Ante la crisis surgen problemas de sobrecalificación entre los trabajadores

05.02.2013 | Mundo

El informe de la OIT Tendencias Mundiales del Empleo 2013 muestra un desajuste entre la oferta y demanda de calificaciones que afecta la creación de empleo. Introduce al problema de los trabajadores sobrecalificados y sugiere políticas educativas bien orientadas y de la formulación de políticas que vinculen las competencias a la productividad, el empleo y el desarrollo. 


Según el informe la OIT Tendencias Mundiales del Empleo 2013, la crisis ha obligado a millones de trabajadores a buscar un nuevo empleo, pero en muchos casos las calificaciones que los trabajadores poseen no son las mismas que los empleadores solicitan. Este desajuste se traduce en un incremento del desempleo y tiene repercusiones sobre todo en los jóvenes. 

En países como Estados Unidos o España, los trabajadores de los sectores de la construcción o de las finanzas figuraron entre los primeros en ser afectados por la crisis a finales de 2008 y en 2009. El informe muestra que cuando estas personas perdieron sus empleos, se dieron cuenta de que los sectores que no habían sido afectados no necesitaban las competencias que ellos tenían.

Mientras el sector de la construcción y la fabricación de bienes redujeron en un 15 por ciento las ofertas de empleo, el sector de la educación y los servicios de salud e han aumentado en un 20 por ciento. Esto ha suscitado preocupaciones sobre los desajustes de competencias profesionales que podrían aumentar las tasas de desempleo, ya que los sectores afectados por la crisis y los que se están recuperando necesitan competencias diferentes. 

El problema para la OIT es cuando se procede a la  “degradación profesional” – al aceptar un empleo por debajo de su nivel de calificaciones – lo cual conducirá a números cada vez mayores de trabajadores sobrecalificados. Sugiere que las políticas educativas bien orientadas pueden contribuir a superar el problema y hacer de él un fenómeno transitorio. 

Según el economista laboral Theo Sparreboom, uno de los autores del informe, el desafío consiste en vincular las competencias a la productividad, el empleo y el desarrollo. La clave es la coordinación de políticas y la participación de los interlocutores sociales y de las principales actores del desarrollo de competencias.

“Recomendamos que los responsables de la formulación de políticas emprendan una acción coordinada a fin de reducir el desempleo, incluyendo los servicios dirigidos a mejorar la eficacia de la búsqueda de trabajo y reducir las diferencias entre la oferta y la demanda de trabajo, como por ejemplo invertir en programas de formación y de reconversión profesional”, indicó Sparreboom.

“Lo que la crisis ha puesto en evidencia es que es necesario hacer más para reducir las diferencias entre las competencias existentes y las que requieren los empleadores, de manera que un mayor número de personas pueda regresar al trabajo”, concluyó Sparreboom.