La conciliación es la llave hacia la igualdad
¿Quién tiene que llevar la iniciativa en el desarrollo de políticas de igualdad en el ámbito laboral? La respuesta fue contundente entre las directivas encuestadas: un 89,6% cree que tanto las administraciones públicas como las empresas deben trabajar conjuntamente para impulsar estas medidas, mientras que un 7,3% asegura que debería ser responsabilidad del tejido empresarial y el 3,1% de los gobiernos. Estos resultados se desprenden de la III Encuesta de Adecco a Mujeres Directivas realizada en España. Otros resultados indican que el 90,4% de las encuestadas cree que solicitar una jornada reducida podría perjudicar su promoción profesional mientras que un 58,3% ha sufrido discriminación salarial por el mero hecho de ser mujer alguna vez en su trayectoria. Por otra parte, el 77,1% de las encuestadas cree que ostentar un cargo directivo es compatible con un horario flexible, mientras que el 22,9% opina lo contrario.
Las directivas tienen muy claras las principales medidas que propondrían ellas a ambas instituciones: el 90% cree imprescindible la conciliación de la vida laboral y personal, para lo que proponen flexibilizar los horarios, el teletrabajo y las jornadas intensivas.
También el 70% de las directivas entiende necesarias bonificaciones a las empresas que permitan jornadas reducidas, amplíen e igualen los permisos de paternidad y maternidad, contraten a mujeres, ofrezcan guarderías en el lugar de trabajo, etc. La mitad de ellas exigiría la equiparación salarial, procedimientos de promoción definidos y publicados en el ámbito interno de la empresa para así evitar la discriminación. Todas ellas, no obstante, creen que se debe de producir al mismo tiempo un cambio cultural que llevará su tiempo y que supera los límites políticos y empresariales.
El techo de cemento es una realidad
Mucho se ha hablado en los últimos años del término techo de cristal para denominar los impedimentos, generalmente ocultos, que tienen algunas mujeres a la hora de progresar en su carrera profesional. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, ha entrado en escena una nueva denominación: el techo de cemento, que hace referencia a las propias limitaciones que las trabajadoras se autoimponen para poder conciliar su vida laboral y familiar.
Preguntadas acerca de ello, un 66% de las 350 directivas encuestadas por Adecco afirma que cada vez hay más casos de mujeres que voluntariamente rechazan un ascenso para no renunciar a su vida familiar. Sin embargo, un 25,5% asegura que esta situación tan solo se da en casos puntuales y un 8,5% no conoce a nadie que haya tomado esa decisión.
Sin embargo, a juzgar por las respuestas de las directivas, desempeñar un cargo de responsabilidad no debería ser incompatible con poder conciliar con la vida familiar, ya que el 77,1% de las encuestadas cree que ostentar un cargo directivo es compatible con un horario flexible, mientras que el 22,9% opina lo contrario.
Lejos de caer en tópicos y pensar que existen diferentes estilos a la hora de dirigir y gestionar equipos en función del género, la mayoría de las directivas (53,1%) opina que no depende del sexo sino de las personas, frente a un 33,3% que cree que ellas son más empáticas, flexibles y comunicadoras y un 10,4% que afirma que las mujeres son más exigentes que los hombres. Además, un 3,1% considera que las mujeres reúnen ambas aptitudes anteriormente descritas por igual.
Aumenta la discriminación salarial
Sea como fuere, aún las mujeres tienen un sentimiento generalizado de discriminación en el mundo de los negocios, ya que ha aumentado el número de directivas que asegura haber sufrido discriminación salarial por el mero hecho de ser mujer en algún momento de su carrera profesional: un 58,3% así lo afirma, porcentaje ligeramente superior al de hace un año, que era del 57,1%, por lo que dos años después de la implantación de la Ley de Igualdad, el porcentaje continúa en aumento en lugar de decrecer.
Una vía óptima para facilitar la conciliación de la vida familiar y profesional sería, entre otras, la reducción de jornada. Sin embargo, parece un reto todavía difícil de conseguir ya que el 90,4% de las encuestadas cree que solicitar una jornada reducida podría perjudicar su promoción profesional, frente a un bajo 9,6% que cree que no.