La OIT revela que las ganancias ilegales provenientes del trabajo forzoso de alrededor de 21 millones de personas ascienden al triple de las estimaciones anteriores. Más de la mitad de las víctimas del trabajo forzoso son mujeres y niñas, principalmente en la explotación sexual comercial y el trabajo doméstico, mientras que los hombres y los niños son sobre todo víctimas de la explotación económica en la agricultura, la construcción y la minería.