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Cómo certificar buenas prácticas en DDHH en la cadena de valor

15.10.2019 | DD.HH. y Empresa

Asegurarse una cadena de valor alineada a la política de derechos humanos es uno de los retos más difícil que enfrentan las empresas. Un tema crítico especialmente en el agro. Apoyarse en terceras partes es uno de los caminos. Conozca el trabajo de la Fair Labor Asociation (FLA) y la Mesa de Aceita de Palma Sostenible (RSPO)


La agricultura es una de las actividades económicas más expuestas a problemáticas de derechos humanos, como el trabajo infantil. Desde el año 2004, empresas del sector como Syngenta vienen trabajando con FLA, una organización sin ánimo de lucro dedicada a la protección de los derechos de los trabajadores alrededor del mundo, en alianza con universidades, organizaciones de la sociedad civil y compañías privadas. Actualmente, FLA trabaja con Syngenta en la elaboración de estándares laborales para la compañía y sus proveedores, donde se incluyen temáticas como trabajo infantil, salud y seguridad, discriminación, derechos, horas de trabajo, acoso y trabajo forzado, entre otros.

“Las compañías afiliadas deberán asegurar el cumplimiento de los principios sobre el trabajo justo, producción y contratación responsables. Las empresas deben regirse sobre los principios rectores de empresas y DD HH, deben cumplir con todas las leyes aplicables y respetar los derechos humanos, indistintamente su tamaño, su sector, su ubicación, etc. Contamos con herramientas que permiten identificar el incumplimiento, tanto a las leyes nacionales como al código de conducta de la FLA, en las fábricas de nuestras marcas afiliadas y en caso de violación a los derechos laborales, cualquier persona puede activar los mecanismos de denuncia, llamados queja de terceros. Más allá del deber que exigimos, existen mecanismos para remediar esas situaciones”, describe Jessica Vásquez, Civil Society Organizations Engagement Manager-Latin America de FAIR LABOR ASSOCIATION.

El trabajo de FLA  se enfoca en la industria textil y agricultura en México, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Perú.

“En México el tema que ha tomado mayor preponderancia es la libertad de asociación y los contratos de protección; la recién aprobada reforma laboral y la ratificación del convenio 89 de la OIT ha abierto la oportunidad para discutir el futuro del sistema de justicia laboral y el libre ejercicio del derecho a la sindicalización y la negociación colectiva”, cuenta Vásques.

En Centroamérica las violaciones más frecuentes están vinculadas a la libertad de asociación; compensación de horas de trabajo y relaciones industriales, pero también hay temas macros como el cuidado infantil, el abuso y el acoso sexual. Otro tema importante es el cierre de fábricas, en este caso, junto con las marcas trabajamos en cómo apoyar a los trabajadores cuando no obtienen la indemnización correspondiente.

“En Perú, unos de los temas principales que estamos enfrentando es la práctica de contratación a corto plazo, es decir, la repetición continua de contratos de uno a tres meses”, agrega Vásques.

- Una iniciativa sectorial

La Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible (RSPO), nace en el 2005, como una iniciativa para involucrar a diferentes actores en la problemática de la producción de aceite de palma, muy cuestionada en ciertos aspectos ambientales y sociales. A nivel global, los principales productores son Indonesia y Malasia, ellos producen cerca del 85% de la producción mundial y como cualquier cultivo intenso y extenso, si se hace de manera insostenible, puede generar un impacto negativo sobre las personas y el ambiente, pero de manera sostenible puede ser muy beneficioso para mejorar las condiciones de vida de las personas y el ambiente.

 

La iniciativa tiene como objetivo juntar a los diferentes actores y debatir sobre los aspectos que debe cumplir la producción sostenible de aceite de palma. En 2005 se establecieron los primeros principios y criterios de RSPO. Los mismos se actualizan cada cinco años y la última versión se aprobó el año pasado. Los principios están divididos en tres grandes rubros: ambientales sociales y económicos. Incluyen todos los elementos que consideramos necesarios para la producción sostenibilidad de aceite de palma.

“América Latina tiene una producción de aproximadamente entre el 6 y 7%. Son 12 países productores, el mayor es Colombia, luego se ubica Guatemala, Honduras, Ecuador y viene creciendo otros países como Perú, Brasil, Costa Rica, México, República Dominica, Panamá y Nicaragua”, explica Francisco Naranjo, responsable de RSPO para América Latina.

Los países donde se producen son diversos, tienen una biodiversidad muy alta y sino se realiza una producción sostenible se pueden poner en riesgos estos componentes. También se tienen en cuenta los componentes sociales, las comunidades, trabajadores, pobladores, ellos pueden contribuir para que sea sostenible.

Aunque América Latina tiene una producción pequeña en comparación con Asia, tiene características especiales que deben ser cuidadas, por lo tanto era necesario, como una propuesta global, tener presencia directa en Latinoamérica.

“Cada país tiene sus propios retos, por ejemplo en Colombia, a raíz de la guerra civil, el tema de la tenencia de tierras es fundamental, ya que los miembros de RSPO tienen que poder demostrar que tienen la propiedad y derechos de cultivar palma. En otro país como Honduras o Guatemala, tienen mayor relevancia los defensores de los Derechos Humanos. Cada país tiene sus propias particularidades, pero en términos generales, el último estándar es muy fuerte en temas sociales, incluyendo temas laborales, defensa de los trabajadores, como escoger sus propios representantes o sindicatos”

- Garantizar la independencia

Un gran interrogante es cómo pueden este tipo de organizaciones mantener una verdadera independencia y garantizar la toma de distancia de las empresas que auditan.

“Es un reto constante por la naturaleza de la organización que involucra la participación de todos los afiliados en la toman de decisiones. Lo importante es que cada uno de esos roles están claramente determinado. Tenemos un proceso de verificación para que las marcas cumplan o se ajusten al código de conducta, que cumplan con nuestros estándares, pero también tenemos mecanismos previamente establecidos de cómo se van a garantizar el respeto de las normas”, aclara Vásques.

Para custodiar esta independencia, para FLA es fundamental la voz de los trabajadores y para ello existe una unidad especializada que funciona como el canal de comunicación entre sindicatos, trabajadores, organizaciones de mujeres y universidades con la FLA. “Así tenemos el feedback de ellos sobre cuál es la situación, cuáles son los riegos, o los desafíos que existen en cada uno de los países que nuestras marcas afiliadas tienen producción”, explica Vásques.

 

Cuando los miembros de la RSPO se unen a la iniciativa, de manera voluntaria, adquieren la responsabilidad de certificar su producción y la compañía tiene cinco años para certificarse. Las empresas que acceden a la certificación pasan por una auditoria externa, realizada por una tercera parte independiente, acreditada por la RSPO. Durante la auditoria se controlan las unidades de manejo y se verifica que la compañía o productor cumple el estándar.

“Otro punto importante es la transparencia, en este sentido, todos los informes están disponibles en la web, por lo tanto cualquier persona puede acceder  y cuestionar la auditoria y si encuentra un incumplimiento, cuenta con un mecanismo de quejas y reclamos.”, explica Francisco Naranjo.

Asimismo, todos los miembros tiene que hacer un informe anual de progreso, indicando la cantidad de aceite producido, su capacidad instalada y sus compromisos para avanzar.  Los informes también están disponibles en nuestra web y esta sujeto al sistema de quejas y reclamos.

- ¿Qué pasa con los incumplimientos?

Cuando FLA hace una investigación, lo primero que espera de sus marcas asociadas es una total transparencia, para que sus investigadores tengan acceso a toda la información necesaria para recabar si existen o no violaciones, tanto a la ley nacional como de su propio código. Si la investigación determina la existencia de un incumplimiento, se trabaja con la empresa y con sus proveedores para remediar esas relaciones.

Cabe aclarar que el mecanismo de quejas de terceros no pretende ser un recurso extrajudicial, sino un recurso para cuando se han agotado los mecanismos disponibles para los trabajadores o cuando existan procesos judiciales y una intervención de la FLA podría coadyuvar a la solución o la remediación.

RSPO, por su parte, garantiza que cualquier parte interesada pueda emitir una queja o reclamo, inclusive contra la misma RSPO. Una vez recibida, el panel realiza una verificación interna y luego le pide a las partes que se pronuncien y presenten las evidencias. Se sigue un protocolo establecido y al final se toma una decisión. En este punto, generalmente buscan que se lleve adelante un plan de medidas correctivas que permitan a la compañía cumplir con el estándar. También ha pasado que el panel expulse a un miembro cuando no existe un compromiso genuino.

Autor: Alejandro Langlois

 

 

 

 

 

 

 

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