Coca-Cola presentó su informe de Derechos Humanos en Myanmar

15.01.2014 | Mundo

Coca-Cola ha presentado el primer informe sobre sus operaciones de Myanmar al Departamento de Estado de EE.UU. bajo las exigencias de Información de Inversiones Responsables requeridas a todas las empresas estadounidenses que inviertan más de 500.000 dólares en ese país. El informe debe describir los mecanismos de debida diligencia en adquisición de tierras, los derechos laborales, los mecanismos de reclamación, el compromiso con las partes interesadas, la lucha contra la corrupción, el vínculo con las fuerzas militares y las políticas ambientales. Algunos de los hallazgos incluyen la discriminación de género, horas extras por encima de los límites legales y descarga de aguas residuales sin tratamiento de disposición final.


El Departamento de Estado sostiene que los informes están destinados a ayudar a las empresas a afrontar los impactos y a ayudar a la sociedad civil a monitorear la inversión en Myanmar y trabajar con las empresas para promover la inversión responsable.

Los requisitos de información del Gobierno de Estados Unidos cubren áreas clave de las operaciones de negocios en Myanmar como la adquisición de tierras, los derechos laborales, los mecanismos de reclamación, el compromiso con las partes interesadas, la lucha contra la corrupción, el vínculo con las fuerzas militares y las políticas ambientales. 

Para el Instituto de Derechos Humanos y Empresa (IHRB) “el informe de Coca-Cola es el más amplio y sustantivo de los seis informes que se han hecho públicos desde en mayo de 2013. Informa al público no sólo de las medidas positivas que ha adoptado, sino también los desafíos que enfrenta en materia de Derechos Humanos”.

Para el IHRB es una de las pocas compañías que informa de manera transparente cómo ha llevado a cabo la debida diligencia en  derechos humanos de conformidad con los Principios Rectores de la ONU sobre Empresas y Derechos Humanos, incluso antes que el Gobierno pusiera estas exigencias.

El proceso no estuvo impulsado solo por los requisitos reglamentarios, sino para cumplir con las políticas internas de la empresa. “Este es probablemente el mensaje más importante del informe”, dicen desde el Instituto.

El informe proporciona detalles sobre los resultados de las evaluaciones de derechos humanos y laborales en las dos plantas que Coca -Cola adquirió. Algunos de los hallazgos incluyen la discriminación de género, ya que las mujeres estaban cobrando un 11% menos que sus colegas masculinos; se exigían horas extras por encima de los límites legales (otro problema endémico en Myanmar) y los pagos por horas extraordinarias estaban incorrectamente calculados o no previstos en absoluto. En el plano ambiental se encontró que la descarga de aguas residuales se hacía sin tratamiento de disposición final. 

Con respecto a la corrupción, y los derechos humanos y laborales, se dispuso que los empleados puedan presentar quejas sobre violaciones de estas políticas a través de varios mecanismos. Coca- Cola también deja en claro que espera que sus proveedores para establecer estos mismos mecanismos de queja.

El informe explica que la empresa no adquirió tierras durante el período reportado. Además, las investigaciones de Coca -Cola no fueron capaces de establecer cómo la tierra había sido originalmente adquirida por parte del Gobierno, lo que pone de relieve una de las principales preocupaciones con respecto a la tenencia de la tierra en Myanmar. Las leyes y reglamentos de la tierra son complicados, no están armonizados adecuadamente y es difícil establecer la historia de la tenencia legal. Por otra parte la apropiación de tierras y los desalojos forzosos en las zonas rurales y urbanas en Myanmar han estragado a ése país desde hace décadas.