Más de 60 países toman medidas contra la contaminación por plásticos

05.06.2018 | Ambiente

Así lo revela un informe publicado por ONU Medio Ambiente. Según el mismo, los gobiernos del mundo están lanzando cada vez más políticas audaces para frenar la contaminación por plásticos. Hasta ahora, más de 60 países han dictado medidas oficiales y decenas más están trabajando en leyes y estrategias para enfrentar uno de los mayores problemas ambientales de nuestro tiempo.


El estudio "Plásticos de un solo uso: una hoja de ruta para la sostenibilidad", de ONU Medio Ambiente, es el primero en evaluar las políticas nacionales contra los plásticos, que hasta el momento se han concentrado en prohibiciones y gravámenes sobre las bolsas plásticas y los artículos de poliestireno expandido. Se estima que aproximadamente 5 billones de bolsas de plástico se consumen en todo el mundo cada año. Eso es casi 10 millones de bolsas de plástico por minuto.

De continuar el actual patrón de consumo y producción, se prevé que para 2030, el mundo produzca 619 millones de toneladas de plástico por año. La contaminación por plásticos amenaza la biodiversidad marina, la seguridad alimentaria y la salud humana.

El análisis global, desarrollado en cooperación con el Gobierno y el Ministerio de Medio Ambiente, Bosques y Cambio Climático de India, presenta estudios de casos de más de 60 países, analiza las complejas relaciones en nuestra economía de plásticos y ofrece un enfoque para repensar cómo el mundo produce, utiliza y maneja los plásticos de un solo uso.

Uno de los hallazgos clave de la investigación es que los impuestos y prohibiciones gubernamentales -planificados y aplicados adecuadamente- han sido unas de las estrategias más efectivas para limitar el uso excesivo de productos plásticos desechables.

30% de los países donde se han aplicado prohibiciones y gravámenes han registrado caídas drásticas en el consumo de bolsas de plástico durante el primer año y 20% de los países ha informado de poco o ningún cambio. El resto de los Estados se encuentra en una fase temprana de aplicación o tiene poca información sobre los efectos de las medidas.

El informe cita la necesidad fundamental de una mayor cooperación con el sector privado. En ese sentido, ofrece una hoja de ruta para encontrar soluciones en la fase primaria de la industria. Algunas de ellas son ampliar la responsabilidad de las empresas sobre el destino final de sus productos y crear incentivos para que se adopte un enfoque de economía circular en la producción y el consumo de plástico.

Entre las recomendaciones se encuentran acciones específicas que los responsables políticos pueden tomar para mejorar la gestión de residuos, promover alternativas ecológicas al plástico, educar a los consumidores, habilitar estrategias de reducción voluntarias e implementar con éxito prohibiciones o gravámenes sobre el uso y la venta de plásticos desechables.

El informe fue presentado hoy por el director ejecutivo de ONU Medio Ambiente Erik Solheim y el primer ministro Narendra Modi, de India, país anfitrión de la celebración global del Día Mundial del Medio Ambiente.

"La evaluación muestra que la transición hacia un planeta sin contaminación por plásticos es posible y rentable, y nos ayudará a evitar mayores costos en el futuro", dijo Erik Solheim. "El plástico no es el problema. El problema es lo que hacemos con él", añadió.

El informe reconoce que las prácticas de generación de residuos de plástico de un solo uso y de gestión de residuos difieren según las regiones. Si bien no hay una medida única contra la contaminación que sea igualmente efectiva en todas partes, los autores describen 10 pasos universales para que los legisladores aborden el problema en sus comunidades.

Junto al informe, ONU Medio Ambiente ha elaborado el documento “El Estado de los plásticos”, en el que presenta de forma didáctica las recomendaciones para los gobiernos, las empresas y los ciudadanos, y explora los riesgos y potencialidades de los materiales alternativos para fabricar artículos de un solo uso, como los polímeros naturales, el almidón o los polímeros sintéticos basados en biomasa.

También arroja luz sobre el peligro de acuñar el término biodegradable a los plásticos que solo se degradan en incineradores industriales y no en compostas naturales (como la mayoría de las llamadas “bolsas biodegradables”).

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