Prohiben la venta de comida chatarra en las escuelas
Un decreto de los ministerios de Educación (MEP) y Salud de Costa Rica prohibió la venta en las escuelas de productos conocidos como comida chatarra con el objetibo de disminuir el sobrepeso y la obesidad entre los estudiantes.
Con el fin de proteger la salud de niños y adolescentes, así como de promover el desarrollo y mantenimiento de hábitos alimenticios saludables dentro de los centros educativos públicos de todo el país, los ministerios de Educación y Salud acordaron reglamentar el expendio de alimentos y bebidas en las sodas estudiantiles.
Las nuevas regulaciones –emitidas mediante decreto ejecutivo que se publicó este jueves en el Alcance Digital Nº 7 a La Gaceta– entrarán a regir a partir del curso lectivo de este año y, entre otras cosas, limitan el expendio de alimentos altos en grasas, azúcares y calorías. Aunque los estándares aplicados son estrictos, su aplicación será gradual con el propósito de que la industria alimentaria pueda adaptar sus productos de manera paulatina (Ver Recuadros 1 y 2 aquí).
Según reza en los considerandos del decreto, las enfermedades relacionadas con la mala nutrición constituyen una de las primeras causas de morbimortalidad entre la población costarricense, y las mismas pueden prevenirse estableciendo hábitos alimentarios saludables desde edades tempranas y promoviendo un estilo de vida saludable.
La evidencia científica señala –entre otras cosas– que entre un 42 y 63% de los niños obesos llegan a ser adultos obesos; que los niños con sobrepeso u obesidad tienen un riesgo cuatro veces mayor de ser hipertensos, así como un riesgo dos veces mayor de desarrollar diabetes tipo II.
En ese contexto, dice el decreto, el establecimiento de hábitos alimentarios saludables en las personas menores de edad es responsabilidad conjunta de la familia y del Estado, por lo que cada uno de esos entes sociales debe tomar decisiones y desarrollar acciones concretas para mantener un nivel nutricional adecuado y saludable.
Lo anterior, agrega, realizando una adecuada ponderación entre el interés superior de niños y adolescentes y la libertad de comercio, toda vez que las sodas estudiantiles pueden operar bajo la figura de concesión por parte de las Juntas de Educación o Administrativas, situación que las hace susceptibles de acatar regulaciones en cuanto a los alimentos expendidos.
Estas regulaciones, si bien tienen sentido en sí mismas, agrega, también se ven acompañadas y fortalecidas por un conjunto de acciones por parte del Estado y sus instituciones, dirigidas a promover una vida saludable en los niños y adolescentes que asisten al sistema educativo.
Tales acciones incluyen –entre otras– la reforma de los programas de educación física y los esfuerzos por universalizar su cobertura; el impulso de actividades recreativas y de movimiento humano en escuelas y colegios; la introducción de la temática de una vida y una alimentación saludable en los programas de estudio; y la realización de actividades dirigidas a elevar la sensibilidad, los conocimientos y la conciencia estudiantil sobre la importancia de desarrollar hábitos y actitudes que promuevan la salud y prevengan su deterioro.
“Debemos entender que las sodas escolares son parte integral de los centros educativos y, como tales, no solo tienen que cumplir la función de brindar a los estudiantes una oferta variada, adecuada y balanceada de alimentos que contribuya a su mejor nutrición; sino que deben jugar también un papel educativo que complemente y sea consistente con los esfuerzos que se hacen a nivel curricular”, manifestó el Ministro de Educación Leonardo Garnier.
La fiscalización sobre la correcta aplicación de las nuevas disposiciones estará a cargo de los ministerios de Salud y Educación, este último a través de los directores de los centros educativos, los comités de Salud y Nutrición que habrán de establecerse al efecto, así como de las Juntas de Educación o Administrativas, según corresponda.