Inspirado en iniciativas de transversalización de los gobiernos de México y Chile, el Sello fue adaptado por el PNUD como una alternativa para sobrepasar la “fatiga de género” y abordar las brechas de género en los programas y proyectos de desarrollo, indican sus portavoces en un documento publicado esta semana por el décimo aniversario.

El Programa del Sello de Igualdad de Género tiene modelos específicos para ser implementado con el sector privado, con las instituciones del estado y dentro de las oficinas de país y unidades mismas del PNUD. Se trata de una oferta metodológica y de creación de alianzas estratégicas, indican. El Sello permite identificar metas e indicadores de cambio, desarrollar programas de mejoramiento, medir el progreso institucional de forma objetiva, sistemática y comparable, en los esfuerzos de integración de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer.

El Sello lo promueve el PNUD como el instrumento institucional para acelerar la transversalización de género. Es un proceso voluntario y su valor agregado está en el uso de incentivos para actores involucrados en conjunto con compromisos y rendición de cuentas.

En estos 10 años, el Sello ha alcanzado 600 compañías certificadas independientemente y 1.5 Millones de trabajadores y trabajadoras beneficiadas. Como elementos de apoyo para el sector privado el PNUD cuenta con una Plataforma en línea utilizada por compañías para hacer autodiagnóstico y evaluar progreso; y más de 25 herramientas de apoyo para la implementación del sello en todas las dimensiones del instrumento.

El Sello aborda la dimensión interna y externa de las compañías o instituciones involucradas. Por una parte, trabaja sobre la cultura institucional, las estructuras, jerarquías y los modelos de gerencia para identificar los sesgos patriarcales dentro de las instituciones. Por otra, apoya esfuerzos hacia el exterior de compañías y/o instituciones (por ejemplo, políticas públicas en el caso del estado, cadenas de valor en la producción en el caso de sector privado) para asegurar que los resultados y procesos contribuyan a cerrar las brechas de género, no “hagan daño” y resulten en mayor igualdad e inclusión.

El Programa del Sello se fundamenta en dos principios fundamentales:

Si no logramos la igualdad de la de la mujer y su empoderamiento, no lograremos implementar los ODS.

La igualdad de género es una precondición para el desarrollo sostenible y para no dejar a nadie atrás.

Si no transformamos los sesgos patriarcales no se avanza.

Será muy difícil lograr políticas públicas sensibles al género y, apuestas del sector privado que generan igualdad, sino cambiamos estos sesgos. Por lo tanto, el Sello propone una triple transformación: compromiso político y liderazgo transformacional en los ámbitos del estado, de la sociedad civil y del sector privado. Gerentes que entienden la perspectiva de genero y que se comprometen a la paridad y la igualdad en el espacio laboral, así como la inclusión de género en el ciclo de política públicas.

En estos 10 años, PNUD ha trabajado en alianza con más de 30 gobiernos en el diseño de estándares para igualdad de género en el sector privado, promoción de apoyo sur-sur de pares y abogacía. Además tiene 60 expertos capacitados para brindar apoyo técnico a gobiernos y compañías privadas y 30 auditores capacitados con certificación utilizando estándares ISO internacionales.

Países con empresas privadas que cuentan con el Sello de Igualdad de Género del Sector Privado:

• Argentina
• Brazil
• Chile
• Costa Rica
• Colombia
• Cuba
• Ecuador
• El Salvador
• Honduras
• Jamaica
• México
• Panamá
• República Dominicana
• uruguay

Acceder al documento por los 10 años del Sello aquí, incluye entrevistas exclusivas.