La obesidad pone a dieta a las empresas
Los problemas de salud relacionados con una mala nutrición o la falta de ejercicio físico son un riesgo tanto para los empleados como para la productividad de las empresas. Mejorar los hábitos de vida en el entorno laboral se empieza a considerar como una inversión.
Cuando se habla de la buena salud de una empresa, es normal que lo primero que venga a la mente sea su cuenta de resultados, su valor bursátil o su imagen corporativa. A nadie se le ocurriría pensar que tenga algo que ver con la salud de sus empleados. Sin embargo, cada vez hay más evidencias del impacto de la salud laboral en la productividad de las empresas.
La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo calcula que las enfermedades relacionadas con la vida laboral supone entre el 2,6% y el 3,8% del Producto Nacional Bruto de los países miembros de la Unión Europea. Además, cada año se pierden 600 millones de jornadas laborales (en la Europa de los 15) debido a estas afecciones.
En este ámbito, cada vez gana más importancia la mejora de los hábitos de vida en el trabajo, como son la nutrición, el ejercicio físico o el consumo de tabaco. Las experiencias, estrategias y oportunidades para conciliar la vida saludable y el trabajo han sido el eje de una conferencia organizada en Bruselas por la Comisión Europea. El encuentro responde al interés de las autoridades por la promoción de la salud en el trabajo como factor de productividad y como una de las piezas fundamentales de la salud pública.
"La mejora de estos hábitos de vida es algo que tiene que venir de la decisión de los trabajadores de llevar una vida sana, y de las facilidades de las empresas para llevarlo a cabo", explicó Robert Madelin, director general de Sanidad y Consumo de la Comisión Europea.
Para Marc de Greef, de la organización holandesa Prevent, la promoción de los hábitos de vida saludables tiene un doble beneficio: para la empresa, porque reduce costes (absentismo, accidentes, enfermedades), mejora la imagen de la compañía, ayuda a conservar el capital humano y aumenta la productividad. Y para el empleado, porque le otorga una mayor calidad de vida y más satisfacción en el trabajo.
Las principales discusiones del encuentro se centraron en la forma de cuantificar y demostrar los beneficios para las empresas que supone invertir en la salud de sus empleados. Andrée Deane, presidenta de la Asociación Europea de Salud y Fitness, citó un estudio de Deloitte en Inglaterra que asegura que si el 70% de la población de aquel país dedicara 150 minutos por semana al ejercicio físico, las empresas se ahorrarían casi 750 millones de euros al año y se restarían tres millones de días de baja laboral en el mismo periodo.
La Red Europea de Promoción de la Salud en el Trabajo (Enwhp, en sus siglas inglés) también aportó algunos datos esperanzadores. Según esta organización, Volkswagen ha documentado que un incremento del 1% en los índices de salud de sus trabajadores se tradujo en una mejora en la productividad de otro 1%. Con la implantación de medidas de promoción de la salud laboral, Volkswagen consiguió ahorrar 190 millones de euros en costes de personal entre 1988 y 1999.
Absentismo laboral
Uno de los principales impactos de la salud en la cuenta de resultados de las empresas es el absentismo. Según la Enwhp, la promoción de hábitos de vida saludables puede reducir la ausencia en el trabajo entre el 12% y el 36%. Por cada euro invertido en este capítulo se obtienen entre 2,5 y 4,8 euros de beneficio. Sin embargo, este organismo advierte también de que el absentismo sólo es "la punta del iceberg" de las consecuencias negativas de una vida laboral poco saludable. El resto de las pérdidas tienen que ver con una productividad de los empleados por debajo de sus posibilidades por este motivo.
Los malos hábitos de vida afectan incluso a la carrera profesional de los trabajadores. Johan Polder, autor del estudio Obesidad: un gran desafío de la economía, citó una encuesta realizada en Londres entre 300 directivos según la cual el 70% de los entrevistados consideraba que "los empleados con sobrepeso son indisciplinados", y que la mayoría prefería a personas en forma para cargos de responsabilidad.
Otra vida es posible en el trabajo
La conferencia desarrollada en Bruselas sirvió para presentar algunos casos de éxito en la mejora de los hábitos de vida de los trabajadores: desde el ejemplo de una pequeña oficina con cinco empleadas que aprovecha la hora de la comida para realizar ejercicios de Tai Chi, hasta la puesta en marcha de programas de nutrición saludable y ejercicio físico de grandes multinacionales. Un ejemplo de ellas es Cadbury Schweppes, que implantó, en enero de 2006, un programa entre sus empleados de Reino Unido centrado en tres áreas: favorecer el ejercicio físico de los trabajadores durante las jornadas laborales (actividades deportivas dentro del centro de trabajo y demostraciones de ejercicios físicos); mejorar su estado de salud (formación en gestión del peso, abandono del tabaco o control del estrés), y favorecer una alimentación saludable (mayor variedad en los menús del comedor e información nutricional). Un año después, los resultados han sido positivos: el 38% de los trabajadores ha incrementado la frecuencia de su actividad física; el 18% ha mejorado sus hábitos alimenticios; el 14% afirma haber mejorado su calidad de vida; y el 15% ha acudido a clases, seminarios o sesiones sobre asesoramiento en salud.
¿Quiere saber si su compañía es saludable?
La campaña 'Move Europe' de la Red Europea de Promoción de la Salud en el Trabajo tiene como uno de sus objetivos el asesoramiento en los hábitos de vida saludables en las empresas. En ella intervienen todos los países de la Unión Europea y se ofrecen herramientas para las compañías que deseen mejorar en este aspecto. Una de ellas es un cuestionario 'online' mediante el que el organismo analiza los puntos débiles de la salud laboral en la empresa y la mejor manera de mejorarlos. El cuestionario está disponible en la web www.enwhp.org
(Expansión & Empleo)