Desde los sindicatos y OIT cuestionan duramente a ISO por su norma sobre seguridad y salud laboral

03.11.2014 | Destacadas

Cuando un año atrás la Organización Internacional de Normalización (ISO) anunció su decisión de elaborar su propia norma internacional para un sistema de gestión de la seguridad y la salud en el trabajo, la ISO 45001, los sindicatos y la OIT subieron sus niveles de alerta. A medida que fue avanzando el borrador tanto el organismo como los sindicatos criticaron duramente el enfoque  y la compentencia de ISO sobre el tema.


Los sindicatos encabezados por la CSI se mostraron alarmados y se opusieron enérgicamente a la decisión de la ISO.  Los sindicatos afirmaban que la propia Organización Internacional del Trabajo (OIT) había dejado claro anteriormente que la ISO no tenía competencia sobre el asunto.

“La ISO no tiene un mandato como experto en seguridad y salud en el trabajo y no tiene que escuchar a aquellos que sí que lo tienen. Su membresía se limita a organismos nacionales de normalización. Estos organismos nacionales pueden permitir a los sindicatos y a los empleadores dar su opinión, pero han sido creados, como la ISO, para establecer normas para los consumidores”, afirman voceros del sector. 

Desde la ISO, en cambio, dicen que sus normas se desarrollan usando un “enfoque basado en el consenso y que los comentarios de las partes interesadas se toman en consideración”. Sin embargo, los sindicatos dicen que este enfoque es limitado.

La Organización Internacional de Empleadores (OIE) ha señalado que los proyectos de normas ISO están “protegidos por derechos de autor” y “las organizaciones observadoras como la OIE, la OIT y la CSI pueden hacer comentarios pero no tienen derechos de voto, mientras que los representantes del comité nacional sí”. 

“Los empleadores y los sindicatos –los dos grupos representativos clave en materia de gestión de la seguridad y la salud en el trabajo y cuestiones laborales– siguen siendo una especie bastante exótica y raramente consultada en sus procesos de toma de decisiones”, afirman desde los sindicatos.

Para iniciar el proceso de elaboración de la norma, fue necesario un Memorando de Acuerdo entre la ISO y la OIT firmado en agosto de 2013 que exigía a la ISO “respetar y respaldar” las disposiciones de las normas de la OIT, en lugar de ir en contra. “En caso de conflicto”, las normas de la OIT primarían sobre el proyecto de la ISO, que debería volverse a formular consecuentemente. Con este acuerdo, se podía empezar el trabajo hacia el plazo de aplicación de finales de 2016.

Sin embargo, la incursión de la ISO en las normas de seguridad en trabajo no ha respetado el acuerdo. El primer borrador del 1 de julio de 2014 de la norma ISO 45001, según consideró duramente la OIT, “no respeta ni respalda las normas internacionales del trabajo”. Más bien, el preciado proyecto “no se corresponde con las normas internacionales y muchas leyes nacionales”, incluidas normas de la OIT existentes y ratificadas por los gobiernos. Por lo tanto, es razonable que la OIT pidiera a la ISO que “cumpla el compromiso mutuo” contraído en el MdA.

Una de las preocupaciones principales compartidas por la OIT y la CSI es la promoción por parte de la ISO de un “enfoque basado en el comportamiento”, que sustituye una gestión responsable de la salud en el trabajo por un sistema consistente en “culpar al trabajador”. 

“La seguridad basada en el comportamiento no resuelve problemas de salud y seguridad en el trabajo, los entierra. Encuentra chivos expiatorios en lugar de soluciones para la gestión”, analiza un experto de la CSI.

La OIT dice que los trabajadores, la “parte interesada principal” cuando redacta normas sobre la salud y la seguridad en el trabajo, “son casi invisibles en el proyecto actual”. 

El papel reconocido de los "representantes de los trabajadores" a la hora de asegurar lugares de trabajo más seguros y saludables también recibe el trato de la ISO y solo se menciona una vez su implicación, diluida por la frase de "cuando proceda" que la acompaña. 

También se ha eliminado del proyecto la responsabilidad primordial reconocida internacionalmente y consagrada legalmente de que el empleador proporcione seguridad en el lugar de trabajo y se ha suprimido también una referencia a la “responsabilidad de la dirección”. 

Según la nueva norma de la ISO, la dirección de la empresa tendría un control absoluto y ninguna responsabilidad. Es un enfoque que no concuerda con las leyes modernas sobre seguridad y todas las prácticas aceptadas y eficaces de gestión de la seguridad y la salud en el trabajo. 

“La ISO debe ser plenamente consciente de que una norma que ignora el papel esencial de las partes afectadas en su diseño y aplicación, que socava las normas de la OIT existentes, y que podría dar un sello de aprobación de la ISO a los sistemas consistentes en culpar al trabajador, sencillamente no sirve”, añade la CSI.