En las últimas décadas han surgido importantes desafíos ambientales para la humanidad y la manera
cómo habita el planeta. Consecuentemente, el sistema económico predominante ha incentivado, en
poco tiempo, que en ciertos países el medio ambiente se haya convertido en un actor importante de
marketing y comunicación a todo nivel. El reto del calentamiento global a consecuencia de los
Gases de Efecto Invernadero (GEI) ha fomentado el surgimento de mecanismos de mercantilización
para su mitigación.
La Huella de Carbono ha tomado fuerza como argumento frente a los consumidores,
productores y comerciantes, representando un indicador en países que buscan lograr metas propias
de reducción de las emisiones de GEI. Es así como se han desarrollado, al margen de los
mecanismos y metodologías creados por los compromisos internacionales como el Protocolo de
Kyoto, procesos voluntarios de medición, reducción y hasta neutralización de la Huella de Carbono
de productos, eventos, territorios y empresas. Los líderes en esta materia son países industrializados
– en particular la Unión Europea y Estados Unidos – que han implementado iniciativas orientadas a
la aplicación de medidas arancelarias a los productos que entran en su territorio, en función de las
emisiones de GEI generadas en su respectivo ciclo de vida.
En este contexto, se han desarrollado estándares y marcos metodológicos todavía poco
armonizados. Muchas de las economías de los países de América Latina se basan en la exportación
de materias primas o productos elaborados hacia países desarrollados, por lo que están
descubriendo estos nuevos factores de mercado que, además de tener una motivación ecológica,
traen consigo consecuencias sobre los intercambios internacionales.
Es entonces primordial, analizar cuáles son las fortalezas y debilidades de América Latina
frente a la Huella de Carbono y sus probables consecuencias comerciales. Identificar las diferencias
entre el nivel actual de preparación de dichos países y las exigencias que a corto plazo deberán
imponer los países desarrollados, así como las líneas de trabajo a tratar para que esta región no
pierda competitividad frente a otros países o zonas del mundo, y pueda convertir estos desafíos en
oportunidades de crecimiento y desarrollo.
En las últimas décadas han surgido importantes desafíos ambientales para la humanidad y la maneracómo habita el planeta. Consecuentemente, el sistema económico predominante ha incentivado, enpoco tiempo, que en ciertos países el medio ambiente se haya convertido en un actor importante demarketing y comunicación a todo nivel. El reto del calentamiento global a consecuencia de losGases de Efecto Invernadero (GEI) ha fomentado el surgimento de mecanismos de mercantilizaciónpara su mitigación.La Huella de Carbono ha tomado fuerza como argumento frente a los consumidores,productores y comerciantes, representando un indicador en países que buscan lograr metas propiasde reducción de las emisiones de GEI. Es así como se han desarrollado, al margen de losmecanismos y metodologías creados por los compromisos internacionales como el Protocolo deKyoto, procesos voluntarios de medición, reducción y hasta neutralización de la Huella de Carbonode productos, eventos, territorios y empresas. Los líderes en esta materia son países industrializados– en particular la Unión Europea y Estados Unidos – que han implementado iniciativas orientadas ala aplicación de medidas arancelarias a los productos que entran en su territorio, en función de lasemisiones de GEI generadas en su respectivo ciclo de vida.En este contexto, se han desarrollado estándares y marcos metodológicos todavía pocoarmonizados. Muchas de las economías de los países de América Latina se basan en la exportaciónde materias primas o productos elaborados hacia países desarrollados, por lo que estándescubriendo estos nuevos factores de mercado que, además de tener una motivación ecológica,traen consigo consecuencias sobre los intercambios internacionales.Es entonces primordial, analizar cuáles son las fortalezas y debilidades de América Latinafrente a la Huella de Carbono y sus probables consecuencias comerciales. Identificar las diferenciasentre el nivel actual de preparación de dichos países y las exigencias que a corto plazo deberánimponer los países desarrollados, así como las líneas de trabajo a tratar para que esta región nopierda competitividad frente a otros países o zonas del mundo, y pueda convertir estos desafíos enoportunidades de crecimiento y desarrollo.