Ya somos 8 mil millones… ¿Y ahora qué?
Hace pocos días el mundo alcanzó los 8 mil millones de habitantes, ¿Qué significa esto y cómo impacta el futuro del planeta?
Ahora que llegamos a este número, lo lógico sería pensar que, proporcionalmente, somos más personas compartiendo la responsabilidad de cuidar el lugar donde vivimos. Al final, somos más consumiendo agua, comida, recursos naturales y todo lo que se produce en este mundo.
La realidad es que los niveles de producción y consumo de esta cantidad de millones de personas no es sostenible, esto viene con dramáticos efectos de cambios climáticos, deforestación, y pérdida de biodiversidad a niveles alarmantes. Estamos acabando con los bosques para agilizar desarrollos, agricultura y productos comerciales derivados de árboles. La contaminación y la sobrepesca también están afectando considerablemente los océanos y seguimos manteniendo un sistema global de energía impulsada por combustibles fósiles, lo cual es una amenaza.
¿Y dónde está Latinoamérica en todo este panorama? La región abriga al 8.2% de los 8 mil millones de habitantes, es decir, unos 662 millones, con Brasil y México entre los diez países del mundo con más población (7mo y 10mo respectivamente). Pero, además, los problemas socioeconómicos de la región parecen no dejar mucho espacio para preocuparse por el medio ambiente, a fin de cuentas, cuando tenemos que preocuparnos por cubrir necesidades básicas, ¿a quién le importa lo demás?
Y como dijo Patrick Gerland de las Naciones Unidas, “Mantenernos como estamos hoy y no hacer nada no es una opción, nos guste o no los cambios están sucediendo y la situación no va a mejorar por sí sola, necesitamos hacer algo ya”.
Según estadísticas de la ONG Global Footprint Network, para julio de 2028, la humanidad habrá usado todos los recursos que la tierra puede sosteniblemente regenerar y pasaríamos a vivir “prestados”. Y si no podemos regenerar tan rápido como gastamos ¿Por cuánto tiempo tendremos planeta y qué demonios le vamos a dejar a las próximas generaciones?
Esta misma organización calculó la huella ecológica de los países y cuántos planetas Tierra necesitaríamos. Por ejemplo, precisaríamos 5,1 Tierra si viviéramos como ciudadanos de Estados Unidos. Esto baja cuando miramos la huella de Latinoamérica que va entre 1,6 y 2,7 dependiendo del país.
¿Y qué podemos hacer? La solución no es sencilla e involucra principalmente a los gobiernos y al sector empresarial el comenzar a acelerar la implementación de políticas que puedan regular de alguna manera los patrones de producción y hasta de consumo.
Un aliado clave es la tecnología. La sostenibilidad en las empresas se ha vuelto más relevante que nunca y para minimizar y contabilizar la huella de carbono que emiten los productos y operaciones a lo largo de las cadenas de valor es necesario contar con soluciones y aplicaciones de software que provean transparencia. SAP cuenta con soluciones especializadas en sostenibilidad que cubren manejos de reportes ESG, acciones climáticas, economía circular y responsabilidad social. Todo esto sin perder el foco del negocio y la rentabilidad.
Aprendamos cómo vivir mejor con menos sin dejar de lado la calidad de vida. Podríamos comenzar con mirar qué comemos y reducir la dependencia de consumir tantos productos animales. También influye cómo nos movemos; podemos reducir los viajes aéreos y aumentar los transportes eléctricos en los centros urbanos. Los gobiernos deben enfocarse en reestructurar nuestras ciudades, avanzar hacia una energía más limpia y de menor costo, construir edificios más inteligentes y buscar alternativas para las familias de una persona quienes usan más energía que las que viven en comunidad.
No podemos dejar de lado la educación; especialmente en regiones como Latinoamérica y África que tienen problemas de pobreza y analfabetismo tan elevados. El acceso a una educación justa fue uno de los temas relevantes que se discutieron en la conferencia de cambio climático COP 27 recientemente celebrada en Egipto donde se estableció la meta de instruir a la juventud desde prekínder hasta la escuela superior sobre los desafíos del cambio climático y lo que se debe hacer para afrontarlos.
Definitivamente la supervivencia del planeta no se puede dejar a la buena fe de las personas, necesitamos reglas y regulaciones ¡YA!
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