Respuesta de las organizaciones de empleadores al impacto de la crisis
A partir de la adopción del Pacto Mundial para el Empleo por parte de los 183 países miembros de la OIT durante la Conferencia Internacional del Trabajo en junio 2009, los gobiernos, empleadores y trabajadores del mundo disponen de un conjunto de políticas orientadas a enfrentar la crisis económica y social mundial. ComunicaRSE reproduce una entrevista de OIT EnLínea con Jean-François Retournard, Director de la Oficina de Actividades para los Empleadores de la OIT, sobre un nuevo informe que describe cómo los empleadores han desempeñado un papel importante en los esfuerzos internacionales para combatir la crisis.
OIT EnLínea: ¿De qué manera las organizaciones de empleadores pueden ayudar a superar la actual crisis económica y social?
Jean-François Retournard: Las organizaciones de empleadores son socios activos de larga data en la elaboración y ajuste de políticas nacionales del mercado laboral. La formulación de respuestas a la crisis financiera y económica mundial no es una excepción. La Oficina de Actividades para los Empleadores de la OIT publicó un informe (Employers’ Organisations responding to the impact of the crisis) que describe las acciones emprendidas por 29 organizaciones de empleadores en el mundo en relación a la crisis. El escenario que emerge de este informe ofrece algunas ideas que ilustran cómo las organizaciones de empleadores respondieron a las consecuencias negativas de la crisis y, al mismo tiempo, buscaban oportunidades de cambios positivos a largo plazo, que suelen aumentar en tiempos de crisis. Pensamos que era importante documentar estas experiencias, tanto para estimular acciones futuras a nivel nacional en base a las lecciones aprendidas como para informar los debates políticos.
Además, la crisis tuvo un impacto sobre las mismas organizaciones de empleadores y sus afiliados. Nueva Zelanda (Nota 1) es un buen ejemplo: La asociación empresarial Business NZ creó un nuevo tipo de afiliación, el Major Companies Group. Este grupo abarca a más de 40 grandes empresas o multinacionales en el país de todos los sectores y representa las empresas que emplean cerca de la mitad de todos los trabajadores de Nueva Zelanda. El Grupo ofrece una plataforma para el intercambio de información sobre las respuestas eficaces a la crisis en las áreas de formación y empleo y les permite concentrarse en maneras para salir de la recesión.
OIT EnLínea: ¿Existen modelos comunes en las acciones emprendidas por las organizaciones de empleadores relacionadas con la crisis?
Jean-François Retournard: El diálogo social es una base sólida para construir el compromiso necesario entre empleadores, trabajadores y gobiernos para superar la crisis y lograr un desarrollo sostenible. El informe cita una serie de ejemplos sobre cómo se ha utilizado y evolucionado la acción colectiva en un contexto de crisis. En Chile, la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) adoptó un Pacto de Protección Laboral tripartito en mayo 2009 para prevenir la pérdida de empleos por 12 meses. Se espera que las seis medidas adoptadas por el Pacto reduzcan la tasa de desempleo en 1,5 puntos porcentuales y beneficien a cerca de 125.000 trabajadores. Acuerdos similares han sido alcanzados en muchos otros países, incluyendo Sudáfrica, donde los interlocutores sociales adoptaron un Acuerdo Marco que establece la respuesta colectiva del gobierno, trabajadores, empresas y la comunidad.
OIT EnLínea: ¿El Pacto Mundial para el Empleo también establece medidas para promover a las pequeñas y medianas empresas (PYMEs)?
Jean-François Retournard: Cito dos ejemplos del informe. La Cámara de Comercio e Industria de Australia (ACCI) ayudó a desarrollar incentivos fiscales como parte del plan de estímulo público para nuevas inversiones del sector privado. Estos incentivos fueron en gran parte (aunque no de manera exclusiva) dirigidos a pequeñas y medianas empresas, y han contribuido de manera considerable a mantener la inversión del sector privado. En Armenia, la Asociación Republicana de Empleadores de Armenia (RUEA) negoció con éxito y pudo simplificar más de veinte tipos de procedimientos de control para las PYMEs.
OIT EnLínea: ¿Qué puede decirnos sobre las medidas para amortiguar el impacto social de la crisis?
Jean-François Retournard: Muchas de estas medidas se concentran en mantener a los trabajadores, hasta donde sea posible, en sus puestos de trabajo y facilitar un rápido reingreso al trabajo. En Singapur, una comisión de expertos encabezada por la Federación Nacional de Empleadores (SNEF) entrenó a 12 Equipos Tripartitos de Estrategias (TRUST, por sus siglas en inglés) con el objetivo de visitar a más de 600 empresas y dar a conocer las medidas disponibles, así como para ofrecer asesoría y orientación sobre la aplicación de medidas específicas para la empresa y la industria. Como resultado, el número de trabajadores en semanas de trabajo más cortas y el número de despidos temporales aumentó de 550 antes de la desaceleración a 26.500 en el primer cuatrimestre de 2009. Sin estas directrices, muchos de los trabajadores estarían enfrentando despidos. En Noruega, las solicitudes por parte de la Confederación de Empresas de Noruega (NHO) y de la Confederación de Sindicatos de Noruega (LO) hicieron posible un sistema más flexible para el despido temporal. Por su parte, la Confederación de Asociaciones de Empleadores de Turquía (TISK) inició un nuevo acuerdo legal sobre trabajo a tiempo parcial.
OIT EnLínea: ¿La crisis ha creado además oportunidades para utilizar los períodos de desempleo para la formación y calificación de los trabajadores?
Jean-François Retournard: La Federación de la Industria y de los Empleadores de los Países Bajos (VNO-NCW) apoyó un programa para reducir las horas de trabajo. Bajo este programa, los empleadores tienen la posibilidad de reducir las horas de trabajo en hasta un 50 por ciento. Durante ese período, los trabajadores reciben el subsidio de desempleo por las horas que no trabajan. Inicialmente, el programa puede ser aplicado por un período máximo de tres meses, con la posibilidad de dos prórrogas de seis meses cada una, y está asociado a acuerdos de formación para los trabajadores durante el período de inactividad. En Sudáfrica, Empresarios Unidos de Sudáfrica (BUSA) ayudó a crear un programa de formación para proteger empleos. En el Plan de Formación contra el desempleo, los trabajadores que habrían sido despedidos como resultado de la crisis participan en cambio de un programa de formación que puede durar de tres a cuatro meses. Durante este período, reciben un salario reducido subvencionado por fondos provenientes de la Caja de Seguro de Desempleo y el Fondo Nacional para la Calificación Profesional.
OIT EnLínea: ¿Las iniciativas orientadas al desarrollo de calificaciones son de particular importancia para los jóvenes que entran al mercado laboral en estos momentos difíciles?
Jean-François Retournard: Nuestro informe cita la Confederación de Empresarios y Empleadores de Irlanda (IBEC), que lanzó una iniciativa para ayudar a ofrecer experiencia profesional para los cerca de 16.000 graduados que finalizaron sus estudios en 2009 y no encontraban trabajo. El servicio de información ofrece a los graduados la posibilidad de examinar las oportunidades de pasantías en diversos sectores y tipos de empresas a través de un sitio web. Además, la IBEC colabora con el gobierno para permitir que los graduados mantengan el derecho a los subsidios cuando las empresas no pueden pagar los salarios durante la colocación. En un país como Irlanda, que ha sido particularmente afectado por la crisis, una iniciativa de este tipo podría contribuir a garantizar que los graduados no emigren en búsqueda de oportunidades de empleo al exterior.