Los consumidores siguen privilegiando el precio por sobre el impacto del producto

23.07.2013 | América Latina

El consumo responsable en Chile todavía se mantiene como un término lejano a los ciudadanos, según informa un nuevo estudio de Ciudadano Responsable. Prevalece la idea de que implica consumir lo menos posible y sólo en los encuestados jóvenes y de clase media se apreciaron nociones cercanas a las de países europeos. Los consumidores chilenos ponen al precio y a la calidad como los criterios de compra. En un segundo lugar y sólo cuando estos criterios son garantizados se elige por criterios de responsabilidad medioambiental. 


Según el estudio sobre Consumo Ético en Chile, el concepto aún se presenta como un término tan nuevo, que resulta difícil de identificar o definir para muchos, aún cuando como práctica no sería tan reciente. Para el 77,3% de los encuestados, la idea del consumo responsable implica consumir lo menos posible, mientras que sólo entre los encuestados más jóvenes, pertenecientes a sectores económicos medios y altos, pudieron apreciarse nociones más cercanas a la definición de los países europeos, donde se entiende el Consumo Responsable como aquel que considera los impactos que éste puede generar sobre el medio ambiente y la sociedad.

El estudio sobre Consumo Ético en Chile fue realizado por un equipo de investigadores de la Universidad Diego Portales y Fundación Ciudadano Responsable; Royal Holloway, University of London; Universidade Federal do Rio de Janeiro, la ONG inglesa Ethical Consumer Research Association (ECRA) y la ONG brasileña Instituto Akatu, en el marco del Proyecto de Investigación Choices: “Aprovechando el Poder de Compra para el Desarrollo: Consumo Ético y Compras Sustentables en Chile y Brasil”.

Los resultados del estudio muestran que un porcentaje importante de los encuestados consideró que el consumo es una práctica que puede contribuir a generar cambios sociales, en tanto que el 81,2% de ellos manifestó estar de acuerdo o muy de acuerdo con la afirmación “A través de mis decisiones de compra puedo contribuir a generar una sociedad más justa”. 

Sin embargo, la percepción de esta posibilidad se encuentra mucho más acentuada entre los encuestados de sectores económicos altos, en donde un 84,1% de ellos manifestó estar de acuerdo o muy de acuerdo con dicha afirmación, frente a un 73,8% en los sectores de menores ingresos.

Respecto de los criterios considerados a la hora de hacer las compras, las cualidades de precio y calidad fueron espontáneamente señaladas como prioritarias entre los encuestados; aunque atributos como la durabilidad y la reusabilidad de los productos también fueron señalados como elementos clave, sobre todo entre los encuestados de menores ingresos, por permitir el ahorro a largo plazo. Estos criterios, pese a no ser necesariamente éticos, sí tienen un impacto positivo sobre el medio ambiente, y constituyen una práctica importante ya presente entre los consumidores, no necesariamente reconocida como práctica de consumo responsable.

Al consultar sobre los factores de mayor relevancia al escoger un producto por sobre otro, cuando el precio y la calidad de los productos son los mismos, los criterios de responsabilidad medioambiental, y particularmente los de ahorro energético, fueron considerados como los más relevantes. Sin embargo, entre los grupos de menores ingresos pudo apreciarse un mayor énfasis en factores sociales, como la preferencia por productos nacionales, criterio principal entre los grupos de más edad, y tercero entre los encuestados de un sector socioeconómico bajo.

Los principales obstáculos apreciados por el estudio dicen relación con la falta de información respecto de estos temas, y el lugar clave que tiene la educación al momento de superar estas limitaciones. También se percibió una desconfianza generalizada respecto de las prácticas de las empresas transnacionales, las que si bien tienen una buena reputación por la calidad de sus productos, son frecuentemente cuestionadas por sus prácticas, lo que haría necesaria una mayor transparencia en el manejo de dicha información, informa el estudio.