Las claves del éxito para las alianzas entre empresas y sociedad civil
Estar abierto a aprender del otro, tener objetivos comunes y establecer relaciones basadas en la confianza, son los requisitos indispensables para lograr colaboraciones de beneficio mutuo entre las compañías y la sociedad civil. Así lo afirmaron ayer Ignacio Irarrázaval, Director Asuntos Públicos PUC, Adriana Lira, Coordinadora del programa Proniño del Consejo de Defensa del Niño, y Jorge Poblete, Gerente de la Fundación Anglo American Chile, en el Taller de Aprendizaje "Empresas y Organizaciones de la Sociedad Civil: Claves para una Alianza Exitosa", organizado por Acción RSE.
Según un reciente estudio de la Universidad Johns Hopkins, existe un aumento en las alianzas con las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) en Latinoamérica. De hecho, las OSC son la principal fuente de donaciones y aportes de las empresas en Argentina y Brasil. Mientras, la mayor colaboración entre corporaciones en Latinoamérica se da en estos mismos países y Colombia, señaló Irarrázaval. En cuanto a la realidad chilena, el académico destacó que la concreción de estas alianzas "muchas veces pasa por vínculos personales", según una investigación de Koljatic, M & Silva. M.
Entre los aportes de las OSC a las empresas, Irarrázaval destacó la especialización en temas que no son de dominio de las compañías, la agregación de valor a la marca, la concentración y no dilución de los recursos, la sustentabilidad en el tiempo de las iniciativas y la necesaria visión en común que comparten ambas partes. Y entre las restricciones, especialmente el "amauterismo" o falta de profesionalización. "Lo que nos va a dar sustentabilidad en estas alianzas es el equilibrio entre las motivaciones altruistas y las utilitaristas", aventuró.
Por su parte, Adriana Lira recalcó de su experiencia con Telefónica Movistar que la confianza es un logro esencial e intangible en este tipo de colaboración. "Sin confianza, las partes no podrían explorar, descubrir y evaluar las oportunidades comunes de creación de valor de manera efectiva, y la relación se estancaría", señaló. Mientras más alineados estén los valores y la visión de la empresa con aquellos de las ONG, más fuerte será el proceso. Esto requiere tiempo y los ritmos de ambas partes deben irse adaptando para avanzar, por lo cual la flexibilidad se convierte también en un elemento clave para el éxito de la relación. "Los ritmos son distintos, pero se pueden ir acompasando" expresó.
Seguir aprendiendo
Para Jorge Poblete, quien a través de la Fundación Anglo American mantiene alianzas con Casa de la Paz y Fondo Esperanza, estos acuerdos sirven principalmente para potenciar las capacidades y aprender, para lo cual es imprescindible la comunión de objetivos. "La ONG debe entender que hay necesidades de negocio y la empresa que hay objetivos sociales, sino es muy difícil avanzar", puntualizó. También vital a la hora de escoger a la contraparte es la existencia de capacidades instaladas para responder a las expectativas de la empresa, y el "feeling, tan difícil de explicar. Hay que llevarse bien". "Es como un matrimonio en el que hay que estar juntos en las buenas y en las malas", explicó.
Para lograr beneficios mutuos hay que construir confianzas, tener un espíritu sincero de aprendizaje en ambas partes, definir contrapartes que gestionen la alianza, romper los estereotipos o prejuicios y, por supuesto, tener una clara definición de objetivos, plazos y ámbitos de acción, detalló Poblete. "Y ¿Cómo nos ha ido? Seguimos aprendiendo", dijo el profesional.
León Guzmán, gerente general de Acción RSE, cerró el taller destacando a modo de resumen que estas alianzas no son filantropía, ni contratación de servicios, sino un trabajo conjunto que requiere de aprendizaje y objetivos comunes, beneficios para ambas partes (ganar – ganar) y mucha transparencia.
(Acción RSE)