Asegurar alimentos para una población mundial en crecimiento es un desafío que requiere de un balance adecuado entre la tierra y el agua disponibles, la diversidad biológica y las tecnologías que contribuyen a aumentar la productividad de los cultivos. Con una población que alcanzará los 9.000 millones de habitantes en 2050, la tierra per cápita disponible disminuirá en un 30 por ciento, al tiempo que la producción deberá duplicarse para satisfacer la demanda de alimentos. Esta situación se verá amplificada por los efectos proyectados del cambio climático, la degradación ambiental y el proceso de urbanización. En este contexto, las comunidades rurales necesitan apoyo para incrementar la producción de alimentos, forrajes y combustibles sin afectar los ambientes naturales.Soluciones innovadoras en materia de tecnología agrícola y políticas de apoyo son una combinación fundamental para optimizar la producción de alimentos sin tener que ampliar la superficie cultivada en perjuicio del medio ambiente. El objetivo es poder obtener mejores cosechas con menos recursos disponibles.