Hoy en Argentina, la carne y la ganadería están en el banquillo de los acusados por ser los principales contribuyentes al calentamiento global que deriva en la crisis climática actual. Principalmente, por generar altas emisiones de metano, un gas de efecto invernadero (GEI), por degradar la tierra y por la deforestación derivada de la actividad ganadera. Viendo el último balance de emisiones de GEI argentino (del año 2016), podemos entender lo que significa este panorama. El 21,6% de las emisiones de GEI del país proviene de este sector.