La empresa REPSA viene siendo denunciada por organizaciones sociales de Guatemala y Estados Unidos desde hace varios años. Se la acusa de  graves violaciones de los estándares ambientales y de derechos humanos comprometidos por la empresa en sus políticas de cultivo y extracción de palma de aceite en el municipio de Sayaxché, en Petén, Guatemala. Se la conecta con la contaminación masiva de los ríos locales y la brutal intimidación de los defensores locales de tierras.

El anuncio de Cargill, hecho en su registro público de agravios el 24 de noviembre de 2017, se atribuye al incumplimiento de REPSA con la política de aceite de palma sostenible de Cargill.

"La retirada de Cargill envía una señal importante a la industria del aceite de palma y sienta un precedente importante para la responsabilidad ambiental y social. Sin embargo, trae consigo una preocupación real por la represión en curso", dijo Jeff Conant, Director Senior del Programa de Bosques Internacionales de la organización Amigos de la Tierra, que desempeñó un papel clave al presionar a la empresa para que se retire. "Desafortunadamente, los defensores de la tierra continúan bajo amenaza y las compañías que se han beneficiado de las actividades en la región tienen la responsabilidad de prevenir estas amenazas".

REPSA recibió de Cargill un conjunto de parámetros para implementar prácticas mejoradas, y estableció un plazo del 31 de octubre de 2017 para que la compañía lo cumpla. REPSA no cumplió con los requisitos y Cargill suspendió las relaciones comerciales con REPSA. En el momento de este lanzamiento, Wilmar International, el otro cliente global importante de REPSA, no ha anunciado públicamente una suspensión de su relación comercial.

Más información en este link.