Nuevos caminos hacia una ecología integral: cinco años depués de la Laudato si

26.10.2020 | Ambiente

En el marco del quinto aniversario de la Carta encíclica Laudato si, el Papa Francisco planteó la necesidad de contar con una visión relacional de la humanidad y el cuidado de nuestro mundo desde diferentes puntos de vista: ético, científico, social y teológico.


Recordando la convicción de Chiara Lubich de que el mundo lleva en sí mismo un carisma de unidad, confío en que esta perspectiva suya guíe vuestro trabajo en el reconocimiento de que «todo está conectado» y de que «se requiere una preocupación por el ambiente unida al amor sincero hacia los seres humanos y a un constante compromiso ante los problemas de la sociedad» (Carta enc. Laudato si’, 91).

Entre estos problemas está la urgencia de un nuevo y más inclusivo paradigma socioeconómico, que pueda reflejar la verdad de que somos «una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos» (Carta enc. Fratelli tutti, 8). Esta solidaridad entre nosotros y con el mundo que nos rodea necesita una firme voluntad de elaborar y aplicar medidas concretas que favorezcan la dignidad de todas las personas en sus relaciones humanas, familiares y laborales, combatiendo al mismo tiempo las causas estructurales de la pobreza y trabajando para proteger el medioambiente natural.

Lograr una ecología integral requiere una profunda conversión interior, tanto a nivel personal como comunitario. Mientras examinan los grandes desafíos a los que nos enfrentamos en estos momentos, entre ellos el cambio climático, la necesidad de un desarrollo sostenible y la contribución que la religión puede aportar a la crisis ambiental, es esencial romper con la lógica de la explotación y el egoísmo, y promover la práctica de un modo de vida sobrio, sencillo y humilde (cf. Carta enc. Laudato si’, 222-224). Espero que vuestra labor contribuya a cultivar en el corazón de nuestros hermanos y hermanas una responsabilidad compartida de unos con otros, como hijos de Dios, y un compromiso renovado de ser buenos administradores del don de su creación (cf. Gn 2,15)”, expresó el Papa Francisco.

“Necesitamos una ecología integral y economía humana”

Así lo planteó el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado Vaticano, a los participantes en la Conferencia Internacional, titulada "Los hitos de la ecología integral para una economía humana", evento organizado por la Fundación Centesimus Annus pro Pontifice.

Tener como punto central la centralidad de la persona humana y la promoción de la cultura del cuidado. Para nutrirse de la educación en ecología integral, esto será una importante contribución al cambio de rumbo tan necesario para nuestra humanidad”, lo dijo el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado Vaticano, en el video mensaje que envió a los participantes en la Conferencia Internacional, titulada "Los hitos de la ecología integral para una economía humana", evento organizado por la Fundación Centesimus Annus pro Pontifice.

Asimismo, el Cardenal Parolin señaló que la actual crisis sanitaria del Covid-19 ha cambiado nuestro mundo y ha puesto de “manifiesto nuestras falsas certezas” y nuestra fragilidad como criaturas finitas. En esta perspectiva, el Cardenal citó las palabras pronunciadas por el Papa Francisco durante el momento extraordinario de oración en tiempo de pandemia, celebrado en la Plaza de San Pedro el 27 de marzo de 2020. “Este es el desafío que enfrentamos: tomar la oportunidad de este tiempo de prueba como un momento de elección para reestablecer el curso de nuestro barco hacia el Señor y hacia los demás, colaborando, construyendo, comprometiéndonos juntos, redescubriendo nuestra pertenencia común como hermanos y hermanas”.

El Cardenal Pietro Parolin en su mensaje también se detuvo en dos aspectos importantes del tema elegido para esta Conferencia Internacional: "ecología integral" y "economía humana". Conceptos de los cuales destacó tres aspectos que están fuertemente interrelacionados.

"Ecología integral". A través de la propuesta de una ecología integral, afirmó el Purpurado, el Papa pretende indicar una nueva visión del mundo, anclada en el mismo significado etimológico de la palabra "ecología". Deriva de las palabras griegas "oικος" y "λογος", estudio, reflexión sobre el hogar, sobre nuestra casa común, que debe considerarse en un sentido integral: esta reflexión, de hecho, va más allá de la dimensión ambiental solamente y requiere una "visión integral de la vida para construir políticas, indicadores, procesos de investigación e inversión, criterios de evaluación, evitando cualquier concepción engañosa de desarrollo o crecimiento". En esta perspectiva, la ecología integral representa un concepto complejo y multidimensional, que se despliega a largo plazo; es muy eficaz retomar aquí la imagen que a menudo utiliza el Papa Francisco del "poliedro que tiene muchas caras, muchos lados, pero todos forman una unidad rica en matices, porque "el todo es superior a la parte".

El primer aspecto que destacó el Secretario de Estado Vaticano fue: la ecología integral debe entenderse como un poliedro a través del cual adoptar una nueva visión del mundo y analizar las diferentes cuestiones que cuestionan a la humanidad. El segundo aspecto que destacó el Purpurado, es el hecho de que esta nueva visión multifacética de la ecología integral se desarrolla específicamente en torno a un punto central, el de la centralidad de la persona humana y la consiguiente necesidad de promover la cultura del cuidado, que es la antítesis de la cultura del descarte. Por lo tanto, el tercer aspecto sobre el que se detuvo el Purpurado fue en la necesidad de la educación en una ecología integral, que representa un gran desafío cultural, espiritual y educativo, entre otras cosas porque sólo puede implicar una verdadera conversión a un cambio de mentalidad y de visión.

Asimismo, el Secretario de Estado se detuvo a analizar tres aspectos del concepto de economía humana, partiendo de su etimología, que se acerca mucho a la de "ecología". Deriva de las palabras griegas "oικος" y "νομος": leyes, reglas para el hogar. El primer aspecto en el que se detuvo el Purpurado sobre la economía humana fue: la ecología integral requiere una concepción económica más "humana", basada en los preceptos de "preservar y cultivar", en la que el sistema económico puede mejorar - no destruir - nuestro mundo. El segundo aspecto que abordó el Cardenal Parolin fue la importancia de que la economía humana desempeñe el papel fundamental del trabajo, un elemento esencial, como ya he dicho, para una existencia digna. Una economía humana debe estar orientada a promover un desarrollo que fomente la creatividad empresarial, de modo que los puestos de trabajo puedan aumentarse en lugar de reducirse. Un último aspecto de la economía humana que quisiera destacar, señaló el Purpurado,  es el que, entrando en la lógica de la responsabilidad, la gratuidad y la justicia, pone en tela de juicio la solidaridad dentro de una generación y entre generaciones.

Los diversos problemas mundiales a los que nos enfrentamos en el siglo XXI, de los que la pandemia de Covid-19 es sólo la última expresión clara, exigen una nueva ética y una nueva dinámica en las relaciones internacionales que puedan responder al hecho de que "la sociedad cada vez más globalizada nos hace cercanos, pero no nos hace hermanos".

Para finalizar, Parolin concluyó que “A la luz de las consideraciones anteriores, una economía verdaderamente "humana" es aquella que puede adoptar una visión multifacética de la ecología integral. Tener como punto central la centralidad de la persona humana y la promoción de la cultura del cuidado. Para nutrirse de la educación en ecología integral. Guiarse por los preceptos de "guardar y cultivar". Estar comprometido con la mejora de la labor humana. Guiarse por una mirada cuidadosa a la promoción del bien común universal y la solidaridad intra e intergeneracional. En esta perspectiva, podrá hacer una importante contribución al cambio de rumbo tan necesario para nuestra humanidad y que se pone de manifiesto en fenómenos mundiales como la propagación de la pandemia Covid-19 y el calentamiento de la Tierra. Fenómenos que continuamente nos llaman a los sentimientos de pertenencia a la misma familia humana, como hermanos y hermanas, cada uno con su propio papel único y esencial dentro de esta misma familia”.

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