“Las mejores decisiones en el mundo del trabajo se toman con la mirada complementaria del Varón y la Mujer”

03.05.2013 | Entrevistas

Con motivo de la presentación de su último libro “Varón + Mujer = Complementariedad” ComunicaRSE entrevistó a su autora, la Dra. Patricia Debeljuh (Directora Ejecutiva del Centro Conciliación Familia y Empresa del IAE Business School). En la charla se aborda la participación de la Mujer en el mercado laboral actual, las dificultades para que puedan acceder a la Alta Dirección, las claves de la complementariedad Varón-Mujer en el mundo del trabajo, y el desarrollo de competencias en el hogar para el mundo laboral, entre otros.


¿Cómo es la participación de la Mujer en el mercado laboral argentino?

Veo una participación creciente de la Mujer y la misma se da en áreas o sectores donde habitualmente no estaba presente. La Mujer está llegando cada vez más a lugares del mercado laboral donde antes sólo parecía que trabajaban varones, por ejemplo los sectores de la seguridad y la minería. Y este crecimiento se da no sólo en lo numérico sino también en lo cualitativo. Además, esa participación creciente está sumando valor agregado debido a las competencias y capacidades que son propias de la Mujer y que ellas incorporan al mundo del trabajo. Y en ese sentido veo muy positivo que así sea.

¿Por qué se dificulta el acceso de la Mujer a los puestos directivos, sobre todo a la Alta Dirección?

Aquí hay varias causas: primero cuando una mujer empieza a “hacer carrera” dentro de una organización generalmente la consolidación de esa carrera coincide con la decisión de casarse o de ser madre. Con lo cual está claro que cuando eso sucede cambian un poco sus prioridades. Y en esos momentos la empresa suele pedir a sus altos ejecutivos una dedicación “full-life” que en algún sentido puede condicionar ese desarrollo de la Mujer.

Por otro lado está claro que por una cuestión incluso numérica los años que van de los 30 a los 35, que es cuando una mujer tiene mucho potencial para crecer y llegar a esas posiciones de liderazgo, muchas veces coinciden con esas otras prioridades personales y familiares que exigen mucha disponibilidad o dedicación.

Ahora bien, hay mujeres que incluso en esas edades han llegado lejos y esto demuestra que siempre hay excepciones. Y esas excepciones cuando se estudian nos permiten comprobar que se dan en organizaciones donde hay más flexibilidad, tanto para a hombres como para mujeres. Y destaco este último punto porque viendo casos de mujeres que han conseguido llevar ambas cosas a la par siempre ha habido un hombre que, ya sea porque su compañía tiene políticas que apoyan la flexibilidad o porque él es un convencido de la flexibilidad, les han otorgado oportunidades viendo el potencial que ellas estaban desarrollando dedicándose a su familia y que luego servirían en el mundo del trabajo. Y esos hombres son los que han acompañado ese desarrollo de las mujeres.

Por lo tanto si pensamos cuáles son las dificultades, además de esta situación que está unida al desarrollo personal de las mujeres, hay que analizar las dificultades que se dan por parte de las empresas cuando no se cuenta con esos varones. Y digo aquí claramente varones porque son ellos los que mayoritariamente están ocupando puestos de liderazgo.

Por eso tenemos que revertir esa proporción para que haya cada vez más mujeres en puestos de dirección, y mujeres que puedan hacer carrera de la mano de una dedicación a la familia (y lo digo expresamente porque la Mujer que no tiene esta doble agenda a la hora de plantearse el desarrollo termina teniendo un desarrollo similar al de un Varón). Y el hecho de que haya más varones en puestos de liderazgo hace que si no tienen esta mentalidad abierta de apoyar el trabajo de la Mujer, o no han descubierto lo bueno de trabajar con ellas, claro está que el proceso se va a lentificar.

Todo esto es un proceso que va avanzando y tarde o temprano vamos a llegar a esa pretendida igualdad. Pero para conseguirla creo que un eje de trabajo, además de trabajar con las mujeres para que sepan manejar ese sentimiento de culpa o que sepan manejar sus expectativas, también hay que trabajar con las empresas para que piensen estas políticas de flexibilidad pero en términos de beneficios tanto para la Mujer como para los Varones.

¿En qué consiste la reciprocidad Varón-Mujer en el mundo laboral?

Está claro que somos iguales, aunque si bien en la teoría estamos de acuerdo en la páctica hay algunas batallas que ganar en cuanto a la igualdad, como es por ejemplo la discriminación salarial.

Por otro lado también está claro que somos distintos, y basta con sólo vernos: la configuración del cerebro es diferente y hace que miremos la realidad y la afrontemos de manera distinta.

Pero la clave de entender esas diferencias es la complementariedad: las diferencias no nos tienen que separar, esto no tiene que ser un Varón contra Mujer, y es por eso que mi libro se llama “Varón + Mujer” porque entiendo que tenemos que sumar. Y para entender esa suma hay que entender la complementariedad, que es algo más que la reciprocidad (la cual está unida a la igualdad).

En cambio la complementariedad viene de la mano de la diferencia ¿Pero qué quiere decir que somos diferentes? Significa que esas diferencias no nos contraponen y en ese sentido no hace que compitamos sino que nos ayudan a los dos, tanto al Varón como a la Mujer. Y es por ello que las mejores decisiones en el mundo del trabajo se toman con la mirada complementaria del Varón y la Mujer, y ese es un ejercicio que hay que hacer juntos para potenciarnos porque uno necesita del otro para descubrir esa nueva realidad.

¿En qué consiste el desarrollo de competencias del hogar para el mundo laboral?

El trabajo en el hogar es muy rico porque uno desarrolla muchas competencias aunque actualmente está un poco desvalorizado a nivel social.

Lo que trato de demostrar en el libro es que hay muchas competencias que se desarrollan precisamente haciendo el trabajo del hogar porque se hace por amor a las personas. Y ese desarrollo de la empatía se genera a partir de tener que cuidar a las personas que querés. Y si uno consigue ejercitarse con las personas que quiere sale más fácil porque estás en mejores condiciones de aplicar después esa misma competencia desarrollada en el ámbito laboral. Y esto sucede porque el trabajo del hogar desarrolla una dimensión fundamental que es el servicio.

Otra competencia importante que quiero mencionar es la humildad, que es una condición de los líderes que es importante cultivar. Y el trabajo del hogar muchas veces implica una condición de servicio y de desaparecer donde no se esperan reconocimientos, como sí sucede en cambio en el mundo laboral.

En síntesis, hablamos de empatía, de humildad, de servicio, de preocupación por las personas. Y si esto lo llevamos al management lo compramos. Entonces no perdamos de vista que todo ello lo podemos ejercitar en el primer ámbito natural que tenemos que es nuestro propio hogar.

En el prólogo se menciona que el camino de la imitación Mujer-Varón genera un techo al crecimiento femenino ¿Por qué pasa eso?

Si somos distintos no nos conviene imitar porque uno no puede imitar lo diverso. Se puede hacer el intento pero está claro que no te puede salir igual. Es como desnaturalizar lo que sos. Si la Mujer pretendiera imitar al Varón es como resignar lo propio y específico de ella y sale perdiendo. Obviamente que alguna ventaja puede tener imitarnos y en algunos casos puede ser una buena estrategia, pero insisto en que la imitación no debería condicionar ese crecimiento porque hace que la Mujer deje de ser ella misma.