Análisis del impacto climático de las subvenciones estatales al tráfico aéreo deficitario

14.09.2022 | Ambiente

Un documento publicado por Greenpeace muestra diferentes fórmulas utilizadas en España por las aerolíneas para recibir dinero público desde corporaciones locales y regionales. Se plantea que la más habitual consiste en camuflar estas ayudas bajo “acciones de promoción turística” a través de fundaciones y consorcios dirigidos por ayuntamientos, diputaciones, gobiernos autonómicos y cámaras de comercio local. Estos contratos incluyen cláusulas mediante las cuales las aerolíneas beneficiadas se comprometen a mantener un mínimo de conexiones aéreas.


El informe plantea que subvencionar vuelos así es ilegal. La Comisión Europea ya ha dictaminado la ilegalidad de las ayudas públicas indirectas a las compañías aéreas camufladas bajo contratos de promoción turística, pues distorsiona el principio de libre competencia frente a otros modos de transporte.

La investigación titulada “Chanchullos en el aire: Análisis de las subvenciones de ayuntamientos y comunidades al sector aéreo" denuncia las ayudas que reciben las aerolíneas para mantener vuelos deficitarios. Se menciona que entre 2015 y 2022 una veintena de aeropuertos españoles se han beneficiado de más de 60 millones de euros en subvenciones encubiertas. “Muchas de estas ayudas no son puntuales. Se renuevan año tras año porque las aerolíneas utilizan estos contratos para mantener artificialmente operativas ciertas conexiones. Y además hacen chantaje con ello, amenazando con retirar los vuelos si no les renuevan las ayudas”, sostienen desde Greenpeace.

Entre las aerolíneas mencionadas en la investigación se destacan los casos de Ryanair, Easyjet, Binter, Iberia, Air Nostrum o Volotea.

Desde el punto de vista ambiental, cualquier subvención que incentive incrementar los vuelos resulta una pésima idea, por los efectos que supone al lastrar una economía verde y unos hábitos de movilidad libres de combustibles fósiles”, afirman desde Greenpeace.

Además, agregan que más allá del impacto ambiental negativo, las subvenciones detectadas provocan otro tipo de anomalías:

  • Muchos de estos aeropuertos se construyeron sin ser necesarios y supusieron un sumidero de dinero público, procedente en buena medida de fondos europeos.
     
  • Contrariamente a lo que se promete, la construcción de aeropuertos tiene una escasa repercusión en el empleo y el desarrollo económico de una región.
     
  • Los gobiernos justifican estas subvenciones con el objetivo preferente de atraer más turistas, sea como sea. Así, estas subvenciones reducen los recursos para el transporte cotidiano y se abandonan otras propuestas para conseguir modelos de desarrollo económico más estables y resilientes que el turístico.
     
  • En no pocos casos el aeropuerto se transforma en una apuesta identitaria, algo cuya pérdida degradaría la provincia a una división inferior. Los gobiernos se aferran a mantener como sea sus aeropuertos porque entienden que quien los cierre va a sufrir un alto coste electoral.
     
  • La mayoría de estos vuelos subvencionados se encuentran en la España más despoblada y central. Sin embargo, las subvenciones a las líneas aéreas han terminado en muchos casos potenciando vuelos a la periferia turística: Costa del Sol, Levante y las islas. Esto supone que el flujo de dinero de las arcas territoriales de las zonas menos turísticas termina beneficiando a territorios que no lo necesitan.
     
  • Lejos de atraer visitantes extranjeros, los destinos de los vuelos bonificados son sobre todo destinos vacacionales de la población local. Así se produce una transferencia de rentas públicas regresiva que favorece a las clases medias y altas, pues son aquellas que se pueden permitir unas vacaciones en avión.

En plena emergencia climática es inaceptable que se financie con dinero público una actividad nociva para el medioambiente como es la aviación. Y más aún que bajo la apariencia de contratos de promoción turística, se firmen contratos para que las aerolíneas mantengan de forma artificial sus vuelos. Por ello demandamos a los diferentes gobiernos locales, diputaciones y autonómicos que detengan este tipo de ayudas y dedique estos recursos a promover un modelo turístico compatible con la protección del clima y el entorno”, concluyen en Greenpeace.
 

“Chanchullos en el aire”: Análisis de las subvenciones de ayuntamientos y comunidades al sector aéreo by ComunicarSe-Archivo on Scribd

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