tras tener hijos y pedir las reducciones de jornada que prevé la ley de conciliación. Para declarar la procedencia de los despidos, la empresa argumenta presuntos hurtos, que en muchos casos se demuestran falsos en los tribunales. Araceli López, presidenta del comité de Empresa de Zara Madrid, por Comisiones Obreras (CC OO), asegura que a las trabajadoras que tienen hijos y piden jornadas reducidas se las margina: “Se sienten aisladas del resto de compañeras y suelen ser destinadas a almacenes o probadores. Algunas sufren presiones para trabajar alguna tarde y sábados. Además, les piden un certificado con los horarios de trabajo de su pareja. Se lo hemos dicho muchas veces a la empresa, pero no cambian”. CC OO denunció a Zara en 2006, “y se logró contrato indefinido para 400 trabajadores. Hemos repetido la denuncia en diciembre de 2009 por contratación en fraude de ley y estamos a la espera”, explica Araceli López.