La OIT destaca el potencial de la economía social y solidaria para la recuperación del empleo
Para el Director General de la OIT, Guy Ryder, las cooperativas y las empresas sociales pueden contribuir con la expansión de las oportunidades de empleo y de trabajo decente. Cuatro son las áreas críticas donde las ESS pueden establecer una diferencia positiva, según la OIT: la crisis económica, el desempleo juvenil, la economía informal y el empleo rural.
En su discurso durante la apertura de una conferencia organizada por el Instituto de Investigación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social (UNRISD), “Potencial y límites de la economía social y solidaria”, Guy Ryder declaró que el trabajo decente estaba amenazado por las medidas de austeridad, que han sido aplicadas por muchos gobiernos como respuesta a la crisis económica.
“Debemos comprender más profundamente lo que pueden ofrecer las empresas de la economía social y solidaria para lograr la expansión de las oportunidades de empleo decente y productivo dentro de un marco sostenible”, afirmó.
Destacó cuatro áreas críticas donde las ESS, a través de la acción conjunta, pueden establecer una diferencia positiva: la crisis económica, el desempleo juvenil, la economía informal y el empleo rural.
Según afirmó Ryder, las investigaciones realizadas por la OIT han demostrado que las cooperativas financieras han sido resistentes a la crisis, y que las cooperativas de trabajadores han sobrevivido y prosperado en diversos países.
“Sólo en Europa, la economía social y solidaria proporciona empleo remunerado a más de 14,5 millones de personas o cerca de 6,5 por ciento del total de empleo remunerado. Por lo tanto, la economía social y solidaria puede ser un componente esencial de una estrategia de recuperación orientada hacia el empleo.”
Con casi 75 millones de jóvenes desempleados y millones que no trabajan ni estudian ni reciben formación (NEET), las cooperativas y la economía social “pueden ofrecer a los jóvenes un empleo bien remunerado y trabajo por cuenta propia”, gracias a un “ambiente favorable” para los negocios, las cooperativas y las empresas sociales.
Ryder señaló además que las ESS tienen el potencial de actuar como puente entre los trabajadores y las empresas para ayudarlos a salir de la economía informal, ya que muchas cooperativas comienzan como grupos informales de empresas y se desarrollan para convertirse en empresas viables.
En las zonas rurales – que albergan a 75 por ciento de los pobres en el mundo – las cooperativas, las sociedades de beneficio mutuo y las organizaciones de microfinanza son actores clave para alcanzar los objetivos de reducción de la pobreza, la seguridad alimentaria y la inclusión social, explicó Ryder.
Agregó que la OIT estaba lista para desempeñar un papel protagónico a fin de desarrollar mejores estrategias e intervenciones en la economía social y solidaria.