La RSE llega al comercio minorista

13.06.2011 | Europa

Pocas veces se ha aboradoa a la RSE vinculada con el pequeño comercio. Este estudio sostiene puede ayudar mucho a minoristas y PYME a definir de forma clara su identidad y el papel social y económico que puede y debe jugar en la ciudad, en el barrio y en el contexto local. La organización valenciana Etnor termina de publicar un estudio en el que analiza las posibilidadesd de los comercios en el marco de la RSE. La cercanía con la gente y las problemáticas locales, su apuesta por la calidad de la atención y la flexibilidad en la gestión son las principales fortalezas de este sector, que todavía tiene un desarrollo muy incipiente.


 

El concepto de Responsabilidad Social del Comercio es un concepto poco conocido tanto para Comercio como para Sociedad. Un 70% de los comerciantes encuestados y una 69.4% de la Sociedad afirma “no haber oído hablar nunca de Responsabilidad Social de la Empresa”.
Un 57.4% del Comercio valenciano afirma que son muchos o bastantes los comercios preocupados por la RSE frente a un 40.6% de la Sociedad. La sociedad mantiene una posición más crítica que la percepción que tiene de sí mismo el comercio valenciano respecto a la implantación de la RSE.
Se destacaron como intereses explícitos de cada uno de estos grupos los siguientes:
- Clientes: Ofrecer un buen servicio y un producto de calidad. Los clientes demandan además una oferta actualizada, para lo que son fundamentales la especialización y actualización.
- Trabajadores: A pesar de tratarse de empresas de carácter familiar con pocos o ningún empleado, existe una preocupación por la formación de los mismos y por el valor profesional. No se identifican prácticas concretas en materia de conciliación, flexibilidad, etc. a pesar de hacer hincapié en la relación estrecha y el trato familiar.
- Sociedad: Se reconoce que todavía existe una sensibilización media en aspectos medioambientales. En relación a la cadena de proveedores no se percibe un discurso claro de exigencias éticas a los mismos. Por último, se destacan cuestiones de compromiso directo con la ciudad que tiene que ver con la seguridad, limpieza, iluminación y dinamización de la sociedad en la que se halla inmerso el comercio.
- Gobierno: Los comerciantes destacan las ventajas fiscales (43.6%) y las subvenciones (42.4%) como principales aportaciones que la administración pública puede hacer para la implantación de la RSE. Sin embargo, de las administraciones locales un 32.9% destaca, por encima de los temas económicos y fiscales la necesidad de establecer acuerdos para potenciar el comercio y la ciudad.
Se analiza la valoración de 13 buenas prácticas relacionadas con estos diferentes grupos. Cada una de ellas ha sido valorada por comercio y sociedad:
- Las prácticas de RSE en el pequeño comercio están bien valoradas en ambos grupos, es decir, existe una percepción positiva de la actividad comercial.
- Sin embargo, aparece una diferencia en todas las valoraciones entre la percepción del comercio, mucho más positiva, y la percepción de la sociedad, más crítica.
- Mientras el comercio sitúa en los tres primeros lugares calidad, oferta especializada y relación con los vecinos, la Sociedad valora por delante el compromiso con el barrio, antes incluso que la oferta especializada.
- Se destaca la seguridad como una buena práctica bien valorada tanto por comercio como por la sociedad.
- Las mayores diferencias entre ambos grupos se producen principalmente en los siguientes aspectos:
o La retribución adecuada y competitiva del personal.
o La especialización de la oferta.
o La capacidad de generar empleo estable.
CONCLUSIONES
1. Discrepancia entre la imagen que tiene de sí mismo el pequeño comercio y su reflejo en la sociedad.
2. Se identifican cuatro valores básicos que definen la ética o carácter propio del comercio valenciano: calidad, proximidad, profesionalidad y compromiso ciudadano.
3. El valor calidad, y en menor medida también la profesionalidad, pierden intensidad como referentes del pequeño comercio según la perspectiva de la sociedad.
4. Falta una identidad común que compense la heterogeneidad y la diversidad del pequeño comercio.
5. La constante comparación con las grandes superficies es una señal clara de la progresiva pérdida del carácter específico del pequeño comercio.
6. No existe un conocimiento claro del concepto de RSE, pero sí una aproximación intuitiva al mismo.
7. La implantación de la RSE en el pequeño comercio es escasa.
8. La principal motivación para asumir la RSE radica en la mejora de la gestión y en la salida a la situación actual de falta de identidad y pérdida de calidad.
9. La valoración de las prácticas responsables del comercio tradicional es positiva.
10. Se aprecia la potencialidad de la RSE como un activo, pero no se relaciona con las prácticas responsables que de hecho ya se realizan.
11. No se entiende la comunicación como un elemento imprescindible de la gestión empresarial y de la RSE.
12. Se identifica la aportación del pequeño comercio a la sociedad con la acción social.
13. El comercio espera ventajas económicas y fiscales de la Administración Pública en general. Sin embargo, de la Administración Local valora por encima de las ventajas fiscales potenciar la búsqueda activa de acuerdos que liguen la actividad comercial con el desarrollo de la ciudad.

El concepto de Responsabilidad Social del Comercio es un concepto poco conocido tanto para Comercio como para Sociedad. Un 70% de los comerciantes encuestados y una 69.4% de la Sociedad afirma “no haber oído hablar nunca de Responsabilidad Social de la Empresa”.

Un 57.4% del Comercio valenciano afirma que son muchos o bastantes los comercios preocupados por la RSE frente a un 40.6% de la Sociedad. La sociedad mantiene una posición más crítica que la percepción que tiene de sí mismo el comercio valenciano respecto a la implantación de la RSE.

Se destacaron como intereses explícitos de cada uno de estos grupos los siguientes:

- Clientes: Ofrecer un buen servicio y un producto de calidad. Los clientes demandan además una oferta actualizada, para lo que son fundamentales la especialización y actualización.

- Trabajadores: A pesar de tratarse de empresas de carácter familiar con pocos o ningún empleado, existe una preocupación por la formación de los mismos y por el valor profesional. No se identifican prácticas concretas en materia de conciliación, flexibilidad, etc. a pesar de hacer hincapié en la relación estrecha y el trato familiar.

- Sociedad: Se reconoce que todavía existe una sensibilización media en aspectos medioambientales. En relación a la cadena de proveedores no se percibe un discurso claro de exigencias éticas a los mismos. Por último, se destacan cuestiones de compromiso directo con la ciudad que tiene que ver con la seguridad, limpieza, iluminación y dinamización de la sociedad en la que se halla inmerso el comercio.

- Gobierno: Los comerciantes destacan las ventajas fiscales (43.6%) y las subvenciones (42.4%) como principales aportaciones que la administración pública puede hacer para la implantación de la RSE. Sin embargo, de las administraciones locales un 32.9% destaca, por encima de los temas económicos y fiscales la necesidad de establecer acuerdos para potenciar el comercio y la ciudad.

Se analiza la valoración de 13 buenas prácticas relacionadas con estos diferentes grupos. Cada una de ellas ha sido valorada por comercio y sociedad:

- Las prácticas de RSE en el pequeño comercio están bien valoradas en ambos grupos, es decir, existe una percepción positiva de la actividad comercial.

- Sin embargo, aparece una diferencia en todas las valoraciones entre la percepción del comercio, mucho más positiva, y la percepción de la sociedad, más crítica.

- Mientras el comercio sitúa en los tres primeros lugares calidad, oferta especializada y relación con los vecinos, la Sociedad valora por delante el compromiso con el barrio, antes incluso que la oferta especializada.

- Se destaca la seguridad como una buena práctica bien valorada tanto por comercio como por la sociedad.

- Las mayores diferencias entre ambos grupos se producen principalmente en los siguientes aspectos:
o La retribución adecuada y competitiva del personal.o La especialización de la oferta.o La capacidad de generar empleo estable.

CONCLUSIONES
1. Discrepancia entre la imagen que tiene de sí mismo el pequeño comercio y su reflejo en la sociedad.
2. Se identifican cuatro valores básicos que definen la ética o carácter propio del comercio valenciano: calidad, proximidad, profesionalidad y compromiso ciudadano.
3. El valor calidad, y en menor medida también la profesionalidad, pierden intensidad como referentes del pequeño comercio según la perspectiva de la sociedad.
4. Falta una identidad común que compense la heterogeneidad y la diversidad del pequeño comercio.
5. La constante comparación con las grandes superficies es una señal clara de la progresiva pérdida del carácter específico del pequeño comercio.
6. No existe un conocimiento claro del concepto de RSE, pero sí una aproximación intuitiva al mismo.
7. La implantación de la RSE en el pequeño comercio es escasa.
8. La principal motivación para asumir la RSE radica en la mejora de la gestión y en la salida a la situación actual de falta de identidad y pérdida de calidad.
9. La valoración de las prácticas responsables del comercio tradicional es positiva.
10. Se aprecia la potencialidad de la RSE como un activo, pero no se relaciona con las prácticas responsables que de hecho ya se realizan.
11. No se entiende la comunicación como un elemento imprescindible de la gestión empresarial y de la RSE.
12. Se identifica la aportación del pequeño comercio a la sociedad con la acción social.
13. El comercio espera ventajas económicas y fiscales de la Administración Pública en general. Sin embargo, de la Administración Local valora por encima de las ventajas fiscales potenciar la búsqueda activa de acuerdos que liguen la actividad comercial con el desarrollo de la ciudad.