Estudio muestra avances en gestión climática corporativa pero insta a alinear metas al Acuerdo de París
KPMG analizó cómo las compañías están reportando sus metas de descarbonización, su alineación con respecto a los objetivos de desarrollo sostenibles, y también de los riesgos asociados a la pérdida de biodiversidad y al riesgo climático. Las conclusiones del nuevo estudio destacan que 95% de las empresas más grandes del mundo están tomando acción en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, falta avanzar en alinear las metas corporativas climáticas al Acuerdo de París y superar los criterios propios de las compañías. Por otra parte, América Latina es la región con mayor entendimiento de incluir la biodiversidad como un riesgo de negocio, siendo un 31% frente al 13% que reporta América del Norte.
KPMG organizó el webinar “Camino a la COP26: principales tendencias ESG”. Este evento virtual abarcó los principales hallazgos del informe “El momento ha llegado: avances y retos sobre la gestión corporativa en asuntos ESG en Latinoamericana”.
La introducción al evento estuvo a cargo de Richard Threlfall, director global de infraestructura de KPMG y director global de KPMG IMPACT. “En un contexto global de crecimiento poblacional, aumento de las desigualdades y pese al avance en la lucha contra la pobreza, el cambio climático es el desafío más apremiante de nuestros tiempos.”, indicó en las palabras de apertura.
“La pandemia dejó claro los resultados de una crisis global en la humanidad, el cambio climático es la próxima crisis que deberemos resolver”, aseguró.
Durante su presentación detalló que este último año se han evidenciado avances de ciertos gobiernos en la alienación al Acuerdo de París, como por ejemplo el anuncio del Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sobre la reincorporación del país al Acuerdo y su plan de infraestructura verde de 2 billones de dólares; por otra parte China anunció que será carbono neutral para 2060 y también se destaca el Green Deal de la Unión Europea.
“Con los años, la gestión climática ha pasado de ser un asunto de los responsables de RSE a una estrategia global. Esto queda en evidencia, ya que a nivel mundial casi el 35% de las estrategias de sustentabilidad están bajo el mando del Chief Executive Officer; y el 20% bajo el CFO (director financiero)”, destacó Threlfall.
Asimismo, ha aumentado la inversión ASG con grandes resultados. En este sentido, se destaca el ejemplo de América del Norte, que para finales de 2020, el rendimiento de las carteras del WBCSD fue un 18,6% superior al índice S&P 500.
Otro tema importante es la gestión de la biodiversidad. Así, uno de los resultados del estudio de KPMG muestra que se está volviendo una práctica común, pero todavía con grandes avances para hacer.
Por ejemplo, el capital natural se ha vuelto un factor clave para los negocios y debe recibir más atención de las empresas. En este contexto, KPMG presenta 6 razones para tomar el capital natural como clave de los negocios:
- Nuestras economías dependen de los recursos ecosistémicos.
- La naturaleza es la clave de las estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático.
- El 50% del PBI mundial depende de los servicios ecosistémicos.
- La naturaleza es considerada todavía como una externalidad, no se gestiona y está subvaluada en los negocios.
- En lugar de proteger la naturaleza, solo estamos pagando por su pérdida.
- La brecha de fondos para proteger la biodiversidad existe y es enorme.
Con respecto a lo qué debe hacer la empresa para gestionar proactivamente la biodiversidad, primero deben considerar a la naturaleza como un capital de valor clave, crear mecanismos de mercado que valoricen y protejan la naturaleza; segundo, medir y crear métricas para medir el impacto en la biodiversidad; y tercero, deben generar información para entender cómo valorizar la naturaleza, la interdependencia entre los negocios con la naturaleza.
“Necesitamos pensar a la naturaleza como un valor, como un capital que hay que monetarizar. Esto nos permitirá proteger los recursos y crear un ecosistema de mercado que regule el consumo.”, afirmó Threlfall.
Para mejorar el nivel de reporte de las empresas sobre los riesgos relacionados a la biodiversidad – que todavía es muy bajo todavía-, las empresas deben entender que es un asunto estratégico, de riesgos, y un asunto reputacional, cuando comprendan el impacto de la biodiversidad del negocio podrán avanzar en gestionar y responder.
Avanzan los reportes de sostenibilidad en América Latina
A continuación, Juanita López, directora de Impact Sudamérica de KPMG, presentó los principales resultados del estudio "El momento ha llegado: avances y retos sobre la gestión corporativa de asuntos ESG en Latinoamérica”.
El estudio analizó reportes de sostenibilidad de 52 países a nivel global, entre julio 2019 y julio 2020, incluyendo las 100 empresas más grandes (por ingreso) de los 52 países y las 250 empresas más grandes.
En términos de reporte, el tema ha avanzado desde la primera vez que se realizó el estudio en 1993, cuando solo el 12% de empresas reportaban a nivel global. En la actualidad, esa cifra escaló al 80%.
En cuanto a los temas, el estudio abarca cuatros áreas: tendencias en reportes de sostenibilidad; reportes sobre riesgos de biodiversidad; reportes sobre riesgos asociados al cambio climático; y reporte en los objetivos de desarrollo sostenibles.
Entre los resultados, se destacan las altas tasas de reporte en todas las regiones. Específicamente en Latinoamérica, las tasas nacionales de informes de sostenibilidad llegan al 100% en México; un 85% en Brasil; y un 83% en Colombia y Argentina. Mientras que, el promedio de LATAM fue del 72% en 2020.
Sobre la gestión de riesgos, América Latina es la región con mayor entendimiento de incluir la biodiversidad como un riesgo de negocio, siendo un 31% frente al 13% que reporta América del Norte. En este eje, el 62% de las empresas peruanas reportan el riesgo asociados a la biodiversidad; 32% en Argentina; 29% en Brasil el 29% y un 22% en México.
Asimismo, la región de américas lidera el reconocimiento del riesgo climático en los informes financieros. En promedio, América Latina llega al 30% y en América del Norte el número se eleva al 58%. Se destaca Brasil con un 46%; Perú con el 41% y en Argentina la cifra es del 32%.
Se evidencia una tendencia creciente a vincular los objetivos corporativos de descarbonización con objetivos globales, pero faltan alinearlo al Acuerdo de París y superar los criterios propios a la compañía. En América Latina todavía falta avanzar para integrar la estrategia a los objetivos de descarbonización.
En cuanto a los Objetivos del Desarrollo Sustentable (ODS), se reporta bien en América Latina, pero todavía están enfocados en los impactos positivos en los ODS, faltando los impactos negativos en estos ODS. Entre las 100 empresas más grandes el 86% reporta los impactos positivos. De las 250, el 90% solo informó impactos positivos.
Dentro de las conclusiones se observa que hay una necesidad de convergencia de estándares de reporte, y faltan alineaciones entre estándares. De todas maneras, López mencionó que el mercado se mueve hacia una mayor coherencia y alineación entre varios estándares. Es decir, se consolida la idea de un sistema de reporte global unificado.
También quedó demostrado una mayor aceptación de los informes sobre el cambio climático relevantes para los inversores; los informes sobre biodiversidad será una próxima tendencia crítica y habrá un crecimiento del énfasis en los ODS en los próximos 10 años.
El evento cerró con palabras de Nelmara Arbex, líder de la práctica de Medio Ambiente, Social y Gobernanza (ESG) en Brasil y de la red KPMG IMPACT en Sudamérica, detalló las tendencias y cómo los clientes están desarrollando estos aspectos, vinculados a la reducción de emisiones y al cambio climático, siendo que cada vez son servicios más demandados.
En cuanto a las emisiones, indicó que el principal origen de los gases de efecto invernadero son en un 30% relacionados a la electricidad para calefaccionar (30%) y a la agricultura (12%). Entre los países que más emiten se encuentran China en primer lugar, seguido por Estados Unidos; a nivel Latinoamérica, Brasil se ubica en el sexto lugar. En el caso de este país, el 50% de las emisiones tiene como origen la agricultura y el manejo del campo.
Por otro lado, destacó el caso de Chile, que, gracias a las formas de uso de suelo está capturando CO2, principal foco para reducir las emisiones. Demostrando el potencial de la región.
Por último, con respecto a los compromisos Race Net to Zero, destacó a Uruguay que está adelantado, estimando para 2030 alcanzar este objetivo, mientras que el resto de los países de la región lo hará en 2050.
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