Entre los objetivos para el 2030 se plantean proteger el 30 % de las tierras, los océanos, las zonas costeras y las aguas continentales de la Tierra; reducir en U$$ 500 mil millones anuales los subsidios gubernamentales dañinos; y reducir el desperdicio de alimentos a la mitad.

Celebrado en el Palais des Congrès de Montreal del 7 al 19 de diciembre, representantes de 188 gobiernos aprobaron medidas para detener la pérdida en curso de la biodiversidad terrestre y marina y encaminar a la humanidad en la dirección de una relación sostenible con la naturaleza, con indicadores claros para medir el progreso.

Además del GBF, la reunión aprobó una serie de acuerdos relacionados con su implementación, incluida la planificación, el seguimiento, la presentación de informes y la revisión; la movilización de recursos; ayudar a las naciones a desarrollar su capacidad para cumplir con las obligaciones; e información digital de secuencias sobre recursos genéticos.

El acuerdo también obliga a los países a monitorear e informar cada cinco años o menos sobre un gran conjunto de "títulos" y otros indicadores relacionados con el progreso en relación con las metas y objetivos. Los indicadores principales incluyen el porcentaje de tierra y mares efectivamente conservados, el número de empresas que divulgan sus impactos y dependencias en la biodiversidad, y muchos otros.

Desde el GBF advierten que "sin tal acción, habrá una mayor aceleración en la tasa global de extinción de especies, que ya es al menos de decenas a cientos de veces mayor que el promedio de los últimos 10 millones de años".

Entre los objetivos globales para 2030 se destacan:

• La conservación y gestión eficaces de al menos el 30 % de las tierras, las aguas continentales, las zonas costeras y los océanos del mundo, con énfasis en las zonas de especial importancia para la biodiversidad y el funcionamiento y los servicios de los ecosistemas.
   
• Tener la restauración completa o en curso en al menos el 30% de los ecosistemas terrestres, de aguas continentales, costeros y marinos degradados.
   
• Reducir a casi cero la pérdida de áreas de gran importancia para la biodiversidad, incluidos los ecosistemas de alta integridad ecológica.
   
• Reducir a la mitad el desperdicio global de alimentos y reducir significativamente el sobreconsumo y la generación de desperdicios.
   
• Reducir a la mitad tanto el exceso de nutrientes como el riesgo general que plantean los pesticidas y los productos químicos altamente peligrosos.
   
• Eliminar progresivamente o reformar para 2030 los subsidios que dañan la biodiversidad en al menos $ 500 mil millones por año, mientras aumenta los incentivos positivos para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad.
   
• Movilizar para 2030 al menos $200 mil millones por año en financiamiento relacionado con la biodiversidad nacional e internacional de todas las fuentes, públicas y privadas.
   
• Aumentar los flujos financieros internacionales de los países desarrollados a los países en desarrollo, en particular los países menos adelantados, los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países con economías en transición, a por lo menos 20.000 millones de dólares estadounidenses por año para 2025 y a por lo menos 30.000 millones de dólares estadounidenses por año para 2030.
   
• Prevenir la introducción de especies exóticas invasoras prioritarias y reducir al menos a la mitad la introducción y el establecimiento de otras especies exóticas invasoras conocidas o potenciales, y erradicar o controlar las especies exóticas invasoras en las islas y otros sitios prioritarios.
   
• Exigir a las empresas e instituciones financieras grandes y transnacionales que supervisen, evalúen y divulguen de forma transparente sus riesgos, dependencias e impactos sobre la biodiversidad a través de sus operaciones, cadenas de suministro y valor y carteras.