Seis acciones clave contra el cambio climático para el corto plazo

18.11.2015 | Cambio Climático

A pocos días de la COP 21 de Cambio Climático en París, la Secretaría de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) acaba de hacer público un informe en que detalla seis políticas claves que deberán seguir los países para lograr las metas de reducción de emisiones que surjan de la Conferencia y que impactarán sobre las estrategias de sustentabilidad de las empresas.


Los hallazgos del informe ponen en evidencia cómo con políticas eficaces en seis áreas temáticas clave se puede no solo reducir las emisiones de manera rápida sino también lograr objetivos en otras 15 áreas económicas, sociales y medioambientales críticas.

“La impresionante realidad que revela este informe es que las políticas más eficaces para hacer frente al cambio climático conforman un paquete de medidas listo para su uso que puede contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y a alcanzar el objetivo último de todo individuo que es un mundo próspero, estable y medioambientalmente sano para todos”, dijo Christiana Figueres Olsen, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

1- Energía renovable

En 2014, sin contar la energía hidráulica, las energías renovables generaron más del 9 por ciento de toda la electricidad producida en el mundo, muy por encima del 1,8 por ciento de la matriz eléctrica que suponían las renovables en 2004. Este gran impulso ha llevado a que en 2014, se registrase una incorporación de un 58 por ciento neto adicional de capacidad de generación con renovables, lo que supone un porcentaje mayor que la generación conjunta con carbón y gas.

2- Eficiencia energética

Aumentar la inversión en eficiencia energética podría generar un aumento neto del producto de la economía global de 18 billones de dólares para 2035, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

En Dinamarca, el National Energy Efficiency Obligation Scheme ofrece la eliminación del gasto para los participantes en el programa repercutiendo los costos en el usuario final y mediante una flexibilidad para la comercialización de los créditos recibidos.

El Programa para la Aceleración de la Eficiencia Energética Global, Energía Sostenible para Todos (ONU-Banco Mundial)  podría doblar la tasa de eficiencia energética para 2030 impulsando la acción y los compromisos por parte de líderes nacionales y subnacionales a todos los niveles, mediante políticas integradas y hojas de ruta para las inversiones con el objetivo de guiar la implementación de proyectos.

3- Transporte

El Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) estima que se pueden reducir las emisiones del transporte por tierra, aéreo y en barco (que suponen de 1,7 a 2,5 gigatoneladas de CO2 equivalente) entre un cuarto y hasta más de un tercio de las emisiones actuales para 2020.

Por ejemplo en México desde 2005, el Distrito Federal ha expandido de forma continua su sistema rápido de transporte en autobús. Un 10 por ciento de sus usuarios cambiaron el uso del auto privado por el sistema de autobuses.

Otro caso de éxito señalado en el informe de la ONU es el SLoCaT Partnership on Sustainable Transport, una iniciativa reúne a más de 90 organizaciones que trabajan en el sector del transporte de mercancías y pasajeros para movilizar un apoyo mundial a la promoción de modos de transporte bajos en emisiones en los países en desarrollo y para maximizar el papel del transporte en la erradicación de la pobreza y el desarrollo sostenible.

4- Captura, uso y almacenamiento de carbono

En el mundo hay operativos 12 proyectos de captura y almacenamiento de dióxido de carbono (CCS, por sus siglas en inglés) y otros diez están en construcción. La Agencia Internacional de la Energía estima que con el apoyo suficiente y un financiamiento asegurado, los proyectos de captura y almacenamiento de carbono podrían capturar 50 megatoneladas de CO2 al año para 2020.

Se estima que el potencial de reducción de emisiones en el sector de la electricidad gracias a la captura y almacenamiento de CO2 es de 0,2 a 0,4 gigatoneladas de CO2 equivalente para 2020.

5- Gases de efecto invernadero no CO2

La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos estima que se podrían reducir 2,7 gigatoneladas de CO2 equivalente de la cantidad de emisiones globales de gases de efecto no invernadero otros que el CO2 para 2020 con un coste por debajo de los 50 dólares por tonelada de CO2 equivalente.

Casi un cuarto de estas reducciones podrían lograrse a un costo igual o por debajo de lo invertido, y un porcentaje sustancial de la reducción generaría beneficios financieros inmediatos.

Las naciones, reunidas en Dubái a principios de noviembre, acordaron una trayectoria para controlar el crecimiento de los hidrofluorocarbonos (HFC), productos químicos dañinos para la capa de ozono y que tienen un impacto climático significativo.

6- Uso de la tierra

La ONU estima que la agricultura tienen un potencial para reducir las emisiones directas de entre 1,1 y 4,3 gigatoneladas de CO2 equivalente y el sector forestal entre 1,3 y 4,2 gigatoneladas de CO2 equivalente para 2020, o lo que es lo mismo dos tercios de las emisiones actuales de ambos sectores y todo ello con un costo marginal de menos de entre 50 y 200 dólares por tonelada de CO2 equivalente.

Hay países que ya están avanzando, como China que planea aumentar la superficie forestal neta en 40 millones de hectáreas para finales de 2020, en comparación con 2005, China está combinando la reforestación, la protección forestal con política y prácticas de gestión sostenible. El gigante asiático también está integrando el carbono forestal en su programa piloto para su sistema nacional de comercio de emisiones.

Otro caso pardigmático en este plano es la Alianza de Bosques Tropicales 2020 que se trata de una alianza público privada para lograr cero deforestación en los modelos de cadena de suministro en el Sudeste Asiático, África Central y del Oeste y regiones de América del Sur. En esta alianza participan gobiernos, grupos de la sociedad civil tanto en naciones productoras como consumidoras, pequeños agricultores, representantes indígenas y empresas multinacionales.

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