¿Está en crisis el teletrabajo?

25.03.2013 | Gestión

El reciente anuncio de la nueva Directora Ejecutiva de Yahoo, Marissa Mayer, de eliminar el trabajo desde el hogar para los empleados de la compañía ha iniciado un debate sobre las ventajas – e inconvenientes – del teletrabajo.  A continuación acercamos la opinión de expertos en el tema como la del investigador principal de la OIT, Jon Messenger, y analizamos algunos de los puntos claves al hablar sobre el teletrabajo. 


Marissa Mayer fue designada la nueva Directora Ejecutiva de Yahoo en julio de 2012 y entre sus primeras iniciativas en el cargo se destaca la polémica “prohibición” de la modalidad de teletrabajo para los empleados de la compañía.

Según un comunicado interno confidencial que se filtró a la prensa, Mayer expresó que la comunicación rápida y la colaboración de calidad con frecuencia son sacrificadas cuando el personal trabaja a distancia, incluso desde casa. "Se trata de lo que es correcto para Yahoo en estos momentos", afirmó ante las críticas. 

Se ha iniciado un debate acalorado sobre el teletrabajo ante la aparente contradicción de esta decisión en una empresa basada en las nuevas tecnologías, valorizadas por permitir conciliar de manera eficaz el equilibrio entre la vida personal y la vida profesional al trabajar a distancia.

Se trata de evaluar si la capacidad de trabajar desde el hogar, así como otros arreglos flexibles, conduce a una mayor productividad o inhiben la innovación y la colaboración.

El investigador principal de la OIT, Jon Messenger, afirmó en una nota de opinión que hay argumentos convincentes para trabajar desde casa. Destacó el argumento comercial como el principal beneficio del teletrabajo.  

Se pueden mencionar una gran cantidad de empresas como Best Buy, British Telecom y Dow Chemical que han tenido repercusiones positivas a partir de la modalidad del teletrabajo. La modalidad de teletrabajo tiene gran popularidad en Estados Unidos donde el número de personas que trabajan desde casa casi se ha duplicado en 30 años, pasando de 2,3% en 1980 al 4,2% en 2010, según el último Censo. De hecho, el Censo encontró que alrededor del 10% de la población activa trabaja desde su casa al menos un día a la semana.

Estudios conducidos en empresas navarras (España) han revelado que los teletrabajadores significan una ahorro anual superior a 1.200 euros en infraestructura y personal y que, además, en un porcentaje bastante elevado de los casos, la productividad se incrementa. Asimismo se percibe un ahorro de 216 horas al año en desplazamientos al lugar de trabajo. 

Otros beneficios se traducen en la reducción de la rotación del personal, lo cual se significa un ahorro de miles de dólares en costos de formación y contratación de los nuevos empleados, y en la reducción del absentismo laboral. 

La flexibilidad del horario ofrece la posibilidad a los teletrabajadores de encargarse de las obligaciones familiares y lograr alcanzar un equilibrio laboral y personal-familiar. Esto repercute en una mayor satisfacción personal del empleado. 

La promoción de la diversidad es otra de las razones destacadas por Messenger. “Las mujeres continúan siendo las principales proveedoras de cuidados y muchas no participan en la fuerza de trabajo a causa de sus responsabilidades familiares, con frecuencia porque no logran conciliar el tener que ir al lugar de trabajo y cuidar de sus hijos o de los familiares ancianos. El teletrabajo también ofrece posibilidades a las personas con discapacidad que tienen dificultades para llegar al lugar de trabajo. Algunos empleadores completamente virtuales contratan personal a distancia sin haberlo visto, reduciendo la eventual discriminación a causa de la raza, la religión u otros motivos”.

Para Jon Messenger la falta de apoyo al teletrabajo se debe a una falta de confianza en los empleados. Si bien “la mayoría de los gerentes dicen que confían en sus empleados, una tercera parte declaró que prefieren ver a su personal, para estar seguros de que están trabajando”.  

“La idea de que es necesaria la presencia de los empleados en un lugar físico para poder colaborar eficazmente está arraigada en la “vieja escuela” de la gerencia, que en parte se basa en la convicción de que no se puede confiar en el trabajo realizado desde casa”, argumenta Messenger en la nota. Esto hace evidente la necesidad de un cambio en la cultura empresarial hacia un enfoque más moderno que considera que el personal es digno de confianza.