"Hemos ganado proyectos por por la razón de ser una empresa sostenible"

13.02.2023 | Entrevistas

Hablamos con Jorge Toruño, CEO de Grupo ITSA, una empresa guatemalteca de gran liderazgo en construcción sostenible. Repasamos los desafíos de la industria en materia energética y de equidad de género. Toruño además, es presidente de CentraRSE, una de las entidades promotoras de sostenbilidad empresaria más fuertes de la región, desde donde promueve la discusión sobre capitalismo consciente. 


¿Cómo es el registro histórico de la implementacón del concepto de construcción sostenible en la empresa? 

Empezó por tener conciencia social, ambiental y una conciencia de negocios. Así, primero, empezamos con planes que ayuden a los trabajadores a tener una vida más balanceada.
Segundo, en la parte ambiental, comenzamos con programas de reciclaje, de educación sobre cómo se deben usar los plásticos y cartones, para todo el personal en todas las obras. Aunque primero hay una resistencia a ese cambio, una vez que se les da una oportunidad, se empiezan a probar y pasan a ser solicitados. Por ejemplo, damos charlas de responsabilidad social en los proyectos, para seguir manteniendo esa conciencia. Así se volvió una cultura de vida empresarial. Además, en todo en ese tiempo nos acompañó Centrarse para seguir creciendo.  Adaptamos la responsabilidad social empresarial al sentido del negocio y empezamos a tomar un camino formal, viendo que era realmente un negocio.

¿Tuvieron señales del mercado que los impulsaron en este camino?

Desde que empezamos con esté programa hemos ganado dos o tres proyectos por esto, por la razón de ser una empresa sostenible.

Un punto que distingue su estrategia es la certificación de las competencias profesionales de sus empleados ¿Cómo lo llevan adelante?

Hay dos partes: una es con la academia de certificación de albañiles. En el país no hay normativa, nosotros lo hicimos por una gestión de negocio. En este sentido necesitábamos que los albañiles pudieran, en primer lugar, ejecutar bien el trabajo con el equipo; dos, que rindieran todo lo que pudieran para ganar más dinero y lo hicieran más rápido; y tres para que ellos se sintieran identificados con una empresa que los está entrenando y que se quisieran quedar. Entonces, diseñamos este programa para certificar albañiles con nuestro equipo. Esta es la primera etapa en la que llevamos 15 años. 

La segunda, pasó el año pasado y está relacionada con la escasez de mano de obra. Ante esta situación había tres opciones: una, empezar a rivalizar con las otras las empresas y quitar albañiles e incrementar su precio; en segundo lugar, lo que podía pasar, este contexto, es que una obra quede bien y otra mal; la tercera opción era ser creativos: así le generamos un programa a los peones, a través del Instituto Técnico de Capacitación (INTECAP) del país, para poder capacitarlos y convertirlos en albañiles en determinados puntos. Actualmente, ya tenemos 100 graduados. 

 

Puede ser una imagen de 7 personas, al aire libre y texto que dice "itsa GRUPO VALORES QUE CAMBIAN VIDAS"

 

¿Es una industria con mucha informalidad en Guatemala?

Hay una construcción informal en las que se hacen casas o en el interior. Asimismo, está la competencia desleal en la construcción formal que contratan personal y un seguro de vida, pero no les pagan las prestaciones mínimas que exige la ley. Eso genera competencia desleal y una informalidad.

¿Cómo está el tema género, mujer y diversidad en la industria, históricamente muy masculina?
  
El tema está cada vez más fuerte, nosotros contratamos muchas mujeres supervisoras para nuestra obra. La vicepresidenta de Centrarse lo dice muy claro: los hombres y las mujeres pensamos distintos, pero cuando trabajamos juntos nos complementamos. Las mujeres profesionales que contratamos tienen un sentido de calidad más grande que el hombre.

Por otro lado, contamos con el programa Mujeres Obreras, que nos ha costado muchísimo por la legislación guatemalteca para que sea viable y rentable. Cuando empezamos con el programa era, por un lado, para mejorar la calidad de cierto trabajo, ya que las mujeres obreras tienen una mano de calidad impresionante, pero también para que ellas puedan contribuir al hogar y generar una economía de la cual tuvieran doble ingreso.

En la construcción no veo un problema de género. Es una obligación nuestra generar las mismas oportunidades para las mujeres como para los hombres.

El tema energético es crítico para la industria, ¿cómo lo están abordando?

Lo estamos trabajando de varias maneras. En primer lugar, nos tenemos que ajustar al desarrollador (que es el que compra el terreno, contrata el constructor y lo vende); nosotros somos constructores y nos tenemos que adaptar a ciertas reglas. Desde nuestro lado, trabajamos para que nuestros equipos tengan alguna certificación o se garantice que el consumo de energía sea el más eficiente.

Por otro lado, somos la primera empresa que está certificada en Centroamérica y varios países de Latinoamérica en interiores bajo la certificación EDGE que es un estándar internacional, segundo después de LEED. 

Por último, nuestra planta de producción de acero, utiliza energía de paneles solares. Es una inversión, pero también tiene que ser un modelo de negocios porque en cinco años ya no pagaremos energía. Estamos convencidos de que la sostenibilidad es un excelente modelo de negocio.   

Hoy tenemos un Objetivos de Desarrollo Sostenible vinculado directamente a las ciudades, ¿Cómo empresa de construcción trabajan esté tema?

Soy el presidente de la Asociación Guatemalteca de Contratistas de la Construcción, que hoy cuenta con 42 miembros, solo dos de ellos trabajan en obra pública, todos se han retirado porque la corrupción en la obra pública es alta. Entonces desde nuestra parte, desde la obra privada, tratamos de generar conciencia a los desarrolladores para que ellos mismos creen ciudades resilientes. Ellos mismos se han dado cuenta que es un buen modelo de negocio. 

¿Cómo es el relacionamiento con las comunidades cercanas a las grandes obras de infraestructura?

Hace muchos años que lo trabajamos en el interior. Primero nos acercamos a las comunidades, ya que tenemos un Protocolo de Acercamiento. Tratamos, dentro de nuestro protocolo, entender cuáles son los arreglos de los propietarios con las comunidades para poder respetarlos.  
 
De todas maneras, si se les demuestra a las comunidades que la ejecución del proyecto volverá la comunidad económicamente mejor, lo aceptan. Así, la empatía en esos lugares es importantísima, tenemos que entender que quieren. Es un tema de diálogo.

¿Cómo se proyecta "el propósito del líder en la organización" del que usted habla? ¿Y cómo define "capitalismo consiente"?

El propósito involucra cambiar la dinámica y los tiempos para poder hacerlo. En el caso nuestro, se les dio una oportunidad a estas iniciativas. Primero con menos fuerza, pero luego hubo un cambio y esas iniciativas tomaron más fuerza cuando permitieron ejecutarse sin tanta burocracia. Además, las personas deben conocer el propósito superior del líder. Ese propósito no puede ser secreto, tiene que estar bien claro. Cuando ven que el líder lo ejecuta en el día a día, las personas lo entienden. 

Es un propósito agresivo, pero haciendo capitalismo consiente se puede. El capitalismo consiente para una empresa es tener los pilares bien claros, un propósito superior, entender que la cadena de valor tiene que verse beneficiada y que tengamos un liderazgo consciente y una cultura que permee ese liderazgo.
 
Desde su rol de presidente de CentraRSE, ¿Cuál diría que es el estado de la sostenibilidad empresarial en Guatemala?

Después de la pandemia creció en una vertical bastante alta. La pandemia vino a demostrar que la sostenibilidad no es esotérica, no es algo subjetivo. Vino a demostrar que todas las empresas que tenían algún modelo de sostenibilidad ejecutándose fueron más resilientes y se pudieron adaptar mejor a las condiciones adversas y pudieron reactivarse con esa resiliencia más rápido. Cada vez más las empresas se dan cuenta que pueden retener a las personas a través del capitalismo consciente y se pueden tener mejores beneficios económicos en términos ambientales, uso de recursos, etc. Por último, en CentraRSE crecimos un 20% en aliados y siguem entrando nuevas empresas. 

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