¿Cómo garantizar los derechos de los trabajadores en la era digital?

27.12.2019 | Articulación Público-Privada

La cuarta revolución industrial está modificando la forma en que trabajadores y empleadores se encuentran y se relacionan en los mercados, pero la legislación de estas nuevas formas de trabajo avanza más lento que su rápida implantación. En la quinta entrega de la serie El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe, el BID resalta la urgencia de actualizar las regulaciones que han determinado las relaciones laborales para avanzar de manera proactiva hacia un marco legal y un estado de bienestar para todos. Según los autores, las alternativas que se presentan se plantean en torno a dos debates: qué regular, y cómo regular.


La publicación plantea la urgencia de actualizar las regulaciones que han determinado las relaciones de varias generaciones de trabajadores con sus empleadores, y que hasta ahora se han basado casi exclusivamente en la distinción entre asalariados e independientes. ¿Es suficiente este esquema de dos categorías o debería darse cabida a una tercera modalidad?, ¿cómo puede actualizarse la regulación para responder a las características propias de los trabajadores de la economía gig?

Para el BID la respuesta a estos desafíos no es uniforme. En este escenario extremadamente cambiante es la justicia la que está marcando el paso en la región, interpretando las normas para dirimir los conflictos que se han ido planteando.

Así, a la espera de que los legisladores tomen un rol proactivo, en esta nota se presentan tres principios a tener en cuenta a la hora de actualizar la legislación laboral. En primer lugar, ponerse como objetivo alcanzar la universalidad; es decir, hacer que la protección social no dependa de la modalidad o del sector en el que se desempeña el trabajador. Segundo, lograr la neutralidad para que las regulaciones no produzcan distorsiones, como recurrir a trabajadores subcontratados para evadir el pago de contribuciones. Y, tercero, la eficiencia: el nuevo contrato social debe permitir que la sociedad en su conjunto (individuos, empresas y gobierno) maximice el bienestar social que produce con sus relaciones laborales.

Considerando estos principios a fin de garantizar los derechos de los trabajadores en la era digital, este documento propone ideas para articular un nuevo estado de bienestar inclusivo, como la creación de un bloque de derechos básicos para todos los trabajadores y/o la puesta en marcha de leyes que disminuyan las zonas grises de la actual regulación.

El BID agrega que a punto de estrenar la segunda década del siglo XXI, es imprescindible que el debate sobre el futuro del trabajo aborde el tema crucial de las regulaciones. En él puede estar la clave para que la región aproveche las oportunidades y minimice los riesgos de la cuarta revolución industrial.

Para más información sobre la serie  “El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe”, pulsar aquí.

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