Tesla, el mayor fabricante de vehículos eléctricos del mundo, personifica la revolución para combatir el cambio climático alejándose de los combustibles fósiles. Dice que su misión es "acelerar la transición del mundo hacia la energía sostenible".

La propuesta presentada en la reunión anual solicita a Tesla ofrecer información adicional sobre su gestión en Derechos Humanos. Encabezada por los accionistas minoritarios denominados “Sisters of the Good Shepherd New York Province”, la propuesta destaca que Tesla enfrenta riesgos de derechos humanos y derechos laborales en sus operaciones y cadena de valor.

“Los inversores no pueden determinar cómo Tesla cumple con su responsabilidad de respetar los derechos humanos. Los productos de Tesla utilizan miles de piezas compradas procedentes de cientos de proveedores globales a través de complejas cadenas de suministro extendidas. La compañía afirma que “determinar de manera confiable el origen [de las materias primas] es una tarea difícil”. Pero como accionistas necesitamos más que esta respuesta”, indica la propuesta.

El uso de cobalto en baterías de iones de litio presenta riesgos de derechos humanos para Tesla. El 60% del cobalto a nivel mundial se produce en la República Democrática del Congo, donde el trabajo infantil es omnipresente. La extracción de cobalto es una de las peores formas de trabajo infantil y Tesla se encuentra entre las cinco empresas que enfrentan una demanda colectiva presentada en nombre de 14 niños y padres de la República Democrática del Congo, que incluye acusaciones de "ayudar e incitar a la muerte y lesiones graves de niños que afirman que estaban trabajando en minas de cobalto en su cadena de suministro".  

Si bien Tesla informa sobre los procedimientos de obtención de cobalto e indica que está buscando formas de reducir el cobalto en sus baterías, la empresa no proporciona pruebas suficientes para demostrar que su cadena de suministro de cobalto está libre de trabajo infantil. Los minerales en conflicto, el acero, el litio, el caucho, la mica y la electrónica también pueden presentar riesgos de derechos humanos para Tesla. Por ello, los inversionistas presionan por mayor información y proactividad.

Por otra parte, los derechos laborales también se encuentran en riesgo, según los inversionistas. En 2019, un juez federal de EE.UU. dictaminó que Tesla violó las leyes laborales en 12 ocasiones diferentes por impedir que los empleados ejercieran su derecho a organizarse en sindicatos, lo que incluyó disciplinar y despedir a los empleados por actividades sindicales.

“Las condiciones laborales y las altas tasas de lesiones en las fábricas de Tesla pueden violar el derecho humano a condiciones de trabajo seguras y saludables. De 2014 a 2018, la planta de Tesla en Fremont, California, tuvo tres veces más violaciones a las normas de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) que las 10 principales plantas automotrices de EE.UU. combinadas, lo que resultó en multas”, cita la propuesta.

Si bien Tesla cuenta con un Código de conducta para proveedores, una “Política de derechos humanos y minerales en conflicto”, compromisos para “obtener únicamente materiales producidos de manera responsable”, estas pautas solo se aplican a los proveedores y los accionistas quieren ver más proactividad.

“Tesla carece de un compromiso básico de respetar los derechos humanos en todas sus operaciones y su divulgación no demuestra que su debida diligencia previene, mitiga o remedia de manera efectiva los impactos adversos sobre los derechos humanos”.

Para remediar esto, los accionistas solicitan que la Junta Directiva prepare un informe sobre los procesos de Tesla para incorporar el respeto por los derechos humanos en las operaciones y a través de las relaciones comerciales.

Más información en este link.