Un tercio de los residuos de América Latina terminan en basurales a cielo abierto

16.10.2018 | Ambiente

El dato se desprende del reciente estudio publicado por ONU Medio Ambiente, que analizó la crítica situación actual de los residuos en América Latina y el Caribe.


En el marco del XXI Foro de Ministros de Medio Ambiente de la región, que tuvo lugar entre el 9 y el 12 de octubre en Buenos Aires, ONU Medio Ambiente presentó el informe “Perspectiva de la Gestión de Residuos en América Latina y el Caribe”.

El informe determinó que, en la región, cada habitante produce 1 kg por día, generando un total de 541.000 tn por día, cifra que, incrementaría al menos un 25% para 2050, alcanzando más de 671.000 tn diarias. Este aumento, se atribuye al incremento de la población, la expansión urbana y económica. En este contexto, los países que más producen basura son Brasil y México, mientras Haití es el que menos.

Con respecto al tipo de residuos, un 50% son orgánicos, pero son los que menos se gestionan. Su falta de tratamiento provoca aumento de gases de efecto invernadero -como el metano-, la producción de lixiviados y disminuye la calidad de otros materiales reciclables que también están en la basura.

De manera positiva, se destaca que algunos países de la región han logrado una mejora en la cobertura de recolección de los residuos, que asciende a cerca de 90% de la población, pero, todavía más de 40 millones de personas (unas 35.000 toneladas diarias) no cuentan con servicio de recolección, especialmente en zonas de bajos recursos y comunidades rurales.

Por otro lado, un tercio de todos los residuos urbanos generados en América Latina y el Caribe termina en basurales a cielo abierto o en el medio ambiente, contaminando los suelos, el agua y el aire de la región, y afectando la salud de sus habitantes. 

Es decir, cada día 145.000 toneladas de residuos son dispuestas inadecuadamente, una cantidad que equivale a los desechos generados por 27% de la población de la región o 170 millones de personas. 

Continuando con las malas prácticas, dentro del tratamiento de residuos, la región tiene uno de los más bajos niveles de reciclaje, ya que solo 10% de los residuos se recupera.  Por lo que, cerca de 90% de los residuos recolectados se destinan a sitios de disposición final, como rellenos sanitarios o basurales. 

En este punto, Jordi Pon, coordinador regional para América Latina y el Caribe de ONU Medio Ambiente, remarcó que fue muy difícil de conseguir datos sobre el tema, ya que hay un importante número de recicladores informales.

Otro tema pendiente son los residuos especiales, tales como los residuos peligrosos, los aparatos electrónicos, los desechos hospitalarios o los asociados a la construcción. Estas corrientes no reciben recibe un manejo inadecuado. Frecuentemente, esta clase de residuos ni siquiera está bien inventariada y caracterizada, aunque algunos países han logrado avances legislativos.

Vinculado a la gestión por parte de los Estados, se marca un débil funcionamiento institucional, principalmente por la superposición de normas que otorgan competencias a distintas áreas de un mismo gobierno, dificultando la aplicación de la norma ambiental. En este punto aseguran que es necesario explicitar el concepto de la economía ciudad en los regímenes legales, al igual que el principio de responsabilidad extendida del productor.

“Aunque existen leyes en el tema, se encontró superposición normativa y de competencias, entre municipalidad, provincia y nación, impidiendo la aplicación de las normas y la correcta gestión”, indicó Carina Quispe, responsable del área de gobernanza del informe. Para revertir esta situación, remarcó que hay trabajar en la normalización administrativa. Con respecto a la economía circular, aseguró que todavía está incipiente y solo hay iniciativas aisladas. 

Dentro de los puntos destacados, también se establece la importancia de comunicar y promover una separación efectiva, al igual que es fundamental favorecer la inversión y sostenibilidad económica del sector. Para ello se recomienda incorporar el costo de la inacción en términos de salud, impacto ambiental y de desarrollo, que puede ser de 5 a 10 veces superior al costo de una gestión adecuada de los residuos. Asimismo, remarca que hay una carencia de información de los países sobre el tema.

Como conclusión, indica que la gestión de adecuada de los residuos sigue siendo uno de los mayores retos para la sostenibilidad en América Latina y el Caribe. Marcando que la política y los sistemas de gestión de residuos deben responder a una realidad compleja, ateniendo la urgente necesidad de prevenir los impactos asociados con prácticas inadecuadas de gestión que prevalecen en la región.

El informe, finaliza con una series de recomendaciones para mejorar la gestión, dentro de las que se insta a priorizar el tema en la agenda política; promover un enfoque de economía circular; promover un conjunto adecuado de políticas, normativas e instrumentos económico; establecer programas específicos para las diferentes corrientes de residuos; mejorar la gobernanza del sector; reconocer, formalizar y profesionalizar el sector informal; favorecer la inversión y sostenibilidad económica del sector; fortalecer los sistemas de información, entre otros.

A través de la publicación, se presentan experiencias exitosas en la región, como un programa en México que promueve el reciclaje de teléfonos celulares, la recogida selectiva en el municipio de Alvarado, Costa Rica, la prohibición de bolsas plásticas en Antigua y Barbuda o el canje de residuos reciclables por alimentos que desarrolla el municipio brasileño de Curitiba. 

Fuente: ONU Medio Ambiente  

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