Banco Fassil quiere convertirse en un banco verde, ¿en qué consiste este objetivo?

“Efectivamente, queremos ser el primer banco verde de Bolivia. Ser un banco verde implica analizar los riesgos climáticos, que tienen cada vez más impacto en nuestro negocio, sobre todo en la cartera de clientes.
Hoy la banca de Bolivia entiende cada vez más que tienen un rol fundamental en el financiamiento verde, es decir en movilizar fondos para nuevos proyectos con perfil sostenible. Se trata de detectar nuevas oportunidades de negocio que van desde la agricultura sostenible, las nuevas energías renovables, la infraestructura sostenible, la gestión del agua, entre otros ejemplos de nuevas oportunidades de inversión y financiamiento con foco en sostenibilidad.

Las finanzas verdes son consistentes en la estrategia de Banco Fassil y por ello nos propusimos implementar un modelo de banca verde transversal a la estrategia institucional y a los negocios de crédito ahorro.

En resumen, ser verde significa trabajar en la mitigación de riesgos ambientales, significa posicionarnos como líderes del mercado de finanzas verdes, y significa mostrar nuestro compromiso con las tendencias mundiales. Finalmente, se trata de crear una cultura de sostenibilidad consistente con nuestra misión de mejorar la calidad de vida de las personas”.

¿El banco está evaluando su cartera de clientes según parámetros ambientales?

“Nuestros criterios de selección de clientes son muy estrictos e incluyen indicadores ambientales relacionados con la contaminación, deforestación. Pero lo que buscamos es ir más allá y que nuestro negocio financie proyectos de agricultura sostenible, por ejemplo. Inversiones basadas en datos sobre los impactos del Cambio Climático en la baja de rendimientos agrícolas, soluciones que mitiguen estos riesgos, por dar un ejemplo”.

¿En qué consiste el apoyo que recibirán de la Corporación Financiera Internacional?

“Se trata de una alianza de asesoramiento, en el marco de la IF Green Banking Academy, que se basa en la transferencia de conocimiento y experiencia. Nos apoyarán en nuestra ambición de convertirnos en un banco verde, nos ayudarán a consolidar la estrategia verde del banco a través de capacitaciones a directorios, y nos ayudarán en la implementación de herramientas de gestión y con asesoramiento en el diseño de productos con perfil sostenible.

Durante 9 meses nos ayudarán a definir los lineamientos de nuestra inversión sostenible para los próximos años.

Es importante decir que esto no podría haber sido posible si no hubiese existido el liderazgo de la alta dirección del banco que alineó nuestra empresa a las tendencias en sostenibilidad”.

¿Cuáles son los impulsores o drivers que movilizan a un banco a gestionar los impactos del cambio climático?

“En Bolivia el cambio climático es muy importante porque afecta a los sectores claves que contribuyen al PBI, como la agricultura y la pesca. Estamos convencidos de que invertir en sostenibilidad es contribuir directamente con el desarrollo del país. Por eso nuestra estrategia  vela por el equilibrio entre la dimensión social, económica y ambiental de nuestro negocio y busca atender las necesidades de nuestros grupos de interés.

Este tipo de acciones nos permiten aportar a las sociedades y al mismo tiempo lograr un aspecto diferenciador en nuestra estrategia institucional. Nos permite no solo gestionar y mitigar riesgos, sino también mejorar nuestra reputación, abrir nuevos mercados, en conclusión es un buen negocio”.

¿Cómo ha influido la ley de Función Social de las entidades financieras de Bolivia en el impulso de la sustentabilidad?

“Siempre es positivo que las directrices sean a nivel país porque impacta en alinear nuestro trabajo. La industria trabaja en conjunto, se promueve la creatividad, se impulsa la búsqueda de liderazgo. Desde que en 2007 se lanzó el nuevo modelo de gestión del banco se incluyó la sustentabilidad como un tema transversal. Por lo que la ley nos encontró preparados para darle respuesta y la alineación fue natural.  Lo que hicimos fue reforzar nuestra gestión y alienar los indicadores a la ley. Por lo que creemos que la ley vino a reforzar nuestra gestión y estrategia. Y como sector nos ha puesto a trabajar juntos con otros bancos, nos permite estar informados, ser más creativos para diferenciarnos. El efecto ha sido positivo en general”.

¿Qué expectativas tiene para la Conferencia de Cambio Climático o COP25 que se realiza en Chile?

“Nosotros creemos que el hecho que la COP25 se quede en América Latina ratifica la visión de liderazgo de nuestra región. Nuestros países tienen una gran responsabilidad con el mundo por la gran extensión territorial verde que todavía tiene. Que la COP25 se realice en Chile es muy importante, sobre todo por el liderazgo chileno en estos temas”.