La fábrica textil de Karachi, Pakistán en la cual cerca de 300 trabajadores murieron el 12 de setiembre pasado, había recibido apenas unas semanas antes la certificación de Responsabilidad Social Internacional SA8000, indicando que se ajustaba a las condiciones laborales y normas de seguridad, auditada por la empresa italiana RINA. Para la central sindical UITA, la experiencia muestra que “no se puede permitir que la responsabilidad pública, las normas estrictas y sindicatos fuertes sean reemplazados por los esquemas de “responsabilidad“ privada en el lugar de trabajo”.