Los impactos ambientales de la exportación de vehículos usados al mundo en desarrollo

04.01.2021 | Movilidad

Millones de automóviles, furgonetas y microbuses usados y de mala calidad, exportados desde Europa, Estados Unidos y Japón al mundo en desarrollo, contribuyen significativamente a la contaminación del aire y dificultan los esfuerzos para mitigar el cambio climático, según un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).


El informe muestra que entre 2015 y 2018 se exportaron 14 millones de vehículos ligeros usados en todo el mundo. Alrededor de 80% fue destinado a países de ingresos bajos y medios, y más de la mitad a África.

El informe Vehículos usados y medio ambiente - Una perspectiva global de los vehículos ligeros usados: flujo, alcance y regulación, el primero de su tipo, exige acciones para llenar el vacío en las políticas actuales con la adopción de estándares de calidad armonizados que garanticen que los vehículos usados contribuyan a la disponibilidad de flotas más limpias y seguras en los países importadores.

La flota mundial de vehículos, que va en rápido crecimiento, es una de las principales fuentes de emisiones que causan la contaminación del aire y el cambio climático. En todo el mundo, el sector del transporte es responsable de casi una cuarta parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía. Específicamente, las emisiones de los vehículos son una fuente importante de material particulado fino (PM2.5) y óxidos de nitrógeno (NOx), que son algunos de los principales componentes de la contaminación del aire urbano.

Una flota mundial de vehículos más limpia es una prioridad para lograr los objetivos climáticos y de calidad del aire a nivel mundial y local. Durante años, los países desarrollados han exportado cada vez más sus vehículos usados a países en desarrollo y esto se ha traducido en el envío de automóviles contaminantes debido a la falta de normas y regulaciones efectivas”, dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.

“Los países desarrollados deben dejar de exportar vehículos que no pasan las inspecciones ambientales y de seguridad, y que ya no se consideran aptos para circular en sus propias calles, mientras que los países importadores deben introducir estándares de calidad más estrictos", agregó Andersen.

El estudio, basado en un análisis en profundidad en 146 países, encontró que alrededor de dos tercios de estos tienen políticas débiles o muy débiles para regular la importación de vehículos usados. Sin embargo, también se demostró que donde se han implementado medidas para regular la importación– especialmente, estándares de antigüedad y emisiones – se ha logrado acceder a automóviles usados de alta calidad, incluidos híbridos y eléctricos, a precios asequibles.

Los automóviles usados de mala calidad también provocan más accidentes de tráfico. Según el informe, muchos de los países con regulaciones de vehículos usados “muy débiles” o “débiles”. Los países que han introducido regulaciones más estrictas tienen registros de flotas más seguras, con menos incidentes.

El informe concluye que se necesitan investigaciones adicionales para detallar aún más los impactos del comercio de vehículos usados, incluido el de los vehículos pesados.

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