El Programa de Movilidad Electrónica para Ciudades Sostenibles de América Latina y el Caribe, que se espera aporte US$450 millones en préstamos y donaciones a nueve países, apoyará la transición de las ciudades de la región hacia  emisiones de carbono más bajas y un transporte público resiliente, acelerando el uso del transporte público eléctrico y de hidrógeno y haciendo los sistemas de movilidad urbana más resilientes al cambio climático. Los recursos se destinarán a Barbados, Chile, Colombia, Costa Rica, Jamaica, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Uruguay.

Al aumentar el acceso al transporte de bajas emisiones, el programa eliminará 7.5 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono. Su medida de adaptación al cambio climático beneficiará directamente a 1.5 millones de personas e indirectamente a 9 millones, lo que representa el 9% de toda la población de los países del programa. Los beneficios incluyen facturas de importación de combustibles fósiles más bajas, una mejor capacidad de movilidad del sector público y privado, nuevos empleos verdes, una transición justa que aborde consideraciones de género y de otro tipo, y una red eléctrica más resistente a los eventos climáticos.

Se espera que el BID y los otros socios proporcionen US$ 200 millones del financiamiento (US$ 195 millones en préstamos y US$ 5 millones en donaciones) y el Fondo Verde del Clima acaba de aprobar otros US$ 200 millones (USD$145 millones en préstamos y US$ 55 millones de donaciones). Se espera que los gobiernos de los nueve países beneficiarios aporten otros US$ 50 millones en cofinanciación local, para una inversión inicial total de US$ 450 millones.

Casi dos tercios de los fondos (US$ 284 millones) se utilizarán para financiar la movilidad eléctrica en ciudades. Esto responde al limitado atractivo de invertir en autobuses eléctricos, la limitada experiencia en la mejora de la resiliencia de la infraestructura del transporte urbano y la falta de apoyo financiero a las inversiones para que la infraestructura sea menos vulnerable al cambio climático. Esta parte del fondo financiará autobuses eléctricos, taxis y vehículos de transporte, vehículos de servicio de entrega y camiones y vehículos institucionales.

El 22% del financiamiento (US$ 98 millones) apoyará la infraestructura de micro movilidad resiliente al clima, incluyendo vehículos de corta distancia, estaciones de atraque, carriles para bicicletas y calles peatonales. Estos fondos también se utilizarán para asignar y mejorar el apoyo a los espacios urbanos y a la infraestructura para el transporte público eléctrico, para abordar las necesidades específicas de género y para conectar a los usuarios con opciones alternativas de transporte urbano (eléctrico y no motorizado).
 
Además, el fondo financiará proyectos piloto de vehículo a la red (V2G) e hidrógeno verde para evaluar su viabilidad como formas de incrementar la resiliencia de la red eléctrica. El V2G consiste en el uso de baterías como depósitos de almacenamiento de energía con el fin de proporcionar energía durante y después de eventos climáticos extremos y apoyar otros servicios de fiabilidad de la red eléctrica.

El programa cuenta también con un importante componente de asistencia técnica para mejorar el diseño, la política, el marco regulatorio y los modelos de negocio para la participación del sector privado, dado que las ciudades de la región todavía carecen de estas condiciones para la movilidad eléctrica y de hidrógeno verde.
 
Como parte de este componente, el programa preparará un plan de acción de género. El plan tendrá como objetivo promover la participación femenina y la conciencia de género en el sector de la electromovilidad, incrementar el acceso de las mujeres a las oportunidades económicas por medio del desarrollo de sus habilidades técnicas y empresariales, de incentivos para la contratación de mujeres y de la incorporación de criterios de elegibilidad de género en los procesos de selección de proyectos.