El nuevo automóvil será una versión que funciona a hidrógeno, desarrollado por la empresa Automotive Fuel Cell Cooperation (AFCC), que es propiedad de Daimler y de Ford.

Trascendió en los medios, que Ford tenía planeado inicialmente trabajar en su propio coche de hidrógeno y hacerlo público en 2017, pero luego decidió centrarse en su producción de automóviles eléctricos.

Mercedes-Benz ocupó entonces la carrera del hidrógeno, a la par de Honda y Toyota. Se tiene previsto que salga a la venta en mercados seleccionados en 2018.

El nuevo modelo cambia el motor de combustión estándar del GLC por una pila de baterías de  combustible que genera electricidad en una reacción entre hidrógeno y oxígeno. El hidrógeno se almacena en dos tanques encapsulados en fibra de carbono montados dentro del suelo, que podrán ser rellenados en tres minutos.

El coche de hidrógeno también incluirá una batería de iones de litio de 9kWh para proporcionar un alcance general de hasta 500km (3110 millas).

Según Daimler, es la primera vez que una batería de iones de litio se utiliza para el funcionamiento autónomo en un vehículo eléctrico con pila de combustible.