El reciclaje como modelo de inclusión

04.09.2018 | Negocios Inclusivos y Sociales

En América Latina y el Caribe se estima que 4 millones de personas viven de recolectar y vender residuos, la mayoría en condiciones de extrema vulnerabilidad. Los recicladores de base suministran entre el 50 y 90% de los materiales reciclados para uso industrial, sin embargo, sólo capturan una pequeña fracción del valor que generan para la cadena, estimado en 5%.


Con el objetivo mejorar el acceso de los recicladores a los mercados de materiales de reciclaje en América Latina y el Caribe, en el año 2011 se lanzó la Iniciativa Regional de Reciclaje Inclusivo (IRR), una alianza liderada por el FOMIN y la División de Agua y Saneamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Fundación Avina, la Red Latinoamericana de Recicladores (Red-LACRE), Coca-Cola América Latina y PepsiCo América Latina.

El modelo de intervención de la IRR incluye los siguientes puntos: financiamiento de proyectos para probar soluciones innovadoras en materia de reciclaje inclusivo tanto en la esfera pública (diseño de políticas e instrumentos) como en la privada (oportunidades de negocio, inclusión económica de los recicladores, innovación y tecnología); la capacitación, asistencia técnica e intercambios destinados a actores involucrados en la cadena de valor del reciclaje ; sistematización de conocimientos y aprendizaje; y comunicación estratégica con las audiencias clave para catalizar cambios.

Desde su inicio, la Iniciativa ha trabajado en 17 países de la región de América Latina y el Caribe y ha asesorado a 19 gobiernos (nacionales y locales), logrando formalizar a más de 15.000 recicladores que ahora participan en los sistemas gestión de residuos sólidos de sus municipios. Mas de 17.000 personas (incluyendo funcionarios municipales, recicladores y otros actores privados) han sido capacitados para fortalecer a sus organismos en temas de reciclaje con inclusión.

La inversión total de los socios de la IRR desde el 2011 es de 17.4 millones de dólares. Esta contribución de los socios ha apalancado 15.1 millones de dólares adicionales que provienen recursos de contrapartes locales.

Uno de los principales protagonistas es el BID, siendo uno de los socios fundadores de la Iniciativa e invirtiendo desde 2012, un total de 8 millones de dólares. Desde el área de agua y saneamiento del BID informan que los recursos han financiado actividades que promuevan la integración de los recicladores en las cadenas de valor y en los esquemas municipales de gestión de residuos sólidos. Entre las actividades financiadas se incluyen: 1) proyectos innovadores de reciclaje inclusivo, 2) elaboración de estudios y herramientas para generar información sobre el estado del reciclaje, 3) capacitación de los actores del reciclaje, como funcionarios de gobierno, recicladores y empresas privadas. El BID da también acompañamiento técnico a los gobiernos nacionales y locales beneficiarios de los proyectos.

Con respecto a la situación en la región, desde el BID, indican que pocos países cuentan con infraestructura formal para la clasificación y el reciclaje. “Estas actividades son realizadas principalmente por el sector informal. Adicionalmente muy pocos países recolectan datos sobre reciclaje y por eso es difícil cuantificar las tasas de reciclaje en la región”. Las estimaciones con la poca información disponible apuntan a una tasa de reciclaje de 14% para la región, que es bastante baja comparada con tasas promedio de 54% para países de ingreso alto. Sin embargo, algunos países de la región han alcanzado altas tasas de recuperación para ciertos materiales como el aluminio en Brasil (97% en 2016) o las botellas de PET en Ecuador (que ha logrado tasas de recuperación de 100% gracias a un incentivo conocido como impuesto redimible).

Además, en la región hace falta dar prioridad a las inversiones en el diseño y puesta en marcha de los sistemas integrales de manejo de residuos sólidos para garantizar la cobertura de los servicios de limpieza a toda la población (ya que la cobertura promedio de recolección en la región es de 89% y de disposición final adecuada es de 55%). Los desafíos son la recopilación de información en el sector (que es una herramienta clave para los tomadores de decisiones), la inversión en infraestructura para el manejo adecuado de residuos sólidos y la estructuración de modelos de negocio sostenibles que incluyan el pago por los servicios públicos de reciclaje y que tengan en cuenta a los recicladores informales.

En relación al impacto de los ODS, el BID informa que son una herramienta importante para visibilizar el impacto de la IRR ante los gobiernos de la región. “Por ejemplo, la meta 12.5 establece disminuir de manera sustancial la generación de desechos mediante políticas de prevención, reducción, reciclaje y reutilización al año 2030. Así mismo la IRR puede contribuir indirectamente al objetivo 1, (erradicar la pobreza en todas sus formas en todo el mundo) y al objetivo 8 (fomentar el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo, y el trabajo decente para todos)”.

Por su parte, Gonzalo Roque, Responsable de la Iniciativa de Reciclaje Inclusivo para AVINA, explica que la iniciativa tuvo una primera etapa de 2011 a 2015, donde se realizó una exploración de proyectos y acciones, fue una etapa de trabajo descentralizada. “Actualmente, estamos en una segunda etapa (2016-2020), donde se hizo un plan general a 5 años y se trabaja con planes anuales.  Se estableció un modelo de operación que permite un mejor manejo de los recursos”.

Desde Avina, indican que, como amenaza, se encuentra la valorización energética de los residuos, es decir utilizarlos como combustibles para generar energía. “Los productos que más potencial energético tienen son los materiales aptos para el reciclaje, y si se implementan políticas de este estilo puede intervenir de manera negativa con el reciclaje inclusivo. Es necesario buscar una convivencia entre ambas políticas”, afirma Roque.

Por otro lado, una oportunidad para profundizar el reciclaje inclusivo, son los basurales a cielo abierto, especialmente en las grandes ciudades, donde las personas trabajan en las peores condiciones. En estos espacios hay grandes oportunidades para generar programas de trabajo.

A nivel país, Gonzalo Roque indica, que Argentina a nivel regional, tiene políticas muy atrasadas, “la legislación y la gestión de residuos está atrasada comparado con los países de Latinoamérica. Solo existe más desarrollo en la Ciudad de Buenos Aires, pero no hay políticas ni legislación a nivel país”.

“Nosotros trabajamos con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, pero lamentablemente no es un tema prioritario, por lo que tampoco hay mucha participación. Asimismo, trabajamos con el Ministerio de Desarrollo Social para fomentar la inclusión y con el Ministerio de Producción en el desarrollo de economía circular. Pero uno de los principales problemas es la falta de trabajo integral entre los ministerios”. Pero, de manera positiva observan que hay demanda de los municipios y la idea es acompañar y brindar soluciones a través de la integración de los recicladores a la gestión de residuos. “A través de la IRR acompañamos interviniendo con apoyo técnico, colaboradores y mejorando el sistema de gestión”.

Iniciativas en América Latina

En el segundo semestre del año 2016 se aprobó el primer proyecto para Argentina financiado por la IRR. Este proyecto se constituye sobre la base del trabajo previo realizado por algunos socios de la iniciativa en diferentes ciudades argentinas: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba capital, Quilmes, La Matanza y la Ciudad de Paraná; e intervenciones en Mendoza.

El objetivo del proyecto en Argentina es promover el desarrollo de sistemas de reciclaje inclusivo que garanticen reconocimiento del rol y participación efectiva de los recuperadores urbanos, así como mejoras en el modelo de negocios y en las condiciones de trabajo. Para lograr este objetivo, el proyecto trabajará fundamentalmente sobre cuatro líneas de trabajo: i) fortalecimiento de ecosistemas de reciclaje inclusivo; ii) desarrollo de instituciones sustentables; iii) constitución de mesa de reciclaje público-privada; y, iv) comunicación y gestión del conocimiento.

Actualmente Fundación AVINA, está trabajando con el Municipio de Zárate para integrar más de 200 recuperadores y con la secretaría de ambiente de Mendoza y con Danone para formalizar el trabajo de los recuperadores.

Del otro lado de la cordillera, Chile logró nuevas legislaciones que benefician y empoderan a los recicladores de base. Una de ellas es la Ley de Fomento al Reciclaje (REP) para disminuir la generación de residuos y fomentar su reutilización, reciclaje y valorización, para ello la ley reconoce a los recicladores de base como gestores ambientales para el desarrollo de tales actividades.

Otro logro fue la Política de Inclusión de Recicladores 2016-2020, cuyo objetivo es impulsar la inclusión social, económica y ambiental de los recicladores de base. Esta nueva política incorporará a los 60.000 recicladores que trabajan en Chile a las cadenas de recolección y manejo de residuos creadas mediante la Ley REP y beneficiará, de manera indirecta a 180.000 personas.

Una de las iniciativas implementadas por la lRR en Ecuador es el trabajo Técnico sobre la “Guía Operativa para Planes Municipales de Inclusión”, que pretende apoyar a los municipios en el proceso de cierre de vertederos a cielo abierto y en este camino, incluir a los recicladores.

Articulación con empresas

Con respecto al trabajo y papel de las empresas, Gonzalo Roque explica que las empresas colaboran en el proceso de trabajo colectivo de IRR, por un lado, con el aporte de recursos, pero asimismo con la propuesta de ideas, temáticas. Asimismo, trabajan regionalmente y localmente con acciones puntuales. “Actualmente estamos trabajando con nuevas empresas para que se sumen a la iniciativa”.

Las empresas participantes de la Iniciativa, pueden colaborar tanto con la gestión de fondos como con acciones particulares, como el caso de Coca-Cola, que, en línea con el programa, en 2017, lanzó el programa Reciclo. “nueva vida para tu envase”, con el objetivo de aumentar el recupero y el reciclaje de residuos urbanos.

Por su parte, Pespsico se sumó en 2015 a la Iniciativa, pero viene desarrollando programas en la Región desde el año 2008 en apoyo a proyectos vinculados a Reciclaje. “Luego de varios años y de una primera experiencia de 4 años en Argentina con un Proyecto de Fortalecimiento de Cooperativas de Recuperadores Urbanos, se incorpora en 2015 a la Iniciativa Regional de Reciclaje. De esta manera, PepsiCo se suma a las organizaciones fundadoras de la IRR”, indica José Valguarnera, Gerente de Ciudadanía Corporativa y Director de Fundación PepsiCo Argentina, Paraguay, Uruguay y Chile.

Con respecto a la participación de Pepsico, Valguarnera, asegura que se suma como actor de colaboración multisectorial que propone un trabajo de articulación entre empresas, organismos gubernamentales y asociaciones civiles. “Por supuesto la Iniciativa tiene objetivos específicos que se describen en un marco lógico de trabajo por parte de los organismos ejecutores de la IRR, y que son guiados por una serie de protocolos e indicadores que permiten el seguimiento de todos los integrantes de la Iniciativa”.

Pepsico aporta al Objetivo general de la Iniciativa, a través de cuatro ejes de trabajo: fortalecimiento de ecosistemas de reciclaje inclusivo; programa de desarrollo de instituciones sustentables; mesa de reciclaje público-privada y por último, comunicación y gestión del conocimiento.

Para finalizar, el BID remarca que la inclusión a través del reciclaje ha permitido que los recicladores informales adquieran conocimientos muy especializados sobre el tipo de residuos reciclables y como diferenciarlos, los precios y sus variaciones en el mercado y el valor agregado que se le puede dar a estos materiales laboral. “Por eso generar puestos de trabajo formales es una buena opción para incluir en el mercado laboral a trabajadores que tienen experticia en el tema del reciclaje. Además, la inclusión laboral podrá fortalecer los sistemas de manejo de residuos de los municipios añadiendo opciones de manejo diferentes a la disposición final”, finalizan desde el área de agua y saneamiento del BID.

 

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