La movilidad sostenible es el nuevo imperativo
La movilidad es un aspecto esencial de todo que lo hacemos: la educación, el empleo, la salud, el comercio, y las actividades sociales y culturales. Pero la movilidad enfrenta desafíos cruciales que se deben encarar de manera urgente si queremos combatir el cambio climático. Estos desafíos incluyen una población adicional de más de 1000 millones de personas en nuestro planeta para 2030, que tendrán mayores necesidades de movilidad; la prevista duplicación del número de vehículos en las carreteras a fines de 2050; las emisiones de gases de efecto invernadero que representan casi un cuarto del total de las emisiones relacionadas con la energía, y que continuarán aumentando si seguimos haciendo las cosas como hasta ahora, y además el problema de conectar a 1000 millones de habitantes que todavía carecen de acceso a caminos transitables durante todo el año y a servicios de transporte eficientes.
Está claro que las opciones que tienen los países hoy en términos de movilidad nos “atraparán” en escenarios insostenibles, o bien abrirán el camino para nuevas posibilidades.
El 22 de abril de 2016, 175 líderes gubernamentales firmaron el histórico Acuerdo de París sobre Cambio Climático, pidiendo acciones más ambiciosas y urgentes para poner en práctica los compromisos mundiales acerca del cambio climático. Los días 5 y 6 de mayo en la ciudad de Washington, representantes de los Gobiernos, el sector privado, la sociedad civil, los círculos académicos y los bancos multilaterales de desarrollo se reunirán en la Cumbre de Acción Climática de 2016. (i) El transporte es una de las áreas de atención en el encuentro, dado que en más del 70 % de las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) de los países se menciona dicho sector.
Un marco para la movilidad sostenible
Como coordinador del grupo relacionado con el transporte en la cumbre, el Banco Mundial celebrará previamente el 4 de mayo un Día del Transporte (i) en conjunto con el Instituto de Recursos Mundiales, el Proceso de París sobre Movilidad y Clima (PPMC) y el Desafío Bibendum organizado por Michelin. El evento anterior a la cumbre se centrará en las audaces medidas que se necesitan no solo para reducir las emisiones de carbono en el sector del transporte, sino que también para hacerlo accesible a todos, mejorar su eficiencia y garantizar su seguridad.
Como estas cuatro metas están incorporadas en el Acuerdo de París y en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), necesitamos abordarlas juntas y hablar no solo sobre transporte ecológico, sino que del concepto más amplio de la “movilidad sostenible”. Con este diálogo, esperamos avanzar desde una diversidad de iniciativas y compromisos a la elaboración de una visión y un enfoque comunes para contribuir a estas cuatro metas.
Las cuatro metas
Las cuatro metas ya constituyen el centro de numerosas iniciativas públicas nacionales e internacionales, e incluso privadas.
- 1) Accesibilidad: el ODS 9 pide el acceso equitativo para todos a la infraestructura. Al invertir en proyectos de transporte público, tales como sistemas de tránsito rápido por autobús, metro y ferrocarriles, (i) y en caminos rurales, podemos ayudar a aumentar el acceso al transporte, especialmente para el 40 % más pobre de la población. En la región metropolitana de Sao Paulo (Brasil), por ejemplo, 150 000 familias de bajos ingresos ahora tienen acceso a otros 2,5 millones de empleos gracias a los proyectos que ampliaron la movilidad urbana, incluyendo el metro de Sao Paulo, financiado por el Grupo Banco Mundial. Entonces, ¿qué se necesita para aumentar sustancialmente las inversiones en transporte público?
- 2) Eficiencia: el 70 % de la energía del combustible se pierde en ineficacias del motor y de la transmisión de los vehículos. Necesitamos soluciones eficientes en materia de movilidad, que disminuyan al mínimo el uso de la energía y que aborden las necesidades del transporte de pasajeros y de carga con servicios orientados al mercado. El Banco Mundial está ayudando a algunas ciudades, como Calcuta, a desarrollar estrategias para integrar de mejor manera distintos modos de transporte, (i) maximizando la accesibilidad y reduciendo al mínimo la huella de carbono tanto del transporte de pasajeros como de carga. ¿Pero cómo aplicamos esto a una mayor escala?
- 3) Seguridad: queda mucho por hacer para alcanzar las metas del Decenio de Acción para la Seguridad Vial de las Naciones Unidas (2011-2020), que tiene como objetivo reducir a la mitad las muertes y lesiones causadas por accidentes de tránsito y salvar 5 millones de vidas para 2020. Nuestras intervenciones, en el marco del Servicio Mundial para la Seguridad Vial de múltiples donantes, brindan a los países asistencia técnica y asesoramiento para ayudarles a que sus carreteras sean más seguras. Pero esto sigue siendo una gota en el océano. ¿Cómo reproducimos a gran escala estas intervenciones?
- 4) Capacidad de respuesta al clima: los bancos multilaterales de desarrollo se comprometieron en París a aumentar sustancialmente sus inversiones en transporte con bajas emisiones de carbono. Pero, al final, el transporte es en gran medida una opción personal. ¿Qué será necesario para que las personas dejen su automóvil en casa y elijan opciones con bajo nivel de emisiones de carbono, tales como caminar, andar en bicicleta y usar el transporte público?
Medidas audaces
Transformar la manera en que las personas se desplazan en el mundo requiere una visión general sólida que integre las medidas audaces impulsadas por coaliciones de líderes de los sectores público y privado, quienes son los que pueden movilizar el apoyo en favor de la movilidad sostenible.
La Cumbre de Acción Climática de esta semana y la jornada de trabajo previa sobre el transporte son una importante parada en un viaje largo hacia la movilidad sostenible para todos, que involucra a muchas partes interesadas.
Este es nuestro nuevo imperativo. Y no hay mejor momento que ahora para avanzar desde los compromisos mundiales a las medidas concretas.
(Fuente: Banco Mundial)
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