En el sector de la movilidad, las mujeres todavía se encuentran con varios desafíos: desde su baja representación en el sector a nivel político; menor participación en empleos y una mayor inseguridad en el uso del transporte urbano y particular.
Por otro lado, se ha comprobado que las mujeres pueden contribuir a lograr una movilidad sostenible, inclusiva y segura. Además, es necesario su participación en la toma de decisiones, ya que tienen mayor conocimiento sobre seguridad personal y vial, infraestructura, espacio público, ambiente y modos de transporte.