¿Cómo se prepara América Latina para financiar la lucha contra el cambio climático?
Varias acciones en marcha para financiar la implementación de las contribuciones nacionales (iNDC) fueron presentadas hoy por el Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe (GFLAC), E3G y la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), en el marco de la COP21 de París.
Durante una rueda de prensa se informó que financiar la implementación de acciones frente al cambio climático requiere tres pilares clave: estrategias nacionales de financiamiento en cada país para movilizar recursos financieros públicos y privados; el Fondo Verde del Clima como mecanismo fundamental para financiar acciones climáticas en Latinoamérica; y asegurar la transparencia, la medición, reporte y verificación del financiamiento climático.
Diálogo público-privado para movilizar financiamiento climático
Marcela Jaramillo, asesora política de E3G, resaltó la necesidad de identificar prioridades de inversión, tanto en el contexto local como en los procesos y políticas de los países latinoamericanos. Esto es muy importante para definir las medidas que apalancarán los recursos para implementar las INDCs.
En ese sentido, señaló que México, Chile y Colombia lideran el proceso de planeación estratégica para movilizar recursos nacionales e internacionales, así como privados y públicos. “Chile por ejemplo, espera tener lista su estrategia de financiamiento para el 2018”, dijo Jaramillo.
Fondo Verde del Clima: financiando acciones transformadoras para Latinoamérica
Andrea Rodríguez, abogada sénior de AIDA señaló que, a la fecha, el Fondo Verde ha aprobado ocho proyectos, de los cuales dos están localizados en Latinoamérica: uno en Perú sobre adaptación en el Alto Amazonas ($6.2 millones de dólares) y otro enfocado en Latinoamérica y el Caribe sobre bonos verdes para la eficiencia energética ($217 millones de dólares).
Asimismo, subrayó que Latinoamérica necesitará recursos financieros para implementar los compromisos climáticos establecidos bajo la Convención. Señaló que el Fondo Verde del Clima “es una buena opción para acceder a recursos financieros que permitan implementar proyectos y programas en países latinoamericanos, particularmente para aquellos cuyos planes sean ambiciosos y estén enfocados en lograr un desarrollo bajo en carbono y resiliente al clima”.
La transparencia como elemento clave del financiamiento
Dado que se espera que el Fondo Verde recaude los cerca de 100 mil millones de dólares anualmente a partir del 2020, será necesario contar con un mecanismo de medición, reporte y verificación (MRV) que permita conocer la cantidad exacta de recursos que se promete, transfiere, asigna y se utiliza en los países. “No solo es importante cuánto se transfiere a los países sino cuánto de esto llega a los mismos y cómo se utilizan en acciones transformadoras de adaptación y mitigación”, señaló Sandra Guzmán, Coordinadora General del GFLAC.
En esa línea, afirmó que un resultado clave de la COP21 para el tema de financiamiento será incluir la transparencia de manera transversal en el Acuerdo de París. En este sentido, cabe señalar que tan sólo dos de los 25 países que presentaron sus INDCs en la región incluyen MRV, y que solo Colombia está en proceso de construcción del mismo.
La combinación de los tres pilares a los que las organizaciones hicieron referencia es fundamental para avanzar en la agenda climática a nivel nacional en Latinoamérica y el Caribe. Un acuerdo ambicioso en París promovería resultados más efectivos en cada una de estas áreas y generaría mayor ambición en la transformación de los modelos de desarrollo.
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